El nominado por el presiente estadounidense, Donald Trump, al Tribunal Supremo de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, ha comparecido este jueves ante el Comité Judicial del Senado para defenderse del las acusaciones de la doctora en Psicología Christine Blasey Ford, la mujer que le acusa de abusos sexuales cuando ambos eran adolescentes en los años ochenta.
Durante la primera parte de la audiencia, que ha durado algo más de tres horas, Ford ha ofrecido su testimonio, en el que ha contado detalladamente cómo Kavanaugh y un amigo suyo, el también magistrado Mark Judge, intentaron abusar de ella durante una fiesta cuando tan sólo tenía 15 años. Ford, una de las cuatro mujeres que han acusado públicamente al juez, ha ofrecido a los senadores detalles del ataque ocurrido presuntamente una noche del verano de 1982, cuando ambos eran adolescentes e iban al instituto, y que “alteró drásticamente” su vida.
El jefe del Comité Judicial del Senado, el republicano Chuck Grassley, destacó al inicio de la sesión que “ambos, la doctora Ford y el juez Kavanaugh, han pasado un par de semanas terribles”. “Ellos y sus familias han recibido amenazas vitales -subrayó-. Lo que han sufrido debe ser considerado por todos nosotros como inaceptable (...). Quiero pedirles perdón por cómo han sido tratados”.
“Esto es un completo circo”, ha emplazado Kavanaugh, que ha leído su testimonio con un tono bronco durante toda su intervención inicial. El nominado al tribunal supremo ha reconocido a los senadores que “a veces” bebía “demasiadas” cervezas cuando era estudiante, pero ha negado rotundamente haber cometido abusos sexuales. “Ese no es quién soy. No es quién era tampoco. Soy totalmente inocente de esta acusación”, ha aseverado, asegurando que jamás estuvo en la fiesta de la que Ford habla.
Kavanaugh se ha presentado en todo momento como una víctima de este proceso, alegando que tanto su familia como su nombre han sido mancillados a través de “unas acusaciones completamente falsas”. “Mi reputación está destruida, una reputación que he construido a lo largo de décadas de servicio público”, ha continuado, alegando que todo se trata de una trama que forma parte de un posible intento de venganza “por parte de los Clinton”.
El nominado de Trump para el Supremo ha asegurado que no piensa retirarse en ningún momento: “No pienso ser chantajeado para retirarme de este proceso. Y mira que lo han intentado con todas sus fuerzas”, ha emplazado. En un momento dado, Kavanaugh, que durante su intervención se ha mostrado desafiante y tajante, ha perdido la voz a causa de la emoción al hablar de su hija y de cómo ésta rezó por Ford. “Es un montón de sabiduría para una niña de 10 años”, ha apuntado, a punto de llorar. Muchos de los asistentes han comenzado a llorar también.
La audiencia se produce mientras aumenta la presión para que se posponga el voto de confirmación ante las nuevas denuncias que han aparecido. Trump ha ofrecido su respaldo a Kavanaugh pese a las alegaciones de las mujeres, y ha asegurado que se trata de un embuste organizado por la oposición demócrata para frenar la confirmación de su nominado al Supremo. De hecho, el mandatario ha pospuesto una reunión con el “número 2” del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, con lo que se diluyen los rumores de posible despido de este.