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Cospedal recibe una importante contestación interna a su pluriempleo

Aunque todos los asistentes al 18º congreso del PP dan por hecho que María Dolores de Cospedal seguirá al frente del partido a la vez que es ministra de Defensa, Mariano Rajoy ha querido estirar 24 horas el poco suspense que hay. Con su “eso, mañana”, el líder del PP no ha dicho palabra sobre los nombres de los que integrarán la lista de su candidatura al comité ejecutivo nacional.

En su lugar, ha dejado el protagonismo a su número dos, que ha hecho su informe de gestión de los últimos cuatro años y ha presumido de que en el PP no son “como los Pimpinela de Vistalegre”, en clara alusión a Podemos.

Al celebrarse en la Caja Mágica, que ha acogido torneos de tenis, Cospedal ha comparado a su jefe con Rafa Nadal, “cuatro veces campeón”. Pero de lo que más se ha enorgullecido es de la unidad que exhibe casi siempre el PP. Los ataques a Podemos han sido una constante de todos los cargos conservadores, satisfechos del contraste de imagen que ha resultado de la decisión de Pablo Iglesias de celebrar Vistalegre el mismo fin de semana.

“Faro y pararrayos del Gobierno”

La secretaria general, consciente de las críticas que ha centrado en los últimos años, ha presumido de reacción ante la corrupción y de haber guiado al partido como “faro y pararrayos del Gobierno”. La autora del “cada palo que aguante su vela” y “el que la hace, la paga”, ha reconocido que los conservadores se sintieron descolocados ante los numerosos casos de corrupción.

“Nos parecía imposible que nos estuviera pasando a nosotros”, ha admitido ante un plenario que ha aplaudido con ganas cuando ha recordado que en el PP se ha hecho de la necesidad, virtud, y “ya ninguno está en el partido”.

La unidad del partido ante la descomposición de otras fuerzas políticas ha sido un mantra común en los diferentes discursos. Cristina Cifuentes, presidenta del Congreso Nacional del PP como anfitriona, ya que es la presidenta de la gestora del PP madrileño, ha puesto también el acento en “enfrentamientos personales o la indefinición ideológica” del resto de partidos.

Por atacar, Cifuentes ha atacado hasta a Ciudadanos, que le apoyaron en la investidura de Gobierno a la Comunidad de Madrid, acusándolos de estar “sumidos en la duda de qué son realmente; si socialdemócratas, si liberal-progresistas”. Sobre Podemos y el PSOE, ha destacado la “ceremonia de ambiciones personales” y “los enfrentamientos personales” que jalonan a ambas formaciones.

Pero el apoyo generalizado a Cospedal no se ha traducido a la hora de votar la única enmienda que llegó al plenario pidiendo directamente que no pueda acumular el cargo de secretaria general o presidenta territorial. Lejos de cosechar una gran derrota, su autor, el conquense Francisco Risueño, vio cómo había sólo 25 votos de diferencia. 303 de los compromisarios se pronunciaron a favor, mientras 328 optaron por el no.

Sin compromiso de calendario

La que sí ha sido aprobada es la de Íñigo Henríquez de Luna, que proponía la “gradual separación y limitación en la acumulación de cargos”, y así lo negoció con Fernando Martínez-Maillo. De esta forma, el PP se compromete a llevarlo a la práctica en algún momento, pero sin plazos.

Para la elección del presidente del partido, si más del 50% de los militantes eligen a un candidato, tiene 15 puntos de diferencia sobre el segundo y es el más votado en 30 circunscripciones, se convertirá en candidato único sin necesidad de una segunda vuelta, en la que votarían los compromisarios.

Entre las otras enmiendas aceptadas, la eliminación del término “militante”, “porque es de izquierdas”, en palabras de la exdiputada Eva Durán y actual presidenta del PP en Vallecas. A partir de ahora se distinguirá entre afiliados, que están al corriente del pago de cuotas, y simpatizantes, que no están obligados a pagar. Esa diferencia supone una limpieza del censo, que el PP cifra en más de 860.000 de forma genérica sin distinguirlos hasta ahora.