- Los documentos firmados determinan desde el porcentaje de aportaciones económicas, hasta la composición de los órganos de dirección, el código ético y qué hacer en caso de que un partido quiera abandonar la coalición
Podemos e IU registraron el viernes el acuerdo para su coalición tras enmendar algunos errores y ausencias de información, como el logo que figurará en la papeleta. O los logos, mejor dicho, ya que además del general en algunas circunscripciones irán diseños particulares ajustados a confluencias territoriales. Esto ocurrirá en Andalucía, Baleares o Asturias, por ejemplo, según el documento que publica la Junta Electoral Central en su página web, donde también figuran el resto de acuerdos sellados para En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podemos-EUPV: A la valenciana.
El acuerdo entre Podemos e IU es el más sencillo de los cuatro y deja abiertos asuntos que deberán determinarse tras las elecciones, como el reparto de la asignación al grupo parlamentario. Son cuestiones todavía por fijar y que quizá no lleguen a plasmarse nunca en un documento público.
En cuanto a las confluencias catalana, gallega y valenciana, las tres candidaturas, como estaba previsto, han repetido la fórmula que eligieron el 20D y, salvo la incorporación de IU en el País Valencià y la simbólica de En Comú Podem en Cataluña, los integrantes repiten.
Podemos e IU son las dos organizaciones que tienen representación en todas las coaliciones. Entre la información que han presentado ante la Junta Electoral está la composición de los órganos de gobierno de la coalición, las condiciones económicas, las vías de financiación e incluso cómo desligar a un partido “disidente”.
El acuerdo Podemos-IU-Equo da el control a Podemos
El consejo directivo de la coalición estatal tendrá nueve miembros. Y Podemos se ha asegurado el control del órgano que la guiará al obtener cinco de estos. Otros tres serán de IU y el último de Equo. El resto de partidos que se han sumado en el ámbito regional “podrán participar en este órgano con voz, pero sin voto”.
En el ámbito económico el reparto de las subvenciones electorales responde a los resultados del 20D, aunque IU ha arrancado una mejora del 3%. Así, el reparto será del 76% frente al 24%. En cuanto a la subvención por escaño se repartirá el función del número de diputados logrado por cada uno.
En Huesca y en Baleares se modifica el acuerdo general para meter a Democracia Participativa en la provincia aragonesa con un 10% de los derechos, que se resta Podemos de su parte; y al Mès un 20% en las mismas condiciones.
El documento recoge un largo manifiesto que fundamenta el acuerdo en el que se establece que el objetivo es “multiplicar los resultados electorales” del 20 de diciembre “y garantizar la formación de un gobierno de progreso y de cambio en España”.
Mucho más minuciosos son los documentos presentados por En Comú, En Marea y Compromís-Podemos. Este es un análisis pormenorizado de los acuerdos de las tres confluencias.
No a los créditos bancarios
Las tres coaliciones coinciden en rechazar cualquier tipo de financiación bancaria. Aunque las fórmulas difieren el fondo es muy similar. “La coalición no se financiará a través de créditos bancarios”, asegura el documento de En Comú; “se excluye expresamente la financiación bancaria”, dice el de En Marea; “no podrá financiarse por medio de créditos bancarios ni de cajas de ahorros”, apunta el de Compromís-Podemos-EUPV.
Rechazar la vía de financiación bancaria no es una novedad para Podemos. El partido tiene esta norma incorporada desde su fundación. También otras formaciones que han nacido en la ola de cambio que produjo el 15M, como Barcelona en Comú. Para otras organizaciones más veteranas esta renuncia supuso un problema en un primer momento pero todas han terminando aceptando la regla impuesta por Podemos.
¿Y de dónde sale el dinero?
Las diferencias en este punto siguen sin ser notables pero sí apreciables. En Comú Podem asegura que “los gastos de la coalición se cubrirán con aportaciones económicas de los partidos integrantes”, que podrán recurrir a “donaciones, apoyos y mecanismos de autyofinancación (...)” que sean abiertos “a la ciudadanía” y “transparentes”. Es decir, crowdfunding y las aportaciones que hacen los cargos electos de los partidos.
