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El motivo por el que fumar en el coche siempre es un mal negocio: nadie lo va a querer después

Fumar en el coche es una mala idea

Héctor Farrés

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El hedor lo impregna todo. No se ve, pero está ahí, arraigado en cada rincón, filtrándose en los asientos, el techo y hasta en el sistema de ventilación. No importa cuántas veces se abran las ventanas ni cuántos ambientadores se cuelguen del retrovisor.

Ese olor no se va. Y aunque muchos acaban resignándose, otros lo detectan en cuestión de segundos y, sin dudarlo, descartan el coche de inmediato.

Fumar dentro de un coche no solo afecta a la salud, sino también al valor del vehículo. Cuando se pone a la venta, los compradores pueden notar la diferencia al instante.

Un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCBI) calcula que la devaluación alcanza el 7,7 %. En un coche tasado en 20.000 euros, esto supone una pérdida de 1.540 euros. Para quienes fuman, esto puede parecer un detalle menor, pero para el mercado de segunda mano es un argumento de peso para buscar otro vehículo.

Tu coche habla… y dice que has fumado

La razón es sencilla: deshacerse del olor a humo no es tarea fácil. “El humo se impregna en todo el interior del vehículo”, explica Michael Stoops, especialista en productos de limpieza de automóviles de Meguiar’s. Llega a “zonas que no se ven ni se pueden alcanzar, como el sistema de aire acondicionado”.

Incluso cuando no hay olor evidente, los compradores pueden detectar cenizas incrustadas en los asientos o pequeñas quemaduras en la tapicería. Cualquier rastro de tabaco puede hacer que una venta fracase.

Pero la cuestión no se limita al valor económico. Según la American Nonsmokers’ Rights Foundation, la combinación de coches, niños y cigarrillos es “especialmente peligrosa”. No se trata solo del humo que se inhala en el momento, sino del que queda impregnado en el coche y se libera con el tiempo.

Es el llamado tercer humo, que expone a los pasajeros a sustancias nocivas incluso cuando nadie está fumando. Tanto es así que en nueve estados de Estados Unidos y Puerto Rico está prohibido fumar en un coche si hay menores a bordo.

Para los que intentan revender un coche en el que se ha fumado, la limpieza profunda es la única opción. Existen productos diseñados para eliminar los olores. Sin embargo, Stoops advierte que “las superficies blandas tienden a retener el olor más que las duras”, por lo que es necesario limpiar todo el interior a fondo, incluidos los filtros del aire y la tapicería.

El ozono, la última esperanza

Algunas empresas especializadas en eliminación de olores han recurrido a generadores de ozono, capaces de reducir la presencia del olor a tabaco a niveles casi imperceptibles.

Mike Lightman, de Odor Removal Experts of OC, señala que el tratamiento cuesta unos 169 euros para un coche de tamaño medio. A pesar de su efectividad, reconoce que “las personas recuerdan los olores y los esperan”, lo que puede hacer que algunos sigan percibiéndolo aunque ya no esté presente.

Un vicio que el mercado no perdona

El tabaco deja huella. No solo en la salud, sino en los coches. Aunque el olor pueda parecer un detalle menor, el mercado de segunda mano demuestra que los compradores no están dispuestos a pagar por un coche con rastro de humo. A fin de cuentas, hay olores que no desaparecen, por mucho que se intente.

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