El PSD, partido de centroderecha líder de la oposición en Portugal, necesitará por primera vez en su historia realizar una segunda vuelta para elegir a su líder, después de que en las primarias concluidas esta madrugada el candidato más votado consiguiese menos del 50 % de los sufragios.
Rui Rio, actual líder de la formación, ha sido el favorito de los militantes con el 49,4 % de los votos, algo insuficiente para las nuevas normas del PSD, que exigen que se llegue a un 50 % en aras de garantizar el consenso.
Por ello, habrá segunda vuelta -algo inédito en la formación- el próximo 18 de enero, cuando Rio se enfrentará al segundo más votado, Luís Montenegro (41,2 %), en tanto que queda fuera de la carrera el tercer candidato, Miguel Pinto Luz, que reunió al 9,3 % de los militantes.
“Hoy fueron más lo que votaron por el cambio que los que votaron por la continuidad”, destacó Montenegro en su intervención tras el conteo, ya de madrugada, en tanto que Rio se limitó a agradecer la “victoria expresiva” conseguida.
Montenegro ya intentó disputar el cargo a Rio en enero del año pasado, cuando pidió que se realizasen elecciones primarias.
Rio respondió presentando entonces una moción de confianza que terminó superando, con lo que puso fin a la disputa interna que volvió a abrirse tras el descalabro electoral que el PSD sufrió en las últimas elecciones legislativas, realizadas en octubre.
El partido, que lidera la oposición al gobernante Partido Socialista, perdió entonces diez escaños y registró uno de sus peores resultados históricos, llegando a 79 diputados, frente a los 108 que suman los socialistas.
Rio tomó las riendas del PSD en enero de 2018, cuando sustituyó a Pedro Passos Coelho, bajo cuyo liderazgo el partido gobernó Portugal entre 2011 y 2015, los años más duros del rescate de la troika.
Los ajustes que el Gobierno acometió entonces iniciaron la sangría de votos que el centroderecha continúa padeciendo, y que Rio se ofreció a frenar con una estrategia de moderación y oposición útil que ha acabado por ser la principal crítica de sus opositores.
Los más reacios a su gestión apuntan que Rio apenas cuestiona al primer ministro, el socialista António Costa, y que incluso se muestre disponible para pactar con él.