Ciudadanos persiste en su estrategia de retirar lazos amarillos y culpa de los incidentes a “infiltrados”

La dirección de Ciudadanos está dispuesta a continuar con la campaña de retirada de lazos amarillos de los edificios y lugares públicos catalanes pese a la tensión que esa estrategia está generando en Catalunya. “No vamos a quedarnos sentados en casa”, advertía este jueves Inés Arrimadas. Después de varias semanas eclipsados por el triunfo de la moción de censura y por la irrupción de Pablo Casado como nuevo líder del PP, Albert Rivera ha encontrado con esta ofensiva que ha emprendido contra los independentistas la manera de volver a estar en el centro del foco político y mediático.

El líder de Ciudadanos no solo ha recuperado su discurso más duro contra las “arbitrariedades” que a su juicio está cometiendo el gobierno de Quim Torra, sino que, de paso, también está aprovechando para hacer oposición a Pedro Sánchez al que acusa de no estar haciendo nada para impedir que vuelva a darse “un golpe de Estado” en Catalunya.

El clima de tensión empieza a estar al rojo vivo, hasta el punto de que el pasado miércoles, durante la concentración que promovió el partido de Rivera en Barcelona en apoyo a Lidia, la mujer agredida por un hombre por quitar lazos del parque de la Ciutadella, un cámara de Telemadrid fue atacado por un grupo de asistentes creyendo que era de TV3, la televisión autonómica catalana. Pese a la repercusión que ha tenido el acto, lo cierto es que la convocatoria no tuvo mucho éxito de asistencia.

Fuentes de la dirección de Ciudadanos se apresuraron a achacar la autoría de los hechos violentos a “un infiltrado de un grupo radical ajeno a la organización de la manifestación”. El partido condenó los hechos y se puso en contacto con el periodista y su medio para interesarse por su estado.

Sin embargo, hasta la fecha no han sabido explicar de qué grupo radical se trata ni si fueron una o varias las personas que gritaron y agredieron al cámara, como se puede comprobar en un vídeo grabado por otros medios de comunicación que acudieron a cubrir la concentración. En esas imágenes sí se pueden apreciar, en cambio, algunos símbolos ultraderechistas como la bandera del Movimiento Identitario, corriente ultranacionalista y racista con conexiones con organizaciones neonazis.

El PP no secunda la estrategia de Rivera

Sin embargo, y para sorpresa –y desconcierto– de muchos en el propio partido de Rivera, la estrategia de plantar cara a los independentistas en la calle no está siendo secundada ni siquiera por el PP, que ve “poco prudente” animar a la ciudadanía a retirar lazos con el consiguiente riesgo de propiciar enfrentamientos tanto verbales como físicos entre ambos 'bandos'.

Los de Casado, aunque comparten la indignación con Ciudadanos por la invasión del espacio público con símbolos independentistas, no están alentando su retirada en la calle. Ven más operativo abrir un buzón de denuncias para que se investiguen esas situaciones.

Es más, el líder popular en Catalunya, Xavier García Albiol, ha emplazado a Rivera a explicar la agresión al periodista y la “simbología nazi” que se vio en la manifestación. “Tiene que ser Ciudadanos quien explique cómo es que en sus concentraciones hay personas con simbología nazi o de extrema derecha”. “Nos parece inadmisible la agresión, sea del medio que sea [el agredido]. Pero ahí a quién corresponde el control de la concentración es a quienes la organizan”, ha dicho el líder del PP catalán. Albiol ha lamentado también que varios asistentes “insultaran e increparan” a Dolors Montserrat, la portavoz en el Congreso del PP, que acudió también al acto.

Empujan a Rivera a implicarse personalmente

Hasta esta semana la campaña contra los lazos amarillos había estado protagonizada en Catalunya por dirigentes naranjas de segundo nivel y por militantes y simpatizantes del partido. Pero un sector de la derecha se ha dedicado estos días a criticar a Rivera por no implicarse él personalmente en la operación. Voces como la de la exdiputada del PP y patrona de la FAES, Cayetana Álvarez de Toledo, o la del periodista Arcadi Espada, uno de los impulsores del Movimiento Ciudadano, que fue identificado por los Mossos el pasado sábado en l'Ametlla de Mar por pintar una franja roja sobre un lazo amarillo. En una entrevista en Onda Cero, Espada preguntó a Rivera porqué no quitaba él lazos. “Yo me dedico a otras cosas, no sólo a retirar lazos”, respondió, molesto.

Días después se fotografió y grabó junto a Inés Arrimadas arrancando y tirando a la basura los símbolos amarillos, antes de acudir a la concentración en apoyo a Lidia.

Lejos de reconocer que su ofensiva contra los independentistas está crispando aún más el ambiente, en Ciudadanos consideran que es “lógico que aparezcan casos de violencia” ante “los abusos de los separatistas”. Así lo exponen en el escrito de amparo que presentaron este jueves ante el Defensor del Pueblo en el que explican que “cuando una Administración rompe con la neutralidad y oficializa una ideología con la ocupación simbólica del espacio público, se quiebra el ámbito de la convivencia”.

Sin tener en cuenta que el propio Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) no ha amparado que particulares retiren símbolos del espacio público por considerarlos ilegales, Ciudadanos insiste en que esa “oficialización ideológica” es “un crimen singularmente grave”, y fruto de “una decidida voluntad de las autoridades de atentar contra los valores y los principios básicos del Estado democrático”.

Mientras Arrimadas pone más el foco en criticar al Gobierno de Torra, Rivera se centra en Pedro Sánchez al que acusa de no cumplir con su obligación“. En esto si que coincide con Casado. Ambos dirigentes creen que hay que parar los pies a Torra y aplicar de nuevo el 155 en Catalunya.

Así se lo ha vuelto a decir el líder de Ciudadanos en una carta abierta a Sánchez publicada en El Mundo. En ella le exige “encarecidamente que rectifique”, “acepte la mano tendida” de su partido y rompa con los independentistas. “Le emplazo a que admita que se ha equivocado de socios, que no se puede gobernar España de la mano de quienes quieren liquidar España y que los constitucionalistas tenemos que rehacer la alianza que hace un año permitió salvar nuestra democracia”, plantea Rivera.

Según reconocen en el partido, el diálogo con el PSOE y Sánchez es inexistente. El presidente recibió a Casado en la Moncloa tras su victoria en las primarias. Rivera aún aguarda a que suene el teléfono.