El comunicado que la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) difundió el pasado lunes para denunciar “el acoso” de Podemos a un grupo de periodistas que siguen su actualidad nació de las quejas que una decena de redactores que se han sentido humillados y amenazados por dirigentes de la organización a través de mensajes telefónicos y en las redes sociales. Esa denuncia de la asociación profesional, que ha llevado al PP a comparar el trato de Podemos a la prensa con el de la izquierda abertzale, se fraguó a espaldas de la mayoría de la junta directiva de la APM.
El malestar entre ese grupo de redactores (de distintos grupos de comunicación) fue en aumento durante el último año y derivó en una queja ante la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). Los reporteros lamentaban la actitud de Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, relataban algunos desencuentros públicos y privados con políticos del partido y decían tener pruebas de “campañas orquestadas en las redes sociales” para atacar sus informaciones.
La Asociación de Periodistas Parlamentarios trató sin éxito de reunirse en dos ocasiones con el líder de Podemos, la última el pasado mes de noviembre, y visto que alguna de las quejas provenían de periodistas que no eran cronistas parlamentarios decidió ponerlo en manos de la Asociación de la Prensa de Madrid, que el viernes 24 de febrero abordó el asunto en su reunión mensual.
Lo que se pactó en ese encuentro de la APM –al que acudieron cerca de una veintena de sus miembros– fue recibir al grupo de periodistas y escuchar sus quejas el jueves 2 de marzo, según confirman varios de los asistentes a eldiario.es.
La siguiente comunicación que recibieron los 23 integrantes de la junta directiva a las 22.52 horas del pasado domingo fue ya para informarles de que a las 9 de la mañana del lunes se haría público un comunicado denunciando las actitudes de Podemos. En el email se adjuntaba el texto cerrado de la denuncia bajo el asunto “Comunicado ante acoso Podemos”.
Algunos vocales no llegaron a leerlo y se enteraron ya el lunes por las radios y televisiones. Solo cinco de los 23 integrantes de la APM respondieron en la rueda de emails. Dos de ellos fueron especialmente entusiastas con el texto, que, según varias fuentes, pactaron la presidenta Victoria Prego –que es adjunta al director de El Independiente– y el vicepresidente primero para Asuntos Profesionales, Nemesio Rodríguez López, redactor habitual de las notas. Un tercer vocal alertó en la respuesta al email de la repercusión que podría tener.
El resto de los directivos de la APM no se posicionó ni tuvo noticia de lo que los autores de la denuncia habían contado en la reunión. Tampoco llegaron a ver las pruebas del supuesto acoso que cita el comunicado ni fueron informados del resultado de las entrevistas a una decena de redactores denunciantes. La Asociación de Periodistas Parlamentarios, que había estado en la génesis de la queja, no fue informada de que iba a salir esa nota.
La fórmula elegida por la APM –la que suele utilizar para reaccionar con rapidez ante asuntos urgentes que no pueden esperar a una reunión de todos los miembros– ha causado malestar en algunos miembros de la asociación.
Ausencia de debate en la junta de la APM
Cinco vocales han manifestado a eldiario.es su convencimiento de que un comunicado que acusa al tercer partido con más representación parlamentaria de “vulnerar de una manera muy grave los derechos constitucionales a la libertad de expresión y a la libertad de información y coarta el libre ejercicio del periodismo” debería haber sido debatido en la junta general de la asociación. Y lamentan que antes de formular una denuncia de tal calibre no se hubiera dado audiencia a Podemos, cuyos dirigentes han negado a posteriori las prácticas que relata el escrito.
“No tuvimos tiempo de reaccionar a un comunicado que es excesivamente duro. Me parece muy grave lo que relatan los compañeros pero creo que deberíamos haber hablado con Podemos y reunirnos en una junta para decidir”, relata una vocal.
Otro integrante de la junta asegura que “si se hubiese producido un debate, la nota no habría salido en esos términos”. “Es evidente que se nos ha utilizado políticamente y por primera vez la APM ha estado en todas las portadas”, asegura, tras comprobar cómo la denuncia ha monopolizado el debate político de las últimas horas y motivado reacciones de PP, PSOE y Ciudadanos, que se han mostrado muy duros con el partido de Pablo Iglesias.
