Ciudadanos, el partido que se dice “liberal” y que se encuentra en pleno hundimiento en las encuestas tras caer también en todas las últimas citas electorales, trata a la desesperada de fidelizar a su principal electorado y consolidarse como una suerte de partido de los españoles de derechas de mediana edad. La formación de Inés Arrimadas es la que más fervientemente ha rechazado la subida del 8,5% de la cuantía de las pensiones aprobada por el Gobierno e incluida en los Presupuestos de 2023, con lo que evidencia su soledad respecto al resto de partidos y su distancia con la población más mayor que, según los sondeos, es la que menos ha respaldado a Ciudadanos en las elecciones.
Las encuestas señalan que el nicho más importante de votos de la formación de Inés Arrimadas proviene de la franja de edad comprendida entre los 25 y los 44 años –el 3,6% de los ciudadanos en esas edades votarían hoy a Ciudadanos, según el último barómetro de Simple Lógica para elDiario.es–, mientras apenas es residual entre los españoles más mayores. Solo el 1,6% de los que están entre 55 y 64 , próximos a la jubilación, votaría hoy al partido que se dice “liberal”, además de apenas el 0,9% de los que ya son pensionistas, los mayores de 65 años.
Con ese rechazo frontal a la subida de las pensiones, Ciudadanos –el PP se ha limitado a criticar el sistema pero no se ha opuesto abiertamente a la revalorización– hace así una nueva apuesta por los españoles de mediana edad con mayores ingresos y posicionamientos de derechas. En 2019, la formación de Arrimadas triunfó, de hecho, en territorios como los nuevos barrios acomodados del extrarradio de Madrid –los PAU– que, según los expertos atraen a población de renta media-alta urbana. Se trata, en definitiva, del partido que siempre se ha proclamado el defensor de los autónomos, que aboga por la bajada de impuestos en medio de una crisis económica, que ha cargado en innumerables ocasiones contra el Gobierno por no frenar la inflación y considera que las medidas de choque para paliar sus efectos son “insuficientes”.
Respecto a las pensiones, fue la propia líder de la formación, Inés Arrimadas, la que la pasada semana escenificó en la sesión de control al Gobierno ese rechazo a la revalorización de las jubilaciones cargando con dureza contra Pedro Sánchez, al que acusó de “reventar” el sistema y “aumentar la brecha entre diferentes generaciones” con esa medida. Ningún otro partido se lanzó a secundarla en vísperas de un año marcadamente electoral. Ni siquiera Vox, a pesar de coincidir en algunos aspectos de su discurso, como en la necesidad de abordar la sostenibilidad de las pensiones desde un punto de vista estructural, algo en lo que coincide también el PP.
“Anuncian a bombo y platillo una subida del 8,5% para las pensiones y un 9,5% del sueldo de los funcionarios en un par de años. Supongo que eso es muy fácil de anunciar, pero ustedes no explican una parte del pastel: que uno de cada dos euros de gasto público en España va destinado a pagar las pensiones y en 2005 era uno de cada cuatro”, espetó Arrimadas al presidente del Gobierno.
Luego contrapuso un dato: que en los últimos años la pensión media en España ha subido un 40% mientras los sueldos de los jóvenes solo lo han hecho un 6%. “No tiene derecho a hipotecar a las próximas generaciones para pagar su campaña electoral, porque sus intentos de comprar votos hoy suponen vender el futuro de millones de españoles”, sentenció la líder de Ciudadanos.
Nada más aprobarse las nuevas cuentas, Arrimadas ya había dejado clara su posición en su cuenta de Twitter al tildar al Gobierno de “irresponsable”, acusarlo de tomar esas medidas “por puro electoralismo” y de hacerlo con “la complicidad del PP, que se niega a denunciar barbaridades como esta”.
Más contundente que Arrimadas fue la responsable de economía de su grupo, María Muñoz, diputada por Valencia, quien también en su perfil de Twitter, afirmaba: “Se han vuelto locos”.
