En un goteo incesante desde la reapertura de la capilla ardiente de Alfredo Pérez Rubalcaba, a las 9.00 horas de este sábado –ha permanecido abierta hasta las 14.00 horas–, miles de ciudadanos, militantes o votantes socialistas, han querido dar su último adiós al exvicepresidente del Gobierno fallecido este viernes tras sufrir un ictus dos días antes, el miércoles. Ante la viuda, Pilar Goya, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, y ministros, exministros y dirigentes del PSOE, todos ellos han destacado el “carácter negociador y conciliador” del exministro y su trabajo como servidor público.
Aún con lágrimas tras visitar el féretro de Rubalcaba dos mujeres, ambas Mercedes, madre e hija, militantes de la agrupación del Centro de Madrid del PSOE, le recordaban como “un amigo y compañero”. “Era un político íntegro del que habría que destacar su talante y su carácter campechano con el que fue capaz de ayudar a mucha gente”, apuntaban. Ellas llevaban aguardando la cola para visitar la capilla ardiente desde las 8.00 horas de la mañana. “Echamos mucho de menos a políticos de su talla, que no conviertan la política en un modo de vida y que sepan ceder a favor de la nación”, remachaban.
“Conozco a Alfredo desde 1980, año en el que entró en la administración”, señalaba, por su parte, Manuel Pérez, funcionario del Ministerio de Educación que coincidió con Rubalcaba tanto durante su etapa como secretario de Estado de Universidades como cuando fue ministro. “Era una gran persona, un madridista de pro y, sobre todo, un buen negociador”, añadía. Su principal recuerdo se remonta las reuniones que mantenía el exvicepresidente con los sindicatos en una “etapa dura” en la que tuvo que negociar las nuevas leyes de Educación. “Los sindicatos preguntaban quién iba a ir a la reunión y en cuanto sabían que era Alfredo decían: 'La hemos cagado'. Era muy buen negociador”, insistía.
También a las puertas del hemiciclo Marta Müller y Fernando Rodríguez, militantes socialistas de la agrupación de Chamartín de la capital consideraban “de justicia” su visita a la capilla ardiente “por todo lo que ha hecho por el partido y por el país”. “Era una persona discreta que sabía anteponer los intereses del PSOE y del Estado por encima de sus propios personales. De hecho, se inmoló en favor del país”, recordaban, mencionando la convulsa etapa de secretario general de los socialistas de Rubalcaba, cuando perdió las elecciones.
Todos, también Resurrección, madrileña de 68 años y Felipe, su marido, de 71, consideran la contribución de Rubalcaba al final de ETA como “la gran hazaña” del exministro y exvicepresidente. “Gracias a él tenemos paz en España”, rememoraba Manuel Pérez. Una de las visitas más emotivas ha sido precisamente la del expresidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, negociador del Gobierno con ETA cuando Rubalcaba era ministro del Interior.
Entre los “hitos” señalados por los ciudadanos que han querido despedir al exvicepresidente se ha mencionado, además, la puesta en marcha del carné por puntos en su etapa de ministro del Interior.
Otro de los rasgos positivos más señalados por los asistentes a la capilla ardiente ha sido el papel jugado por Rubalcaba en el Parlamento. “Era uno de los mejores oradores del Congreso y siempre hablaba sin faltar, echando mano de su ironía, dando muestras de que era una gran persona”, apuntaba el funcionario de Educación. Julia Lorenzo, estudiante de 19 años, destacaba su “labor importante” como líder de la oposición a Mariano Rajoy. “Consolidó la democracia en España”, señalaba ella.
Por el salón de los pasos perdidos del Congreso han pasado este sábado distintos dirigentes y exdirigentes socialistas como el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, los ministros en funciones Nadia Calviño, María Jesús Montero, Fernando Grande Marlaska, Teresa Ribera o María Luisa Carcedo, así como la presidenta del PSOE de Andalucía, Micaela Navarro, los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves –que lloraba desconsolado– y Susana Díaz o las exministras Magdalena Álvarez, Elena Salgado, Leire Pajín, Ángeles Amador o Matilde Fernández.
Uno de los líderes políticos que más tiempo ha pasado en el Congreso ha sido el expresidente Felipe González, que ha llegado acompañado de varios de sus ministros –Corcuera, Barrionuevo o Narcís Serra, entre otros–. “Lo echo de menos ya, voy a echar de menos esa conversación interrumpida”, ha asegurado, visiblemente emocianado, mencionando que fue esta misma semana cuando habló por última vez con Rubalcaba, que estaba preparando un viaje a la República Dominicana. “Era el político con más capacidad e inteligencia de la política española. Era capaz de trabajar 16 y 17 horas al día”, ha destacado González.
A la visita de la infanta Elena, que llegaba a la capilla ardiente poco antes de las 10.00 de la mañana, se sumaba sobre las 11.00 horas la de los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, que apenas pasaban 10 minutos en el hemiciclo y que daban el pésame a Pilar Goya, así como a los tres hermanos de Rubalcaba y a sus sobrinos. Poco antes de la una de la tarde llegaba también el primer ministro de Portugal, António Costa.
También han pasado por el Congreso el presidente de Aragón en funciones, Javier Lambán, el extremeño, Guillermo Fernández Vara, el castellano manchego, Emiliano García Page, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, la portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, el exjuez Baltasar Garzón, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, el exsecretario general del PSOE y excomisario europeo Joaquín Almunia o el exministro de Defensa del PP, Federico Trillo, entre otras personalidades.
Los asistentes recordaban como uno de los momentos más emotivos desde el fallecimiento la visita ayer por la noche, a última hora, de muchos de los alumnos de Rubalcaba de la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense de Madrid en la que dio clase el exministro hasta el miércoles que, visiblemente emocionados, quisieron despedir a su profesor.
Pasadas las 14.00 horas, Sánchez, Pastor o Zapatero acompañaban a la viuda Pilar Goya en la despedida del féretro desde la escalinata del Congreso. Varias decenas de ciudadanos decían adiós al coche fúnebre con aplausos.