Un nuevo estudio científico ha revelado que las células más externas de la piel forman estructuras similares a los puentes colgantes sobre las heridas para favorecer la cicatrización, una investigación que abre el camino para mejorar la regeneración de la piel ante quemaduras, heridas y enfermedades.
El estudio, cuyos resultados han sido publicado en la revista científica 'Nature Materials', ha sido llevado a cabo por el Instituto de Bioengeniería de Cataluña (IBEC) y Instituto de Mecanobiología de la Universidad Nacional de Singapur.
Según el IBEC, la investigación enseña el camino para conseguir productos para una mejor y más rápida cicatrización de heridas, además de abrir nuevas vías de investigación en la ingeniería de tejidos de la piel.
Los científicos del IBEC y del Instituto de Mecanobiología de la Universidad Nacional de Singapur han utilizado tecnología de microfabricación -generación de estructuras en miniatura a escala micrométrica- para observar cómo migran las células de la piel para reparar las heridas.
Según el instituto catalán, a través de esta técnica se ha demostrado que las zonas con heridas, que no tienen el apoyo de una matriz extracelular y que no son propicias para la adhesión celular, son alcanzadas por “puentes” multicelulares formados por láminas de queratinocitos.
De este modo, las células migratorias de la piel son capaces de continuar su avance como unidad y grupo homogéneo, para formar una barrera protectora encima de la herida.
“Estos puentes son un nuevo descubrimiento, ya que previamente se creía que este proceso de reepitelialización -de restauración de la piel en una herida o quemadura- requería un 'punto de apoyo' para que cada célula de una lámina epitelial pudiera migrar”, ha explicado Xavier Trepat, investigador principal del IBEC.
“En lugar de ello, parece ser que las células pueden extender un puente por encima de la herida y arrastrar las láminas suspendidas a través de él”, ha añadido el científico.
El estudio, liderado por Lim Chwee Teck y Benoit Ladoux, de Singapur, demuestra que esta lámina de células suspendidas se propulsa gracias a fuerzas generadas por un sistema de actina y miosina, un tipo de proteínas motoras que puede causar la contracción celular.
Los investigadores han descubierto que la lámina tiene un comportamiento elástico en lugar del comportamiento fluido más característico de otros tipos celulares, lo que de alguna manera explica su habilidad para formar puentes colgantes multicelulares.
“Nuestro estudio facilitará el camino para diseñar mejores alternativas de reparación y regeneración de tejidos, que ayudarán a solventar las limitaciones actuales en la ingeniería de tejidos y promoverán regeneraciones epiteliales,” ha augurado Benoit Ladoux.
Según este investigador, “entre las aplicaciones potenciales se incluye el tratamiento de quemaduras, de determinadas enfermedades de la piel y de problemas asociados al envejecimiento como las úlceras, además de ayudarnos a describir las propiedades mecánicas de las láminas celulares”.