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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Casado prepara los últimos movimientos para hacerse con el control total del PP

Pablo Casado quiso esperar a que Pedro Sánchez fuera investido presidente para terminar de configurar su equipo para la próxima legislatura. Por eso retrasó la celebración de la Junta Directiva Nacional del Partido Popular –máximo órgano entre congresos– encargada de aprobar cualquier cambio orgánico, que inicialmente estaba prevista para “antes del verano”, tal y como lo expresó tras las elecciones del 26M la dirección de los populares.

Una vez constatado el fracaso de la reelección del líder del PSOE durante la sesión de investidura de esta semana, Casado se ha visto obligado a celebrar la Junta Directiva sin que se despeje el escenario político de los próximos cuatro años y con la amenaza del adelanto electoral encima de la mesa. La reunión tendrá lugar finalmente el martes 30, con la incógnita sobre si finalmente Sánchez logrará ser investido presidente en plazo, antes de que finalice septiembre.

En la agenda del encuentro, al que asistirán todos los líderes autonómicos del partido, así como los diputados y senadores, está precisamente la designación de los portavoces del PP en el Congreso de los Diputados y el Senado, una decisión que dará a Casado el control total del partido, ya que se espera que sitúe en esos puestos a personas de su máxima confianza.

El de los populares es el único grupo que desde las elecciones generales del 28 de abril no ha configurado aún sus estructuras definitivas en ambas cámaras, a la espera de la conformación del Gobierno y de los Ejecutivos autonómicos, si bien Casado tendrá que tomar las decisiones sin que se haya garantizado aún la gobernabilidad del Estado ni la de la Comunidad de Madrid, donde el PP negocia con Ciudadanos y Vox.

Disensiones internas

Para portavoz en el Congreso –puesto que actualmente ocupa “en funciones” José Antonio Bermúdez de Castro– el líder del PP mantiene encima de la mesa el nombre de la polémica diputada popular por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, pese al rechazo interno que genera su posible nombramiento por sus postulados derechistas propios del sector aznarista del partido que ahora controla los órganos de dirección.

En contra de su elección se manifestaron abiertamente los dos barones con mayor peso institucional del partido, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Lo hicieron en la convulsa comida que mantuvieron al día siguiente de las elecciones del 26M los líderes autonómicos del PP con Casado, al que reprocharon que no reconociera que el partido obtuvo mejores resultados que el 28A por el intento de girar al centro que habían forzado estos mismos dirigentes y que dos días después de las generales llevó al líder del PP a llamar por primera vez “extrema derecha” a Vox.

El pulso interno entre la dirección que llevó al partido a la derecha y los barones, que abogan por la moderación, ralentizó la toma de decisiones para la nueva legislatura, si bien parece que estos últimos han ganado parte de la batalla a tenor del tono empleado por Casado durante el debate de investidura de esta semana. El discurso del líder del PP fue más calmado que el pronunciado, por ejemplo, por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que entró en el terreno de la descalificación contra Sánchez y la izquierda, con sus apelaciones al supuesto “plan” del presidente en funciones y a su “banda”.

Casado espera ver fortalecida su posición interna a raíz de los acuerdos de las tres derechas –PP, Ciudadanos y Vox– para gobernar la Región de Murcia y el previsible entendimiento también en la Comunidad de Madrid. Esos pactos serán posiblemente esgrimidos por el presidente de los populares durante la Junta Directiva para justificar su autoridad en los nombramientos, dado que también se esperan cambios en la estructura orgánica de la dirección.

Las alternativas para el puesto

Aunque la opción preferida del líder del PP para el Congreso sigue siendo Álvarez de Toledo –la dirección popular insiste en que nunca se ha descartado su nombramiento pese al batacazo del PP en Catalunya donde logró un único escaño en las generales–, dirigentes del partido reconocen que entre los nombres que se han barajado para ese puesto también están los del secretario general, Teodoro García Egea, hombre de máxima confianza de Casado y que pilota las negociaciones postelectorales, o el de la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra.

El primero ahondaría en el perfil más duro de los populares, mientras la segunda garantizaría un discurso más moderado. La exalcaldesa de Logroño, que en la última semana se ha prodigado por distintas radios y televisiones, es de hecho la única dirigente de la cúpula del PP que en las primarias no apoyó a Casado e hizo campaña a favor de su rival interna, Soraya Sáenz de Santamaría.

Su nombramiento como portavoz, apuntaban hace ya semanas dirigentes populares, ayudaría a la “integración” en el partido, a “calmar las aguas” con los barones díscolos y permitiría a la formación conservadora pugnar por el electorado más centrista con Ciudadanos.

Para el Senado la dirección popular baraja el nombre del vicesecretario de Organización y recién escogido senador por Castilla y León, Javier Maroto. Su nombramiento, sin embargo, ha estado rodeado por la polémica dado que el 28A Maroto se presentó a las listas del Congreso por su provincia, Álava, sin lograr representación y ahora se ha tenido que empadronar in extremis en la localidad segoviana de Sotosalbos para poder ser elegido senador autonómico por las Cortes castellano leonesas.

Maroto o Hernando

Su elección fue muy ajustada, apenas por un voto, y el PSOE de la comunidad dio el miércoles una semana al Ayuntamiento de Sotosalbos para dar de baja en el padrón a Maroto al entender que hay motivos sobrados para que el Consistorio sospeche de que el número tres del PP no vive realmente en el municipio que según el INE tiene 113 habitantes. Maroto es de Vitoria y nunca hasta ahora había vivido en Castilla y León.

La crisis abierta por su nombramiento podría lastrar sus opciones para ser portavoz en el Senado. Otra opción encima de la mesa de los populares es la de nombrar portavoz en la Cámara Alta a Rafael Hernando, que ya ejerció como vocero en el Congreso en la pasada legislatura y que se caracteriza por su tono bronco y agresivo, que según dirigentes populares podría hacer frente a la abrumadora mayoría absoluta que ostenta el PSOE en el Senado.

Además de la elección de los portavoces en ambas cámaras también se espera que la Junta Directiva aborde cambios en la dirección popular, si bien los dirigentes consultados consideran que Casado mantiene la confianza tanto en Maroto como en García Egea, pese a que este último también ha sido cuestionado por algunos barones al considerarle el responsable de la estrategia del partido que no dio frutos en las urnas y por su intervención en las listas electorales.