Islamabad, 3 abr (EFE).- Este domingo está previsto que se vote en el Parlamento paquistaní una moción de censura contra el primer ministro, Imran Khan, en la que la oposición anunció contar con los apoyos suficientes para derrocar al mandatario, desatando una crisis política en el país impensable hace solo unos pocos meses.
¿Pero qué ha motivado esta votación contra el hasta ahora popular Khan? Estas son algunas de las claves para entender cómo se ha llegado a esta situación cuando faltaba solo algo más de un año para que el actual Gobierno concluyera sus cinco años de mandato.
EL RESPALDO DEL EJERCITO
Imran Khan, una estrella del críquet convertida en político, llegó al poder en 2018. Tan pronto como comenzaron a conocerse los resultados de las elecciones, los partidos de la oposición lo acusaron de manipular los comicios con el beneplácito del Ejército.
Analistas políticos debaten si el todopoderoso Ejército paquistaní ha retirado su apoyo a Khan, mientras que desde la oposición se opina que los militares han optado por la neutralidad al ver cómo el mandatario incumplía sus promesas electorales.
El Ejército, por su parte, reiteró recientemente en una rueda de prensa que no tiene “nada que ver con la política”.
EL GOBIERNO DE COALICION
El partido de Khan, el Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), no obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional (NA, Cámara Baja) para poder gobernar en solitario después de las elecciones de julio de 2018, por lo que tuvo que depender de otras fuerzas políticas.
Con 155 escaños, el PTI necesitaba un mínimo de 17 diputados más para consolidar una mayoría simple en el Parlamento, de manera que buscó el apoyo de partidos con una menor representación, los mismos que ahora se retractan por la batería de promesas incumplidas a lo largo de estos casi cuatro años de mandato.
Entre esos partidos se encuentra la formación Muttahida Qaumi Movement Pakistan (MQM-P), aliados clave para la continuidad de Khan en el poder y que el pasado miércoles confirmaron que romperían su alianza con el PTI y votarían a favor de la moción de censura.
DIFERENCIAS INTERNAS
Además de las disputas con formaciones opositoras, una docena de miembros del propio partido de Khan han roto filas y anunciado que votarán contra el mandatario. Muchos de estos desertores eran miembros de otros partidos que en 2018 decidieron unirse al PTI y que ahora han aceptado presentarse como candidatos de la oposición con la mirada puesta en los próximos comicios previstos para 2023.
LAS PROMESAS INCUMPLIDAS DE KHAN
El antiguo capitán de la selección paquistaní de críquet llegó al poder en 2018 con la promesa de crear un “Nuevo Pakistán”, a través de políticas anticorrupción, mejoras económicas y la creación de un “Estado islámico del bienestar” capaz de cerrar la brecha entre ricos y pobres en este país de 220 millones de habitantes.
Sin embargo durante los últimos años la inflación se ha mantenido en los dos dígitos y el aumento de los precios de las materias primas y la constante devaluación de la moneda contribuyeron al descontento general de la población y a avivar las tensiones.
Debido al lento crecimiento económico, Khan no pudo cumplir su promesa electoral de generar 10 millones de empleos y construir 5 millones de casas para los más desfavorecidos del país, aunque el mandatario asegura que sus políticas han puesto a la economía del país en la dirección correcta para una pronta recuperación.
LA DUDOSA LIBERTAD DE PRENSA
Durante el mandato de Khan, muchos medios de comunicación han denunciado un clima autoritario con ataques a la libertad de expresión, enfrentándose a la autocensura, amenazas, violencia y secuestros por parte de las fuerzas de seguridad.
Los casos de secuestros, agresiones físicas y torturas a periodistas han dejado de ser hechos aislados, y este malestar ha provocado que muchos periodistas y medios de comunicación se posicionaran abiertamente con la oposición.
Pakistán ocupa el puesto 145 de 180 países en el Indice Mundial de 2021 de Libertad de Prensa, según Reporteros sin Fronteras.
Amjad Ali