Julián Rodríguez, un pastor de la localidad abulense de Bercial de Zapardiel (251 habitantes), ha encontrado en este municipio el norte de la provincia de Ávila el primer retrato conocido de un castellanoleonés, que por ese motivo llevará en su honor el nombre de Julius.
Así lo han dado a conocer hoy en rueda de prensa el delegado territorial de la Junta, Francisco José Sánchez, y el arqueólogo territorial, Francisco Fabián, quien ha asegurado que se trata de una “pieza excepcional”, realizada en bulto redondo de barro y de pequeñas dimensiones: 116-82-92 milímetros y 628 gramos.
La escultura, de significado funerario y que representa a un hombre de entre 65 y 75 años, data de finales del siglo I o principios del II, lo que la convertiría en el primer retrato conocido de un castellano y leonés, ya que las encontradas en Becerril de Campos (Palencia) son de finales del siglo II.
En el caso abulense, se trata de una pieza completa, modelada en arcilla bien cocida -terracota- y realizada a partir de un original, previsiblemente en cera, obtenida mediante una máscara aplicada al propio cadáver, según los datos facilitados tras el hallazgo hace meses de esta obra.
Sin embargo, la máscara no sirvió directamente para realizar esta escultura de menor tamaño, ya que fue el propio autor quien a partir de ella -se supone que a mano alzada- reprodujo en arcilla el calco original, lo que a juicio de Fabián demuestra que se trataba de un “verdadero artista”.
En su opinión, el resultado obtenido indica “un cierto ingenio”, ya que le da “realismo” y “personalidad” a una obra en la que a través del escáner que se le ha realizado en el Hospital “Nuestra Señora de Sonsoles”, se han detectado detalles vinculados a su vida o, quizá, a su muerte.
Entre los descubrimientos en esta escultura hueca y que cuenta con varios conductos hacia el exterior para evitar que estallara durante el proceso de cocción, figuran la torcedura de la nariz, hematomas, bolsas bajo los ojos y un traumatismo.
Estos indicios podrían revelar que la muerte se pudo producir de forma intencionada o accidental, a partir de “un episodio violento”, ha explicado el arqueólogo municipal, que además enseñó en su momento la pieza a un médico forense que apuntó que el gesto de la persona retratada reflejaba “la tranquilidad de la persona muerta”.
El hallazgo de esta obra se produjo de forma “casual” por parte del pastor de Bercial de Zapardiel, Julián Rodríguez, que en sus paseos por la zona había visto la pieza en varias ocasiones, aunque pensaba que se trataba de “la cabeza de una muñeca”, hasta que un día la golpeó con un pie y se dio cuenta de que era una escultura.
Por ello, la entregó al Servicio Territorial de Cultura de la Junta en Ávila renunciando a cualquier indemnización, de ahí que Francisco José Sánchez haya propuesto que la pieza lleve el nombre de Julius cuando sea expuesta en el Museo Provincial de Ávila.
Este descubrimiento se ha producido en uno de los yacimientos arqueológicos romanos de este municipio situado a 62 kilómetros al norte de la provincia de Ávila, una zona considerada muy rica durante el periodo romano, cuando se asentaron las conocidas villas en las que junto a la familia propietaria convivían esclavos y colonos.
En Ávila se han detectado hasta once villas de estas características, la mayoría de las cuales se sitúan en la mitad norte de la provincia, más concretamente en la comarca de La Moraña, siempre en zonas fértiles.
Este tipo de esculturas que se popularizaron durante el imperio a partir del siglo I -dinastía Flavia-, tienen un sentido funerario y conmemorativo, al querer ser testimoniales hacia la figura del padre de familia, contando con un valor simbólico y siendo colocada en pequeñas capillas domésticas.