Ciudadanos acumula bandazos políticos desde la campaña electoral

Albert Rivera está demostrando mucha cintura política en los últimos tres meses. El presidente de Ciudadanos quiso reivindicarse en campaña electoral como alternativa “solvente” al bipartidismo representado por PP y PSOE, y no se cansó de decir que no apoyaría “a Sánchez ni Rajoy”.

Con el paso de los días, Rivera dio un giro en el mismo día que se cerraba la campaña electoral:

El presidente de Ciudadanos, con ese tuit, ponía en bandeja la investidura al primer partido tras el 20D, es decir, al Partido Popular de Mariano Rajoy. El problema, para Rivera y Rajoy, es que no cuadraron las cuentas con el resultado electoral, y la abstención de Ciudadanos se tornó en insuficiente para Rajoy.

Pero Albert Rivera se convirtió en protagonista de la película que él mismo denunció en campaña: “Salvar al soldado Sánchez”. En aquellos días, a principios de diciembre, decía: “No vamos a apoyar la investidura de Pedro Sánchez ni a Mariano Rajoy, porque si no, no va a cambiar nada. Ni pactos ni nada. Nosotros solo vamos a estar en el Gobierno si gobernamos y se aplica nuestro proyecto. Si no, nos iremos a la oposición. Voy a repetir: no vamos a votar de Sánchez ni Rajoy ni a apoyar ni a pedir condiciones. No es lo mismo ser líder de la oposición que ser el cuarto partido. ¿Por qué el líder de la oposición iba a apoyar otro Gobierno? El soldado Sánchez confía en la operación Sánchez. Ellos se retroalimentan en la política del miedo, pero estamos en la batalla del quítate para ponerme yo o en un nuevo proyecto de política. Hay más ganas de cambio que el miedo al cambio”.

El 10 de febrero, el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, ya daba pistas en eldiario.es de lo que vendría dos semanas después: “¿Votar sí al PSOE? Es un escenario posible si los espacios comunes son lo bastante comunes”. Su líder, Rivera, quiso despacharlo 24 horas más tarde: “No se fíen de lo que publica un medio digital”.

Pero el bandazo ya estaba produciéndose.

Dos semanas después de aquella entrevista con Girauta, Sánchez y Rivera presentaban ceremonialmente el acuerdo para hacer presidente a Pedro Sánchez. Lo sellaron en la Sala Constitucional del Congreso y lo detallaron ante el cuadro de Juan Genovés El abrazo (1976), icono de la Transición que inspiró una escultura de homenaje a las víctimas de la matanza de Atocha, cometida por pistoleros franquistas contra abogados laboralistas en 1977.

En la sesión de investidura, los 40 diputados de Ciudadanos dieron su sí a Pedro Sánchez en virtud de un acuerdo que, este martes, han regateado: Ciudadanos se ha abstenido en la votación del Pleno para pedir la paralización de la LOMCE.

La justificación que ponen es que en el pacto queda “explícito” que junto a esa paralización debe impulsarse un pacto por la educación. Y la iniciativa del PSOE, afirman en Ciudadanos, no lo establece. La postura de los de Rivera no ha gustado al PSOE, que daba por descontado el apoyo a la toma en consideración de la primera propuesta de calado y de carácter legislativo que va a debatir el pleno del Congreso con el Gobierno en funciones.

“Ni sillas ni vetos”

Albert Rivera siempre ha dicho que no buscaba “sillas”, y es un argumento que ha utilizado de forma recurrente para erosionar a Podemos, cuyo secretario general, Pablo Iglesias, reclamó entrar en un Gobierno de coalición “para garantizar un Gobierno de cambio y que el PSOE haga en el Gobierno lo que dice en la oposición”.

Sin embargo, este martes, Girauta ha vuelto a dar otro volantazo a las posiciones políticas de Ciudadanos, y ha afirmado que el Ejecutivo “tiene que estar constituido por miembros del PSOE y Ciudadanos”. Es decir, ha pedido “sillas”, parafraseando a Rivera. Lo que todavía no han pensado es “qué ministerios o carteras” querría Ciudadanos, pero consideran que “un Gobierno monocolor del PSOE sería demasiado débil para tirar adelante el acuerdo de reformas”.

Los socialistas reconocen que hay antagonismo tanto público como privado por parte de Podemos y Ciudadanos, pero creen que estos últimos ahora están haciendo planteamientos de máximos y que irán retrocediendo para dar imagen de que han cedido. El PSOE no termina de creerse lo que este martes ha dicho Girauta de que si el jueves Podemos no dice que apoya el acuerdo y el Gobierno PSOE-Ciudadanos, se levantará de la mesa. “Un es lo que nos gustaría”, y si Podemos no accede, “nos iremos”, ha zanjado Girauta.

Rápidamente, el partido ha matizado las palabras de su portavoz: “Como ya dijimos, no descartamos entrar en un Gobierno, pero ni se ha hablado, ni negociado ni es un objetivo político de Ciudadanos. Hay suposiciones e hipótesis de política ficción, pero la realidad es que eso no está encima de la mesa”.

Albert Rivera está demostrando mucha cintura política en los últimos tres meses. Y aún quedan días para negociar la formación un Gobierno o convocar nuevas elecciones.