El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha revelado una paradoja: omite la valoración del líder de un partido al que esa misma encuesta da serias opciones de gobernar. La institución sociológica oficial no pregunta a los ciudadanos qué les parece el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que sitúa en un 23,9% en estimación de voto, por encima del PSOE. El organismo defiende que la norma es preguntar únicamente por los portavoces parlamentarios del Congreso, por lo que Alberto Garzón, que aspira a La Moncloa bajo las siglas de IU, también se queda fuera de las preguntas.
El CIS no ha previsto cambio alguno para preguntar por estos nuevos dirigentes, según han confirmado a eldiario.es fuentes oficiales del centro sociológico. “Es un criterio que se adoptó desde el principio y ha funcionado bien, por lo que de momento no se ha planteado modificarlo”, explican esas fuentes.
La institución, que este año está sufragada con 7,9 millones de los Presupuestos Generales del Estado, “seguirá con el criterio” de preguntar exclusivamente por los portavoces parlamentarios. “Este es un caso excepcional que no se había dado nunca”, añaden esas fuentes.
Sin preguntar por dirigentes que se postulan para encabezar las listas a las elecciones generales, como Iglesias, Garzón o Albert Rivera, el CIS sitúa como líder nacional mejor valorado a Pedro Sánchez (con un 3,68 de nota media), por detrás de la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, que obtiene un 4,28.
“El CIS debe tener unas reglas muy claras porque, si no, se le acusa de arbitrariedad”, expresa la exdirectora del organismo, Belén Barreiro. “Es discutible o no discutible”, explica la socióloga sobre el método elegido, pero mantenerlo “es la mejor manera de defenderse de las arbitrariedades”, insiste.
“No creo que haya intencionalidad política”, expresa el profesor de Sociología en la Universidad Complutense Ignacio Urquizu. “Es vox pópuli que Pablo Iglesias es el líder mejor valorado”, apunta antes de matizar que “lo sabemos por las encuestas que publican los medios de comunicación”. Urquizu considera que “no se pueden cambiar las normas ad hoc”.
Los barómetros del CIS preguntan por la valoración de los portavoces parlamentarios como criterio general desde noviembre de 2008, cuando las quejas de Rosa Díez obligaron al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a dar marcha atrás en una nueva pauta que había introducido. En los sondeos de ese año, el centro sociológico preguntó únicamente por los líderes de los partidos que habían conseguido el apoyo de más de un 1% del censo en las urnas. En aquella ocasión los ciudadanos solo pudieron opinar sobre Zapatero, Rajoy, Gaspar Llamazares y Josep Antoni Duran i Lleida.
La presidenta de UPyD tachó el cambio de “artificial” y “arbitrario” y se quejó de que la dejaran fuera del cuestionario por solo un 0,1% de diferencia, ya que su formación había conseguido un 0,9% de los votos en las elecciones. “El CIS es un organismo público que depende y tiene sus recursos en los Presupuestos Generales del Estado y eso de hacer las cosas como si fuera su chiringuito particular me parece que es bastante irresponsable y poco serio”, se quejó Díez. En el siguiente estudio aparecieron todos los portavoces.