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La denuncia de Ciudadanos por el Orgullo no recoge los “golpes y patadas” de los que hablan sus dirigentes

Los dirigentes de Ciudadanos han asegurado durante los últimos días que en la protesta contra su presencia en el Orgullo hubo “patadas”, “golpes” y “agresiones” a políticos y simpatizantes del partido. Sin embargo, de esas afirmaciones queda poco rastro en la denuncia por un presunto delito de odio, amenazas e injurias que presentaron ante la Fiscalía este miércoles: en este escrito no se mencionan episodios de violencia física, sino que se hace una referencia en términos generales a “acciones violentas”.

Inés Arrimadas, portavoz de la formación, aseguró el miércoles que durante las protestas les habían dado “patadas” y “golpes”. Es una versión que han refrendado y repetido otros dirigentes: Melisa Rodríguez explicó en La Sexta que a una compañera “le dieron con una botella de cristal en la cabeza” y Albert Rivera habló este lunes de “agresiones”.

En la denuncia, Ciudadanos solo se refiere a “acciones violentas y agresivas destinadas a generar odio” -las enmarca dentro de una “maniobra organizada”-, pero no aparecen estas “patadas”, “agresiones” y “golpes” que mencionan Arrimadas y el resto de líderes del partido. En otra parte del escrito hablan de “personas que insultaron y agredieron” o de que se les increpó “de forma violenta”, sin aclarar nada más.

El escrito del partido de Albert Rivera sí se explaya en el lanzamiento de objetos y, sobre todo, en los insultos que recibieron los dirigentes durante la manifestación que tuvieron que abandonar escoltados por la Policía. “Se vivió un ambiente hostil, con insultos constantes, abucheos e incluso lanzamiento de diversos líquidos, vasos de plástico, hielos, latas de cerveza y botellas tanto vacías como llenas de líquidos contra sus dirigentes y simpatizantes”, dicen.

Entre las expresiones “de odio” que aparecen en la denuncia está “fuera fascistas”, “puta”, “no pasarán”, “fachas” y “nazis de mierda”. Ciudadanos incluye 'memes' en Twitter sobre Inés Arrimadas como una de las pruebas documentales. Esta situación, según la denuncia, se extendió durante dos horas y finalmente la Policía Nacional “tuvo que intermediar y escoltar a los representantes de Ciudadanos y simpatizantes para que pudieran abandonar la manifestación debido a la gravedad de los hechos, a fin de evitar que se produjeran incidentes mayores, pues la situación se estaba convirtiendo cada vez más violenta”. Según El Mundo, una simpatizante del partido fue tres días después de la manifestación del Orgullo al médico por un “dolor cervical” y Ciudadanos va a incorporar el parte a la denuncia.

Frente a esto, el informe policial sostiene que “no hay constancia de que se produjeran agresiones físicas” y afea a los dirigentes que no siguieran “las instrucciones policiales”. Según este documento, hubo “increpaciones, insultos, consignas políticas y algún lanzamiento aislado de algún objeto no peligroso y efectuado no entre los manifestantes sino entre el público asistente”. Se lanzó “agua con pistolas de juguete y alguna botella de plástico vacía, que no llega a impactar a nadie ni causar lesiones”.

Ciudadanos también ha repetido durante días las acusaciones al ministro del Interior en funciones, Grande-Marlaska, por “calentar la calle”, según ellos, con sus declaraciones horas antes del inicio de la manifestación. El titular de Interior criticó al partido por “pactar de una forma descarada y obscena con quien trata de limitar derechos LGTBI”: “Si alguien no entiende que eso debe tener alguna consecuencia en un sentido o en otro podría calificarse de irresponsable”.

Marlaska se refería al veto a la carroza de Ciudadanos en la manifestación por no firmar el decálogo de compromisos de los organizadores. “Fue una crítica política a una actuación política que tiene consecuencias políticas; cualquier otra indicación sobre mis valoraciones solo puedo calificarla de interesada”, respondió el ministro