La colocación de Soria en el Banco Mundial no ha sido la primera que Rajoy ha brindado a miembros de su partido y su gobierno en la órbita internacional. El diputado Federico Trillo –y antes exministro de Defensa– fue enviado al codiciado puesto de embajador de España en Reino Unido, mientras que otro exministro, José Ignacio Wert, se convirtió en el más contestado y luego en embajador ante la OCDE en París.
El nombramiento de Trillo llegó en 2012, después de que el ministro de Exteriores García-Margallo se comprometiera, al tomar posesión de su cargo, a reservar las embajadas a los miembros de la carrera diplomática, requisito que Trillo no cumple. No obstante, dejó la puerta abierta a realizar nombramientos políticos si concurriesen “personas extraordinarias en circunstancias extraordinarias”. El exministro de Defensa fue quien gestionó el desastre del Yak-42 y ordenó el asalto al islote Perejil. También fue conocido por darle un euro a la periodista que le preguntó por las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak.
Rajoy decidió mantener en su puesto a Trillo a pesar de en abril de 2015 El País destapó que cobró 354.760 euros de una constructora en el contexto de una trama de comisiones a políticos por la autorización de parques eólicos en Castilla y León. En octubre de ese mismo año, el Tribunal de Cuentas abrió una investigación en su embajada por la posible malversación de fondos de una empleada, como publicó El Mundo.
La asignación anual de Trillo no tiene que envidiar a los 226.000 euros anuales que percibirá Soria. El Estado solo publica el salario bruto de los embajadores y se niega a hacer pública la cantidad final, pero ésta se multiplica al aplicarle unos criterios de corrección que dependen del destino. El sueldo base de Trillo asciende a 65.885 euros al año, pero el monto total podría llegar hasta los 21.000 euros netos mensuales, según calculó El Confidencial. A esa cantidad se llegaría después de aplicar el complemento de destino, el complemento específico, el módulo de equiparación de poder y el módulo de calidad de vida.
El Estado, además, se hace cargo de los gastos de residencia de los embajadores, les proporciona coche oficial y personal de servicio en sus domicilios. La propia hija de Trillo se postuló el pasado mes de abril para optar a un puesto como consejera en la embajada que dirige su padre.
Otro nombramiento discrecional, más reciente, fue el de José Ignacio Wert. Envuelto en polémicas, como el recorte en becas y la aprobación de la LOMCE, dejó de ser el ministro peor valorado para ocupar un flamante puesto como embajador de España ante la OCDE. La concesión de este destino llegó tres meses después de que su cónyuge y exsecretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, fuera fichada por la por la misma institución.
Al igual que en el caso de los embajadores, el ciudadano choca con la opacidad del Gobierno si desea conocer el salario total que percibirá Wert. Lo que se sabe es que el sueldo bruto asociado al cargo que ahora desempeña es de 60. 846 euros, pero, al igual que ocurre en el caso de Trillo, esta cifra se multiplica cuando se le aplican unos complementos similares al de los embajadores. El Ministerio de Exteriores tampoco desvela datos relativos a la agenda del exministro.
Wert disfruta de un apartamento de 500 metros cuadrados cuyo coste asciende a 11.000 euros al mes y en él trabajarán dos personas de servicio. El jardín de su embajada también está bien cuidado: el BOE publicó que va a invertir 331.825 euros en mejorarlo.