En su respuesta en la sesión de control, Sánchez pidió a Arrimadas que dejara de comprar “la mercancía barata” de que las pensiones futuras peligran, mientras aseguraba que por primera vez en varios años este Gobierno está destinando recursos “a la hucha” del sistema público después de que gobiernos anteriores del PP la esquilmaran. En su opinión, lo que en realidad le pasa a Arrimadas es que su partido no cree en el sistema público de pensiones sino que defiende su privatización, como muchas otras formaciones liberales europeas. Además, le recordó que en los Presupuestos de 2023 se destina una partida de “niveles históricos” para becas, otros 300 millones de euros para el programa Escuela 4.0, el gasto en educación aumenta un 6,6 % y también se consolida el bono del alquiler joven con más de 200 millones.
El discurso de Arrimadas ha sorprendido dentro de Ciudadanos, sobre todo si se tiene en cuenta que la formación atraviesa una situación preocupante, con peligro de desaparecer, motivo por el que están en pleno proceso de “refundación”. Y oponerse a que se suban las pensiones no va a ayudarles precisamente a recuperar votantes de las franjas de edad que menos han solido apoyarles.
Pero lejos de matizar las palabras de la líder, la propia María Muñoz abundaba en esa línea en declaraciones a esta redacción: “Somos el único partido que se atreve a decirlo: El sistema tal como está diseñado no aguantará la evolución de la pirámide poblacional española. Pongámonos como nos pongamos. Enfrentarse a la verdad lo antes posible es lo más terapéutico que podemos hacer”, asegura, mientras añade otro dato, que según el INE “los pensionistas son el colectivo con menor riesgo de pobreza o exclusión social”. También esgrime –y aporta gráficos– que “la tenencia de vivienda en propiedad de jóvenes se hunde desde 2007 mientras la de los mayores sigue intacta”. “Y según el Banco de España, el 60% de los hogares entre 65 y 75 años tiene otra propiedad inmobiliaria distinta de la residencia habitual”, añade.
La diputada recuerda que la postura de su partido no es nueva y que ya votaron en contra del sistema de pensiones que trajo en noviembre el ministro José Luis Escrivá. Y señala, además, que la propia Arrimadas ya sostuvo lo mismo durante el debate del estado de la nación “cuando sacó hasta una carpeta con la pirámide poblacional y demográfica española demostrando que el sistema así como está ideado y pensado a día de hoy no es sostenible”.
“A nosotros no nos votan los jubilados”
La responsable económica de Ciudadanos aclara que lo que pide su partido es que las pensiones “entren dentro de un pacto de rentas no solo para empleados, asalariados, trabajadores o empresarios, sino que también incluya a los funcionarios y a los jubilados, es decir, a las clases digamos pasivas que cobran una pensión del Estado”. “Subir las pensiones al nivel de la inflación es totalmente injusto porque los salarios no suben y también los trabajadores pierden poder adquisitivo”, insiste.
Dicho esto, reconoce que en Ciudadanos no están preocupados por el impacto o la repercusión que puedan tener estos planteamientos en un colectivo tan numeroso como es el de los pensionistas. “No, porque a nosotros no nos votan los jubilados y los jubilados que nos votan piensan lo mismo que nosotros, porque tienen hijos y tienen nietos”, apunta Muñoz.
“Aquí hay un caladero de nueve millones de pensionistas que el bipartidismo, tanto el PP como el PSOE, ha jugado con él siempre de cara a las elecciones”, dice Muñoz. Luego se hace una pregunta: “¿Es justo o injusto que un jubilado, que tiene en muchas ocasiones la casa pagada, las medicinas se las dan gratis, tiene el transporte público también gratuito o con descuentos en Renfe, y una serie digamos de 'privilegios' por ser pensionista, y que su nieto de 20 y 21 años no puede hacer un proyecto vital porque no sabe cuándo va a poder emanciparse o poder pagar una vivienda?”.