El jurado popular ha declarado por unanimidad este viernes a César Adrio culpable del delito de asesinato de Ana Enjamio, la joven ingeniera muerta a cuchilladas tras volver de la cena de empresa de Navidad en diciembre de 2016 en Vigo, con los agravantes de ensañamiento, alevosía y parentesco.
El jurado de la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, lo ha declarado también culpable de los delitos de vulneración al derecho a la intimidad y acoso.
Compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, tras recibir el objeto del veredicto y deliberar durante toda la jornada de este jueves, el jurado popular ha considerado probado que el 16 de diciembre de 2016 César Adrio asesinó a la joven ingeniera natural de Boqueixón (A Coruña), a la que mató asestándole 28 cuchilladas en Vigo tras volver de una cena de Navidad de empresa.
También considera probado que César Adrio se apoderó del móvil de su víctima para acceder a sus datos íntimos y personales, los cuales llegó a revelar al enviarle fotos de ellos dos desnudos a su expareja, vulnerando así el derecho a la intimidad de Ana Enjamio, y que la hostigó y trató de controlarla para lograr que volviese con él tras su ruptura sentimental.
El jurado, pese a considerarlo un crimen pasional, ha descartado el delito de violencia de género porque Ana Enjamio no era su esposa.
La acusación particular, ejercida por la familia de Ana Enjamio, había pedido al jurado popular en la última sesión del juicio oral que al acusado no le saliese “gratis” su acción, que hiciese justicia y que protegiese a “otras posibles ”Anas“ de César Adrio condenándole por los tres delitos de los que ha sido señalado culpable.
Asimismo, recordó que en otros casos como el de la niña Asunta Basterra, sus padres fueron condenados a partir de una suma de indicios, que en el caso del crimen de Ana Enjamio calificó de “demoledores”, así como de “concluyentes” y “aplastantes” pruebas.
Pruebas que “encajan como un puzzle” en la culpabilidad del acusado, quien tenía una “obsesión enfermiza” con la muchacha, añade.
Por su parte, la acusación popular, ejercida por la Xunta de Galicia y la Fiscalía, pidió 27 años de prisión por los delitos de asesinato, con los agravantes de alevosía y ensañamiento, y acoso.
La defensa de César Adrio había pedido la libre absolución del acusado recordando el caso de Dolores Vázquez, encarcelada tras ser condenada erróneamente por el asesinato de la joven malagueña Rocío Wanninkhoff, y había señalado que toda la investigación estuvo orientada a incriminar al acusado.
El jurado no se posiciona sobre la condena a imponer, decisión que sólo corresponde al juez, que ya le ha comunicado al acusado que su sentencia no será firme.
Ana Enjamio fue asesinada en el portal de su casa, situada en la Avenida de Madrid, en Vigo, cuando regresaba de la cena de Navidad de su empresa, y al día siguiente la Policía Nacional detuvo a César Adrio, compañero de trabajo con el que mantuvo una relación sentimental y que lleva en prisión desde el 21 de diciembre de 2016.
Según ha quedado acreditado en el juicio, Adrio es responsable de asestarle 28 puñaladas a Ana Enjamio, ensañándose de tal manera para asegurarse de la muerte de la joven que llegó a romperle el esternón.
El condenado mantuvo en secreto en 2016 una relación con la víctima y ambos llegaron a compartir una vivienda en el barrio de Teis, pero meses antes de los hechos juzgados, Ana Enjamio comenzó a verse con Samuel, su anterior pareja, lo que provocó discusiones entre ella y su asesino que llevaron a la joven a refugiarse en casa de su ex, quien había sido su novio desde los 18 años.
A partir de entonces, César Adrio comenzó a acosar a Ana Enjamio, llegando a enviar a Samuel fotos íntimas a través del teléfono móvil y descubriendo la relación que habían mantenido.
Tras una cena de Navidad en la empresa en que ambos trabajaban, César Adrio se desplazó en su coche hasta la vivienda de Ana Enjamio y la apuñaló de madrugada en el interior del portal donde la esperaba, dejando su cadáver abandonado en un charco de sangre que descubrió un vecino horas después.