El Congreso ha aprobado definitivamente el uso del catalán, el euskera y el gallego en todos los ámbitos de la Cámara. La nueva mayoría que se está ahormando poco a poco para una posible investidura de Pedro Sánchez ha dado el visto bueno a la modificación del reglamento para habilitar que las lenguas oficiales se puedan hablar con normalidad desde la tribuna, pero también en comisiones y en los escritos parlamentarios. El texto ha contado con el apoyo de las fuerzas progresistas, nacionalistas e independentistas y ha sumado también el apoyo de Coalición Canaria, frente a la bancada de la derecha y la extrema derecha.
El texto ha quedado aprobado con 180 votos a favor y 170 en contra. PSOE, Sumar, Esquerra Republicana, EH Bildu, el Partido Nacionalista Vasco y el Bloque Nacionalista Galego han juntado sus votos a los de Junts y también a los de Coalición Canaria, así como al de una diputada del PP, que se ha equivocado al pulsar su opción. La derecha y la extrema derecha se han quedado en soledad en su negativa a que las lenguas oficiales se usen con normalidad en el parlamento.
La proposición que se ha tramitado este jueves fue redactada hace dos semanas conjuntamente por la mayoría de grupos progresistas y nacionalistas con representación en la Cámara. El PSOE, Sumar, Esquerra Republicana, EH Bildu, el Partido Nacionalista Vasco y el Bloque Nacionalista Galego registraron esta fórmula para que las lenguas se pudieran usar “en todos los ámbitos del Congreso”.
“Los diputados y diputadas tendrán el derecho de usar en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria, incluidas las intervenciones orales y la presentación de escritos, cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficial en alguna comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía”, reza el texto que ha sido aprobado definitivamente este jueves.
El Congreso de facto ya había puesto en marcha todos los medios necesarios para la entrada en vigor de esta norma y gracias a un acuerdo de la mayoría progresista de la Mesa permitió que durante este pleno ya se pudiera hablar en las lenguas oficiales, también en aragonés, asturiano y aranés con autotraducción.
La proposición de ley aprobada ahora incluye una disposición transitoria para que la Cámara Baja adapte sus servicios en un plazo inferior a seis meses. “Durante ese periodo los diputados y diputadas que presenten sus escritos en cualquier lengua oficial que no sea el castellano deberán acompañar una traducción de dicha lengua”, establece el texto.
La reforma del reglamento tendrá una adenda al texto que registraron los grupos gracias a la aprobación de una enmienda, presentada por el PNV, para que las leyes que se aprueben sean publicadas en el Boletín Oficial del Congreso “con carácter de versión auténtica en todas las lenguas oficiales del Estado”.
Con esta reforma, se cierra el círculo de la negociación que hizo presidenta de la Cámara Baja a la socialista Francina Armengol. El uso de las lenguas oficiales fue uno de los requisitos que pusieron sobre la mesa tanto ERC como Junts para facilitar una mayoría progresista de la Mesa, una primera piedra de cara a las conversaciones para la posible investidura de Pedro Sánchez, que por la aritmética parlamentaria que dejaron las urnas el 23J depende ahora más que nunca del apoyo de los de Carles Puigdemont.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha ridiculizado en declaraciones a los medios tras el Pleno el uso de diferentes idiomas españolas en el Congreso, y ha asegurado que la Cámara Baja se ha “convertido en un karaoke” y un “conjunto de pinganillos”.
Choque entre PP y PSOE por la amnistía
Feijóo ha replicado también las palabras de ayer del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, desde Nueva York, donde dijo: “La crisis política nunca tuvo que derivar en la Justicia”. “Se ha cometido un fraude electoral reincidente y agravado”, ha asegurado el líder del PP. “Ha mentido sobre la mentira”, ha añadido, para concluir: “Es un ataque frontal a la democracia y a la división de poderes”.
Y es precisamente por eso que el Partido Popular ha aprovechado su turno de defensa de las enmiendas para criticar las negociaciones de los socialistas con Junts. “¿Qué ha cambiado? El cambio está en Waterloo”, ha censurado el diputado vasco y portavoz de la dirección del PP, Borja Sémper, durante su intervención en la tribuna, esta vez, a diferencia del pasado martes, completamente en castellano y sin extractos en euskera.
“Si las necesidades cambian, ustedes cambian. Si exigen, ustedes conceden. Ustedes conceden privilegios y los españoles les pagan. ¿Cuál es el límite de las cesiones? ¿Hay límites? ¿La institucionalidad, el legado parlamentario de la Transición? No hay límites porque todo, absolutamente todo, aparece supeditado a la ambición de un solo hombre, Pedro Sánchez”, ha cargado el diputado.
