Tres semanas después del encuentro entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras el congreso socialista, ambos encabezarán las delegaciones del PSOE y de Unidos Podemos-En Comú-En Marea que se reunirán este lunes en el Congreso de los Diputados. La cita deberá servir para que ambos grupos avancen, como acordaron los dos líderes, en su colaboración parlamentaria para comenzar el intento desmontaje de las políticas sociales y económicas puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy desde 2012. Precisamente, el desacuerdo para desalojar al PP de La Moncloa, así como las posiciones sobre Catalunya, marcarán los desencuentros.
Ambos grupos llegan a la reunión con distinta predisposición. Para el PSOE, es una “toma de contacto” que servirá para afianzar unas relaciones hasta ahora poco productivas. Sánchez pretende que el encuentro entre los equipos permita abrir un “espacio de diálogo donde cada uno lleve sus propuestas” y que, a partir de ahí, el trabajo se articule en reuniones sectoriales entre los dos grupos.
Unidos Podemos irá con temas e ideas concretas que en su opinión habría que poner ya en marcha para acabar con los recortes, modificar el sistema fiscal y reforzar el sistema de pensiones.
Los socialistas reconocen que no hay una “agenda concreta”, pero pondrán sobre la mesa la Declaración de Barcelona que PSOE y PSC plantean como salida para el conflicto territorial y medidas sociales como la propuesta de renta mínima, la subida de salarios que plantean los sindicatos, el plan de rescate juvenil, las propuestas para los parados de larga duración y mayores de 52 años o la corrupción del PP.
En las últimas semanas los dos grupos a través de distintos portavoces parlamentarios han hablado de derogar la reforma laboral, de un plan de rescate juvenil, de acabar con la ley mordaza o de subir el salario mínimo, entre otras medidas. Cuestiones para las que es fundamental su acuerdo en el Congreso, pero que la actual aritmética obliga a sumar a otros partidos. Sánchez quiso abrir una espacio de coordinación parlamentaria entre las denominadas “fuerzas del cambio”, pero Ciudadanos enfrió esa posibilidad.
La cita de las delegaciones de PSOE y Unidos Podemos llega tras anunciarse el acuerdo de gobierno entre el socialista Emiliano García-Page y Podemos para gobernar juntos en Castilla-La Mancha. Un pacto que tienen que refrendar las bases de Podemos en la región pero que ha vuelto a poner sobre la mesa las opciones de un Gobierno alternativo a nivel nacional. Pablo Iglesias aseguró el sábado tras una reunión de su dirección estatal celebrada en Toledo que están “dispuestos a gobernar con otros partidos” y que aspira a “convencer” al PSOE de la “necesidad” de desalojar al PP.
El PSOE trata de desvincular ese acuerdo del tablero nacional. La opción de una moción de censura no pasa por la cabeza de Pedro Sánchez en estos momentos. El líder socialista cree que no hay números ahora mismo y prefiere centrar las discusiones en iniciativas parlamentarias que sí puedan fructificar. El secretario general del PSOE aspira a encontrar puntos de acuerdo con sus socios potenciales y que sea entonces cuando pueda plantearse dar un paso más. Por eso siempre habla de una moción “trabajada” y no “improvisada” que no descarta en el futuro.
La posición del PSOE coincide en este sentido con la de IU. Su coordinador federal, Alberto Garzón, señaló este sábado al inicio del Precarifest que la cita es una “mera reunión de equipos de trabajo parlamentarios”. Algo “muy necesario” para aprobar medidas en el Congreso, pero sin ir más allá. Garzón pidió situar estos encuentros “en el contexto adecuado” sin “aspirar a nada más que a coordinar acciones”.
A vueltas con el referéndum
Dentro de esas actuaciones parlamentarias que los dos grupos quieren poner en marcha, el PSOE pone énfasis en las medidas para hacer frente al conflicto territorial. El deseo de Sánchez es poner en marcha iniciativas desde ya y que empiecen a tramitarse antes del 1-O, pero asume que es complicado.
PSOE y PSC presentaron este viernes en Barcelona una propuesta para dar respuesta al desafío soberanista que, por el momento, se ha encontrado con el rechazo de los independentistas y de Albert Rivera. La propuesta de los socialistas pasa por mejorar el sistema de financiación, reconocer un mayor autogobierno, recuperar algunos de los aspectos del Estatut anulados por el Tribunal Constitucional y el reconocimiento de las “aspiraciones nacionales” de Cataluña. Todas esas iniciativas tendrían su culmen en la reforma de la Carta Magna.
El documento que Sánchez podrá sobre la mesa de la reunión también recoge 45 de los 46 puntos que Carles Puigdemont exigió a Mariano Rajoy en año pasado. Solo hay uno que no es ni considerado por los socialistas: el referéndum. Es la línea roja que se convierte en el principal escollo entre PSOE y Unidos Podemos.
Unidos Podemos-En Comú-En Marea defenderá su posición, en esto sí unitaria: un referéndum con reconocimiento y cuyo resultado sea vinculante, lo que pasa por un acuerdo con el Estado. El encargado de defender esta idea será el portavoz en En Comú, Xavier Domènech, que de momento es la única confluencia que resiste en las encuestas e incluso logra un escaño más, según el último barómetro de Celeste-Tel para eldiario.es.
Inicialmente la idea que manejaban ambos grupos es que asistieran a la reunión seis miembros por cada delegación, pero el número ha aumentado sustancialmente. A Sánchez le acompañarán siete dirigentes: la portavoz parlamentaria, Margarita Robles; la vicesecretaria general, Adriana Lastra; Pedro Saura, responsable económico en el Congreso; Manu Escudero, secretario de Economía; Rafael Simancas; Susana Sumelzo, responsable de política municipal; y Meritxell Batet, secretaria de Impulso Federal del PSC.
El equipo que asistirá junto a Iglesias ya es conocido: la portavoz, Irene Montero, y su adjunta, Ione Belarra; el coordinador federal de IU, Alberto Garzón; el líder de En Comú, Xavier Domènech; la portavoz de En Marea, Yolanda Díaz; los diputados Rafa Mayoral y Gloria Elizo; además del secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, y el responsable económico del partido, Nacho Álvarez.