“Yo creo que no habría pasado nada por haber escuchado a Podemos, al contrario. Y tampoco habría pasado nada por haberlo debatido. Creo que el tema tiene enjundia y es grave, y que la APM está para tomar en cuenta las solicitudes de amparo. Es un tema delicado, la línea entre presionar y amedrentar es demasiado débil y es consustancial al ejercicio del periodismo la capacidad para soportar presiones, que siempre las ha habido. Me preocupa que haya compañeros que puedan sentir miedo y no puedan desarrollar su trabajo. Al ser un tema delicado, tal vez habría que haberlo tratado de otra forma. No es la primera vez que pasa”, asegura otro veterano de la APM.
Un cuarto vocal asume que el procedimiento para elaborar la nota no ha sido el más adecuado, aunque recuerda que las quejas de los periodistas son reales y graves y es injusto que queden desvirtuadas por la fórmula elegida para difundirlas.
Varias fuentes consultadas aseguran que la gestión de la queja la llevaron Prego y su mano derecha, Nemesio Fernández. En el mejor de los casos, sólo estuvo al tanto el núcleo duro de la dirección: otros dos vicepresidentes y la secretaria de la APM.
“No vamos a dar ni los nombres ni las pruebas”
La dirección de la Asociación de la Prensa de Madrid rechazó el martes hacer declaraciones a eldiario.es. El vicepresidente primero, autor del comunicado, Nemesio Rodríguez, aseguró que cualquier explicación debería darla Victoria Prego, y esta evitó responder las llamadas de esta redacción.
Prego sí había ofrecido su versión horas antes en Los Desayunos de TVE, donde es tertuliana habitual: “La APM no va a entrar en polémicas, ha hecho un comunicado y ahí hemos dicho lo que teníamos que decir. Nos llegó un nutrido grupo de periodistas explicándonos que se sentían intimidados de manera organizada, nos enseñaron las pruebas que demostraban que lo que decían era cierto. Las pruebas y los nombres son propiedad de aquellos que nos vinieron a pedir amparo y por tanto no vamos a dar ni los nombres ni las pruebas. Pertenecen y es propiedad de los protagonistas. Yo he visto en la prensa unos cuantos relatos que incluyen unas cuantas pruebas. Y nosotros como buenos periodistas no revelamos nuestras fuentes”.
Uno de los medios que ha publicado el contenido de las quejas profesionales fue precisamente El Independiente, donde Prego es adjunta al director. “Ten cuidado con lo que escribes”, “Es de poca vergüenza o sinvergüenza”, son algunas de las frases que este diario atribuye a los denunciantes.
El País, que dedicó el martes una parte de la portada, el editorial y dos páginas a la polémica, fue otro de los diarios que publicó algunas de las amenazas relatadas por la denuncia a la APM: “Eres tonto” o “De donde no hay no se puede sacar”, en forma de mensajes. También “como escribas esto, te voy a destruir”, de forma verbal. La información no identificaba al autor de ninguna de las frases, y de la última decía que “no hay registro al haber sido supuestamente pronunciada cara a cara”.
Entretanto, los periodistas que han solicitado el amparo insisten en preservar sus identidades para no empeorar su relación con el partido del que tienen que informar. Subrayan que se trata de amenazas más o menos directas y personales y alegan que hay en Podemos una estrategia calculada para desacreditar cualquier información crítica con el partido.
“El señalamiento público es para desprestigiar hacia afuera, para que lo que publicas no tengas credibilidad, y para dentro, para que en tu partido sepan que estás considerado como enemigo y no hablen contigo”, asegura a eldiario.es uno de los solicitantes de amparo.
Otro de los denunciantes asegura que el trabajo diario sobre el partido se ha vuelto insoportable. Personas que han leído algunos de esos mensajes sostienen que varios traspasan todas las líneas rojas que deben regir en la relación de políticos y periodistas.