“No nos dio ningún vehículo por la parte trasera. Simplemente yo iba conduciendo, me percaté de un bache y tomé las precauciones de cualquier automovilista que es accionar el freno levemente. Esas fueron las primeras palabras de Ángel Carromero tras el accidente de tráfico en el que perdieron la vida dos disidentes cubanos en julio de 2012. Una vez en España con tercer grado penitenciario, tras pasar cinco meses en una cárcel cubana condenado por homicidio imprudente, el dirigente de Nuevas Generaciones cambió radicalmente su versión de los hechos: ahora sostiene que el accidente fue provocado por los servicios secretos cubanos y que le embistieron. Ni el gobierno español, ni la Audiencia Nacional parecen creer su nueva versión.
En marzo de este año Carromero dijo por primera vez en público que no perdió el control del coche, sino que fue embestido por otro vehículo que le perseguía. Lo hizo en una entrevista en el Washington Post en la que habló de un vehículo rojo de la marca Lada. En otra entrevista publicada por el diario El Mundo meses después dijo que le habían seguido tres vehículos y solo hizo referencias concretas a un utilitario azul que le seguía a la altura de Bayamo -donde se produjo el accidente-.
El cambio en la versión de los hechos, por parte de Carromero, no solo fue chocó varias veces contra su propio testimonio, sino también con el de Aron Modig, el dirigente de los Jóvenes Demócratas Cristianos de Suecia (cuarto ocupante del vehículo). Modig, que había viajado con Carromero para entregar dinero a los opositores al régimen, ha dado pocos detalles sobre el suceso al admitir 'lagunas' por estar dormido durante el trayecto, pero también sostiene la versión del árbol: “El primer recuerdo que tengo del accidente es que habíamos perdido el control del coche y se dirigía a un árbol que estaba al lado de la carretera”.
Las imágenes del coche que conducía Carromero y en el que perdió la vida Oswaldo Payá presentan un hundimiento en la puerta izquierda trasera, que supuestamente la ocasionó el golpe contra el árbol y no se aprecia que el coche accidentado hubiera sido embestido por la parte de trasera.
El cambio de testimonio de Ángel Carromero levantó rechazo en el Gobierno de Rajoy, que invitó al joven popular a ir a los tribunales “si tenía evidencias” de que el accidente hubiera sido provocado. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, dijo que no tenía ninguna evidencia de que las cosas no sucedieran como Carromero dijo en el juicio y como se firmó en el memorándum de entendimiento con Cuba, que permitió el traslado del vicepresidente de Nuevas Generaciones en Madrid regresar a España para seguir cumpliendo su condena.
La Justicia se pronuncia en contra de Carromero
Ángel Carromero solicitó el indulto al Gobierno. Pero los informes previos de la Fiscalía y la Audiencia Nacional se oponen al perdón. La Sala de lo Penal de la Audiencia señaló que los “hechos objeto de condena están penados en el ordenamiento español con análoga entidad”. Además, insistía en los antecedentes de Carromero, que había perdido todos los puntos del carnet de conducir, a pesar de que el entorno del 'cachorro' popular ha defendido que no era un “conductor temerario” alegando que las multas anteriores eran por hablar por el móvil, otra por exceso de velocidad y el resto por aparcamiento -la ley solo contempla pérdida de tres puntos si se para o estaciona “peligrosamente”.
La Justicia quita la razón a Carromero en su cambio de versión hasta el punto de que la nueva le aleja del indulto. Tal y como aseguró Margallo, “los dos organismos (la Fiscalía y la Audiencia) han dicho que, en este caso concreto, por falta de arrepentimiento, el indulto no procede”.
La familia del fallecido Payá alimentó la teoría de la conspiración en el accidente al presentar una querella contra dos altos cargos de la seguridad cubana, a los que acusaban de la muerte del líder opositor. Sin embargo, la Audiencia la ha rechazado e incluso considera que acudir a los tribunales españoles por la muerte en accidente de tráfico de Payá es “abusivo”. Y el propio juez Eloy Velasco repara en otra de las contradicciones de Carromero y cuestiona que, si Aron Modig iba dormido en el momento del accidente, como él mismo ha reconocido, “nadie le alertó, ni despertó, pese a que (Carromero) afirma que iban siendo perseguidos”.