Periodismo y política van muchas veces de la mano, aunque las relaciones no sean siempre amistosas ni cordiales. Políticos y “plumillas” pasan muchas horas juntos y al final es lógico que se produzcan “fichajes” procedentes de los banquillos de los medios de comunicación o los gabinetes de prensa.
Es lo que le ha ocurrido a una decena de diputados que, de una forma u otra, han ido aparcando el periodismo para ocupar un escaño del Congreso.
Ejerció la profesión periodística la veterana diputada del PP Beatriz Rodríguez-Salmones, fundadora de El País y primera jefa de Documentación del diario.
Lo mismo que la diputada de Geroa Bai, Uxue Barkos, que antes de política en activo fue corresponsal de la televisión pública vasca en Madrid y preguntaba micrófono en mano en los pasillos del Congreso a quienes tiempo después acabaron siendo sus compañeros de hemiciclo.
Entre los recién llegados, solo en la última legislatura se han ido incorporando media docena de periodistas a la Cámara Baja en las filas del PP, el PSOE, UPyD o Amaiur.
Ha sido el caso, por ejemplo, de la diputada de UPyD Irene Lozano, que antes de parlamentaria también fue “plumilla”. Lozano estuvo diez años en el diario El Mundo y varios más como “free-lance” para El País y ABC siguiendo la política desde el otro lado de la trinchera hasta que llegó un día en el que decidió dar el salto para “cambiar las cosas desde dentro”.
Un camino que, pese al desprestigio actual de la política -lamenta a Efe-, es desde donde “de verdad” se puede cambiar la realidad. Recaló en UPyD porque desde el principio sintió gran simpatía por este proyecto y fue ella misma la que se puso en contacto con el filósofo Fernando Savater, uno de sus promotores junto a Rosa Díez, para poder colaborar con ellos.
La relación se fue estrechando hasta llegar a ocupar el puesto número cuatro en la lista por Madrid en las pasadas generales. Y de ahí al hemiciclo, donde en solo un año se ha aupado con el premio al “Diputado Revelación” que concede la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
Periodistas-diputados los hay en prácticamente todos los grupos parlamentarios, aunque muchos proceden de lo que algunos llaman el “lado oscuro” del oficio: los gabinetes de comunicación y más en concreto, las oficinas de prensa de los partidos políticos.
Un trabajo estresante que obliga a estar alerta las 24 horas del día, según reconoce a Efe la diputada del PP Belén Bajo, que después de más de veinte años en gabinetes de prensa está satisfecha del cambio. Belén Bajo, que ejerció el periodismo radiofónico en Valladolid durante varios años, fue después directora de Comunicación del PP y de varios ministerios, siempre a las órdenes del ahora presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
“Como he trabajado durante muchísimos años en un partido político en el gabinete de comunicación, me gustaba mucho la labor que hacían los políticos. Servir al ciudadano y mejorar el bienestar de los españoles es algo muy bonito”, asegura. Para la diputada del PP, el cambio ha sido para bien y su experiencia como periodista le sirve para tener “un poco más de olfato” de por dónde tira la actualidad, o de los asuntos que pueden ser objeto de debate.
También está muy satisfecha la diputada de Amaiur Onintza Enbeita, que reconoce que llegó al Congreso de los Diputados un poco asustada porque el cargo le viniera grande o no supiera estar a la altura de la responsabilidad.
Comprometida desde hacía tiempo con la llamada izquierda abertzale, periodista en los diarios Egunkaria y Berria y reconocida bertsolari, Enbeita subraya que no ha sentido rechazo alguno por parte del resto de parlamentarios, pese a la posición política de su grupo.
“Me sorprendió la naturalidad y la normalidad de las relaciones en el Congreso. En la tribuna cada uno defendemos lo nuestro, pero después el trato es cordial y educado”, destaca.
Las tres diputadas, Enbeita, Lozano y Bajo, no han sido los únicos profesionales de la comunicación que se han incorporado a la Cámara Baja en los últimos tiempos.
En apenas un mes han llegado al Congreso de los Diputados el que fuera jefe de comunicación y de gabinete de la exministra de Defensa Carmen Chacón, Germán Rodríguez; y Pilar Marcos, periodista política de El País, que más tarde fue directora de publicaciones de FAES.