Cospedal: de intentar “parar la libretita” de Bárcenas con Villarejo a defender ante el juez que “se conozca la verdad”

Alberto Pozas

17 de mayo de 2022 23:01 h

0

María Dolores de Cospedal declaró en junio de 2019 como imputada en la Audiencia Nacional en el marco de la 'operación Kitchen'. Tanto el juez, el fiscal, como también su propio abogado le preguntaron por la reacción del Partido Popular a las revelaciones de los papeles de su extesorero, Luis Bárcenas, seis años antes. “El interés del partido es que se conociera la verdad y se depuraran responsabilidades, dijo la exsecretaria general del PP. Pero la comparación entre su declaración judicial y las grabaciones desveladas por El País desvelan que hubo más cosas que no le contó al juez del caso. Por ejemplo, que pidió a José Manuel Villarejo frenar la difusión de ”la libretita“ donde Bárcenas anotó décadas de contabilidad opaca en Génova 13.

La exministra de Defensa compareció como imputada en el caso Kitchen cuando el juez todavía sospechaba que tanto ella como su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, podían tener algo que ver en el operativo: la captación del chófer de la esposa de Luis Bárcenas y su mujer, Rosalía Iglesias, para intentar robarle grabaciones y documentación comprometedoras que el extesorero guardaba y en las que supuestamente salía el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Estaba imputada y no tenía, por tanto, obligación de decir la verdad.

El inspector Morocho

Manuel Morocho fue el policía encargado de analizar la caja B del Partido Popular en 2013, cuando El País publicó los papeles de Bárcenas. Un inspector en torno al que también gira una parte de la operación Kitchen: declaró el año pasado y relató cómo se le conminó “a que no pusiera en el cuerpo del informe ningún nombre de responsables políticos”. “Concretamente se me expresó el nombre de Mariano Rajoy”, dijo. Las grabaciones difundidas ahora por El País revelan que esta indicación era conocida por Cospedal a través de Villarejo.

Fue en abril de 2013 cuando los dos hablaron por teléfono sobre ese informe, que iba a llegar al juez del caso Gürtel en los días siguientes. Ella reconoció que había recibido una llamada del ministro del Interior y que le había asegurado que “iba a tener un día para verlo” antes de que fuera entregado. Villarejo explica que algunas de sus gestiones para eliminar, supuestamente, los nombres más comprometidos del informe han sido infructuosas pero que él y el comisario José Luis Olivera han conseguido llegar hasta el propio Morocho.

“Le hemos convencido para que quite lo más importante y tal, pero así no podemos estar todos los días”, dice Villarejo a Cospedal, a lo que ella responde: “Ya lo sé”. Posteriormente el policía habla de la posibilidad de “haber ascendido a dos del grupo de este tío, que son los que hacen todos los informes”. Seis años después, sin embargo, Cospedal afirmó ante el juez del caso Kitchen que en ese momento no sabía quién era Morocho.

Juez: “¿Usted sabía quién era y quién es el señor Morocho?”

Cospedal: “Hoy sé quién es el señor Morocho, en las fechas en las que me habla su señoría no sabía quién era esta persona”.

Juez: “¿En ningún momento habla usted de él con alguien de las personas que he mencionado hasta ahora?”

Cospedal: “No, nunca. Eso lo he sabido después”.

Lo cierto es que las conversaciones desveladas por El País esta semana desvelan que ya en abril de 2013 María Dolores de Cospedal estaba al tanto de quién era el inspector Morocho y de que por sus manos pasaba el informe clave para la investigación de la caja B del partido. También dijo no saber nada de un posible traslado a Lisboa ofrecido al inspector para quitárselo de encima y que no es mencionado explícitamente en la conversación con Villarejo.

Según la versión que ofreció al juez, ella se enteró de que este informe estaba siendo elaborado “por un periodista” que le informó de que en los papeles de Bárcenas y el informe de Morocho aparecía su marido. Defendió entonces que su marido no trabajaba para la empresa que, según los papeles, representaba en esa donación. Ni el juez ni ninguna de las partes le pidieron más detalles sobre cómo obtuvo esa información de la que hablaba con Villarejo en abril de 2013.

“Mi interés siempre ha sido que se conociera la verdad”

Uno de los fiscales del caso también preguntó a Cospedal en la segunda mitad del interrogatorio por si existió una estrategia del Partido Popular para proteger a Bárcenas, o después para “atacar por miedo” al extesorero. Ella lo negó tajantemente. “Mi interés siempre ha sido que se conociera la verdad, que se depuraran responsabilidades”, dijo. “Mi interés siempre ha sido que se conociera la verdad, no tenía interés en ninguna otra cosa”.

Las conversaciones con Villarejo tuvieron lugar, según El País, entre enero y abril de 2013. Unos pocos meses antes de que ella misma declarara como testigo ante el juez Pablo Ruz, que en ese momento investigaba la contabilidad opaca del Partido Popular.

Ese interés en que “se conociera la verdad” reflejado por la antigua secretaria general del Partido Popular ante el juez en 2019 contrasta con la petición que hizo a Villarejo por teléfono seis años antes: “Por eso te estoy llamando… la libretita... sería mejor poderlo parar”. Esa “libretita”, la contabilidad opaca del PP recogida por Bárcenas durante años, fue publicada unos días después por el diario El País.

“Él lo adornaba profusamente”

A lo largo de su comparecencia ante el juez del caso Kitchen, María Dolores de Cospedal dio su versión de por qué había tenido interés en mantener un contacto esporádico con Villarejo a partir de 2009: por la buena relación que mantenía con periodistas, para saber de dónde salían las filtraciones sobre la alcaldesa de València, Rita Barberá, y para saber si el Ministerio del Interior estaba espiando al Partido Popular desde un edificio cercano a la calle Génova de Madrid.

En esos primeros contactos de 2009, el año en que estalló la operación Gürtel en el seno de su partido, ella aseguró al juez que hablaban de “las noticias que aparecían en la prensa relacionadas con el Partido Popular, los ataques en prensa que sufría yo o mi marido y a ver si él podía conocer de dónde venían esos ataques”, explicó. También quitó peso a las confidencias que transmitía el excomisario: “Hablaba con mucha profusión de todo tipo de cosas pero casi todo, no recuerdo que me diera ninguna noticia que yo no supiera. Eran temas que aparecían en la prensa y que él adornaba profusamente”.

Según explicó Cospedal al juez del caso Kitchen, por tanto, Villarejo adornaba sus historias y nunca le dijo nada que no hubiera sido publicado ya por medios de comunicación. “Anticipar nada, todo lo que contaba que yo recuerdo eran cosas que habían aparecido en los medios de comunicación”, dijo al juez tras negar explícitamente haber hecho cualquier tipo de encargo a Villarejo.