La ratificación del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA) sigue su tramitación en el Congreso de los Diputados a velocidad de crucero. La Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara baja ha aprobado su dictamen con los votos del PP, el PSOE y Ciudadanos y el voto en contra de Unidos Podemos-En Comú-En Marea y ERC.
La votación había adquirido cierta relevancia tras los llamamientos públicos de dirigentes del PSOE para reconsiderar la posición de su grupo, algo que finalmente no ha ocurrido. Tanto la secretaria de Cohesión e Integración de la nueva ejecutiva del PSOE, Nuria Parlón, como la diputada Rocío de Frutos han expresado en múltiples ocasiones la necesidad de que el PSOE repensara su posición ante el CETA.
De Frutos ha recordado en los últimos día que “existe una corriente en el partido que no apoya este tratado y los efectos que puede llegar a tener” en Europa.
La portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, ha lamentado que el PSOE haya votado a favor del dictamen y espera que Pedro Sánchez vire el rumbo del partido tras retomar los mandos y ser ratificado este fin de semana como secretario general.
Montero ha insistido en que el “CETA atenta contra la soberanía de nuestro país” y ha recordado que ha habido diputadas que han manifestado su oposición al tratado “igual que en Parlamentos autonómicos con argumentos similares”.
“Ojalá se pueda concretar en que podamos estar juntos frente al CETA y contra el techo de gasto”, ha insistido Montero, quien ha fijado ambas votaciones como “importantes” a la hora de determinar la nueva línea política de Pedro Sánchez.
El PSOE apoyó la tramitación del CETA en el Parlamento Europeo. Ya en el Congreso, sumó sus votos a los del PP y Ciudadanos para rechazar la enmienda a la totalidad presentada por Unidos Podemos. En la misma votación se negó que el Tribunal Constitucional revisara la adecuación del tratado a la Carta Magna.
Unidos Podemos ha intentado retrasar lo máximo posible el inicio de la tramitación del acuerdo de libre comercio con Canadá. Aunque el grueso del tratado entró en vigor el pasado mes de febrero con el voto favorable de la mayoría del Parlamento Europeo hay determinados preceptos que cuya competencia recae todavía en los Estados miembro.
Si uno de los Veintiocho rechazara el CETA su implantación a nivel europeo se paralizaría y habría que regresar a la mesa de negociación para corregir aquello que hubiera sido rechazado bien por un parlamento estatal bien por un tribunal.