Sémper se ha llegado a dirigir a los diputados del PSOE para que reconsideren su posición frente a las órdenes de Sánchez. “Señorías del PSOE. ¿Creen ustedes, como afirma Pedro Sánchez, que lo sucedido en 2017 fue una crisis política que nunca tuvo que derivar en lo judicial? ¿Creen que la aplicación del 155 fue un acto democrático en defensa de la ley? Esto segundo lo pensaban ustedes entonces; lo primero lo piensan hoy, salvo que Pedro Sánchez cambie de opinión”, ha cerrado.
“Hemos echado de menos su euskera”
La réplica a sus preguntas la ha tenido en voz del diputado del PSC Marc Lamuà, que le ha recordado a Sémper su “olvido” del euskera. “Hemos echado de menos su euskera, ¡a ver si vuelve alguna vez”, ha bromeado el portavoz, que ha atribuido después su cambio de estrategia a las órdenes de la dirección de su partido, tras las críticas internas que recibió por hablar en euskera el pasado martes desde la tribuna.
Lamuá no se ha centrado tanto en defender el texto que se ha votado este jueves como en criticar los argumentos del PP para rechazar esta reforma. El diputado ha calificado al PP de “desnortado” e incluso ha vaticinado un “descabezamiento” dirigido desde la Puerta del Sol, esto es, una jugada de Isabel Díaz Ayuso para acabar con Alberto Núñez Feijóo. “No sabemos a qué PP tomar como referencia”, ha dicho después: “Al que acepta en el Senado cualquier fórmula para jurar el cargo o al que pone pegas en el Congreso; el que exige el gallego para ser profesor o el de las Islas Baleares que elimina el catalán allá donde puede”.
Y acto seguido, ha criticado también las incoherencias del PP en el debate sobre la plurinacionalidad. “Son capaces de todo para conseguir gobernar”, ha insistido entre las risas de la bancada popular. ¿Rompían España cuando llamaban a ETA movimiento vasco de liberación? ¿Cuando indultaban a corruptos de manera inconstitucional? ¿Cuando hablaban catalán con Pujoj? O es que cuando está el PP todo vale pero cuando está el PSOE nada es bueno. Creen que el poder les pertenece por derecho, por cuna, por herencia“, ha dicho.
El cruce entre ambos ha tenido una prolongación en el turno de réplica. “Lo natural es que PP y PSOE pensemos diferente y tengamos la capacidad de discutirlo”, ha dicho Sémper. “Siempre hemos coincidido en una idea: España no estaba a la venta. Nosotros lo seguimos pensando. Hoy el PSOE pone a España a la venta”, ha sentenciado el diputado del PP. “Cuando España avanza ustedes se quedan atrás. Cuando España se une más, ustedes se quedan más solos que nunca. Sigan así, que a España le va a ir mejor”, le ha contestado Lamuà.
Sémper no solo ha recibido respuesta a sus palabras desde la tribuna. El presidente de Asturias, el socialista Adrián Barbón, ha replicado a sus alusiones a través de Twitter. El dirigente vasco aseguró en el debate que Barbón había reconocido que la amnistía era una “incomodidad” que había que asumir para hacer presidente a Sánchez.
“Lo que he dicho -y repetido- hasta la saciedad es: España necesita tener un Gobierno y la única opción posible es Pedro Sánchez. La otra opción es ir a elecciones. Y yo prefiero estabilidad y un gobierno de Pedro Sánchez. Sobre futuribles de la negociación he señalado -y reitero- que el marco está claro: la Constitución Española”, la ha respondido Barbón en Twitter. “Sinceramente esperaba del señor Semper mayor elegancia para defender sus posiciones y no tener que recurrir a embarrar el debate poniendo en mi boca palabras que yo no he dicho”, le ha reprochado.
El resto del debate se ha desarrollado con normalidad, prácticamente sin interrupciones, a diferencia del pasado martes, cuando Vox volvió a buscar protagonismo con una salida en bloque del hemiciclo, dejando en la banca de Sánchez los auriculares para la traducción a las diferentes lenguas.
Esta vez, la portavoz de Vox ha buscado la foto de otra manera, al dirigirse al diputado de Chunta Aragonesista, Jorge Pueyo, para cargar contra el uso del aragonés. “Tiene mi edad, nació en los 90, ¿de qué represión habla? ¿Usted se cree que estamos aquí para darle apoyo porque un profesor le tenía manía en el colegio? No se preocupe, luego le damos un abrazo si quiere”, le había dicho la diputada de Vox Pepa Rodríguez de Millán.
“Nos han estado censurando y reprimiendo toda la vida. Yo no he podido estudiar en mi lengua y los aragoneses no tienen derechos lingüísticos plenos”, ha continuado, mientras escuchaba los murmullos de los diputados de Vox que se sientan detrás de él. “No dejaré de decir tontadas como me dicen por aquí”, ha continuado: “No hay una lengua común, sino muchas lenguas comunes”.