Miguel Arias Cañete se enfrenta al día decisivo sobre su futuro en la Comisión Europea. El exministro se somete al examen en el Parlamento Europeo en el que se examinará sus aptitudes profesionales para hacerse cargo de la cartera de Energía y Cambio Climático para la que le ha propuesto Jean-Claude Juncker. La presión, encabezada por las delegaciones españolas de IU, ICV, Podemos y Compromís-Equo, contra el aspirante español es intensa, aunque es posible que la balanza la termine inclinando la posición del grupo Socialista.
Las delegaciones españolas en Bruselas forzarán en el examen de este miércoles que Cañete se pronuncie sobre sus relaciones familiares con empresas petrolíferas. A pesar de que Cañete se ha comprometido por escrito -como parte anterior del proceso de su candidatura- a abstenerse en aquellas decisiones en las que pueda tener un interés financiero o familiar, los eurodiputados incidirán sobre sus lazos con estas empresas, que están en manos de sus familiares.
La cartera de Energía y Cambio Climático es un arma de doble filo para el exministro. Por un lado, es la única en la que tiene conflictos de interés por haber presidido dos petroleras y porque su familia sigue teniendo poder en ese sector. Por otro lado, es un puesto de poco peso para España, que pierde Competencia, una de las importantes.
Además, Cañete tendrá a dos vicepresidentes de la Comisión ante los que rendir cuentas: Alenka Bratusek -comisaria de Unión Energética- y Jyrki Katainen -responsable de Crecimiento y Competitividad. Juncker advirtió a los gobiernos europeos que aquellos que propusieran mujeres tendrían mejores puestos ante la falta de paridad a la que se enfrentaba, pero Mariano Rajoy se empeñó en apostar por Cañete en exclusiva.
Una carta oficial a Juncker por su machismo
Las palabras sexistas que pronunció durante la campaña -cuando justificó su mala actuación en el debate contra Elena Valenciano con que evitaba parecer “machista” si mostraba “superioridad intelectual”- también saldrán a relucir durante el examen. Además, las aspiraciones de Cañete pueden verse truncadas con el envío a Juncker de una carta oficial por parte de la Comisión de Igualdad de la Eurocámara en la que se reprocha su actitud y se pone en duda su idoneidad para ocupar un puesto en la institución.
Esta es una manera de mostrar disconformidad con el nombramiento de Cañete. En la carta, piden a Juncker que coopere para que la Comisión cumpla el principio de igualdad entre hombres y mujeres y que exija al exministro que cumpla la perspectiva de género en sus políticas.
Movilización de IU, Podemos, ICV y Compromís-Equo: #StopCañete
Las delegaciones españolas en el Grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE) –IU, ICV y Podemos– y de Los Verdes – Compromís-Equo-CHA– son las que más presión están ejerciendo para fomentar el veto a Cañete. Así, han organizado una concentración este miércoles frente a la sede del Parlamento en Bruselas para expresar el rechazo al aspirante.
También han redactado un manifesto en el que explican por qué Juncker “debe reconsiderar su decisión”. En el texto, secundado por más de 80 eurodiputados entre los que aparecen algunos nombres socialistas, señalan sus conflictos de intereses así como sus posicionamientos machistas.
Incluyen, además, críticas a sus políticas al frente del Ministerio de Agricultura: “Sus políticas sobre gestión del agua, energía y protección de las costas no fueron compatibles con la necesidad de proteger el medio ambiente y asegurar la transición energética, y fueron en ocasiones contrarias a directrices y regulaciones de la Unión Europea”, añade el manifiesto que alerta del “daño” que el nombramiento definitivo de Cañete puede suponer para la “credibilidad” de las instituciones europeas.
UPyD también ha pedido a los eurodiputados liberales la evaluación negativa del candidato. En un documento explicativo de los argumentos, destacan sus actuaciones en el Gobierno, como el rechazo a las propuestas en materia de pobreza energética o la promoción de legislación que protege a las grandes compañías en casos de accidentes ambientales, entre otros. Equo lanzó la semana pasada un vídeo en el que destacaba sus conflictos de interés.
El PSOE no ha decidido aún su postura ya que espera a escuchar al exministro durante el examen, aunque Pedro Sánchez ha reiterado que no votará a favor, es decir, que se mueven en el terreno del no o la abstención. Tampoco saben qué opinión trasladarán al coordinador socialista a la hora de redactar la carta de evaluación que recibirá Juncker. El Parlamento Europeo no puede rechazar únicamente a un candidato, sino que el Colegio de Comisarios se vota en bloque. La decisión de retirar a los aspirantes queda en manos del presidente de la Comisión.
La opinión del Grupo Socialista es importante para inclinar la balanza hacia el fracaso o el éxito de Cañete en Bruselas. Una opinión no favorable del segundo grupo más numeroso de la Eurocámara facilitaría las aspiraciones de las delegaciones españolas de retirar al exministro. “Vamos a necesitar que los socialistas europeos voten en contra para tumbar a Cañete, pero tendrán que demostrar que rompen el acuerdo táctico que tienen con la derecha”, expresa el eurodiputado de ICV Ernest Urtasun.
Los aspirantes a ocupar un puesto en la Comisión Europea se someten a un examen de tres horas de duración en la que los eurodiputados estudian sus aptitudes profesionales y sus competencias en su cartera. Miguel Arias Cañete se someterá al escrutinio de los parlamentarios de las comisiones de Energía y Medioambiente.
Una vez finalizado el examen, los coordinadores de los grupos presentes se reúnen para elaborar la carta de evaluación. El resultado está muy abierto: pueden darle el visto bueno; aprobar su profesionalidad pero descartarlo para esa cartera; plantear una reducción de sus competencias o incluso rechazar su nombre para cualquier cargo en la Comisión.
El resultado depende de la negociación durante la reunión. En ella, el PP forzará el apoyo al candidato mientras que el grupo de izquierdas lo rechazará. El Grupo Socialista está a la espera de escucharle y los liberales, también. En el caso de de que los coordinadores de todos los grupos no se pongan de acuerdo, los eurodiputados de la Comisión votarían.
Esa carta, tras pasar por la conferencia de presidentes, llega a Juncker con las recomendaciones que hace el Parlamento. A partir de ahí, él decide si reacciona al mandato de la Eurocámara y hace los cambios que pudieran aconsejarle o si sigue adelante con el nombramiento.
Una vez que Junker recibe las valoraciones de todos los aspirantes, elabora la lista definitiva, que se vota en bloque en el pleno del Parlamento Europeo.