En Marea, por su parte, no especifica tanto y simplemente se limita a señalara que cada partido aportará en función del porcentaje de participación que tienen en la coalición: un 33% Anova, un 33% Podemos y un 33% EU.
Es la misma fórmula elegida en la Comunidad Valenciana, donde el reparto es distinto: 44% para Compromís y Podemos y un 12% para EUPV. Compromís, que es en sí misma una coalición, también tiene un reparto de su porcentaje: 26% para el Bloc, 15% para Iniciativa y un 3% para Verds-Equo.
En Comú apuesta por el déficit cero
La coalición catalana propugna el déficit cero como punto de partida. “El plan de financiación de la campaña será sostenible por la propia coalición ”y no preverá la generación de déficit“, asegura el documento registrado ante la JEC. En caso de que sí se produjera, este será ”asumido por los partidos“ de forma proporcional: 29% para ICV, 29% para Podemos, 13% para Barcelona en Comú y el 13% para EUiA. En Comú Podemm aunque forma parte de la coalición figura en el Acuerdo Económico con un 0%.
El documento valenciano recoge que el acuerdo económico se hará a posteriori aunque sí establece que el ámbito de decisión se ceñirá “al ámbito del País Valenciano” y que “los gasto que superen los 3.000 euros deberán contar con el visto bueno” de los responsables designados por cada parte. El acuerdo de En Marea no hace ninguna referencia explícita.
El destino de las subvenciones
Las tres coaliciones establecen también un destino distinto a las subvenciones que recibirán en función del resultado electoral. En Comú Podem determina que se destinarán “a impulsar los proyectos que decida la propia coalición” y el remanente “se distribuirá entre los partidos que componen la coalición en proporción”. En cuanto a las retribuciones de los diputados, cada uno la recibirá íntegra y “pactará con su organización (...) la aportación que deba realizar”.
Compromís-Podemos-EUPV repartirá estas subvenciones entre los partidos en concepto de devolución de las aportaciones previas para financiar la campaña. Además establece que los recursos del grupo parlamentario que resulte se utriliozará “para los gasto generales” y se repartirá entre los partidos en caso de que haya remanente.
En Marea destinará este dinero a devolver “los créditos proporcionaods por votantes y simpatizantes” y las aportaciones de los partidos. Si hay sobrante, este se repartirá entre Anova y EU, ya que Podemos “renuncia a este derecho”.
La pelea por el grupo propio
Es uno de los mantras de las tres candidaturas. Y, grosso modo, mantienen la estrategia del 20 de diciembre: exigir un grupo parlamentario propio para cada una de las coaliciones. Conscientes de la dificultad política de que esto ocurra, vistos los precedentes, cada una establece una fórmula de gestión distinta.
En Comú repetirá como subgrupo dentro del grupo general de Podemos e IU. En él tendrán portavocía propia y libertad de voto. En Marea, por su parte, no hace referencia expresa a este punto pero tras el 20D sus diputados se integraron en el grupo de Podemos como subgrupo.
Compromís-Podemos-EUPV desarrolla más este punto aunque repite los parámetros previos a diciembre. En caso de que la Mesa del Congreso denegara el grupo “los miembros de la coaliciómn propuestos por Podemos podrán optar por constituir un subgrupo valenciano”. El resto, según el documento, esperará a una resolución del Tribunal Constitucional.
Los órganos de gobierno
Cada coalición tiene un órgano de gobierno con un nombre distinto pero que, de manera general, tendrá una composición proporcional, aunque hay pequeños matices.
En Marea integra en su Comisión de Coordinación a los diputados electos. Y establece que, a falta de consenso, las decisiones se tomarán por mayoría.
En Comú, por su parte, aboga por “el consenso” y, en su ausencia, por una “mayoría cualificada de tres cuartos” para tomar decisiones que versarán por las directrices políticas, aprobar los presupuestos y cuenta del grupo parlamentario, nombrar a los representantes en los distintos órganos, etcétera.