Cuadros y bases se revuelven en el PSOE contra los liderazgos de al menos siete territorios
Se acabó la paz orgánica. El PSOE vuelve a ser el PSOE. El de las luchas intestinas, el de los pulsos orgánicos, el de la contestación interna y el de los extraños equilibrios. Los movimientos han empezado antes de lo esperado en medio de un aroma que desprende el temor a un posible fin de ciclo. Desde que el presidente del Gobierno en abril se dio cinco días para meditar sobre su futuro todo ha cambiado en la interna socialista.
Nunca antes con Pedro Sánchez al frente de la secretaría general se había escuchado tanto ruido orgánico. Y ya no son Page, Lambán o los del Viejo Testamento, sino algunos hijos del sanchismo los que se revuelven contra las dinámicas y las formas de quienes habitan en la calle Ferraz, a quienes se acusa de maniobrar para desestabilizar a diferentes barones con la vista puesta en el relevo de varios liderazgos a partir de 2025.
Por mucho que Ferraz trate de sofocar el incendio de los territorios con mayor contestación, la mano no tan izquierda de Santos Cerdán, y sobre todo de alguno de sus adláteres, ha soliviantado a cuadros y bases, que reclaman escuchar la voz de la militancia “en lugar de tanto ordeno y mando y tanta intromisión”. El tiempo de silencio y sumisión parece haber acabado y en Ferraz son conscientes de que, inmediatamente después del cónclave federal, se abrirá el melón en los distintos territorios, incluso en aquellos donde el liderazgo es reciente como en el caso de Galicia con José Ramón Gómez Besteiro.
Luis Tudanca, el secretario general de Castilla y León, ha abierto la espita con un extraño movimiento para celebrar unas primarias que le garanticen su continuidad antes de que tenga lugar el Congreso Federal. Y Ferraz lo ha frenado en seco. Porque la finta es dudosa desde el punto de vista estatutario. Porque las normas internas establecen un orden cronológico para la convocatoria de congresos regionales, provinciales y locales, que deben celebrarse siempre después del federal. Porque el propio Tudanca hace tiempo que dijo que, tras 10 años en la oposición, era el momento del relevo. Y porque los pasos del líder de los socialistas castellano y leoneses –y esto son palabras de los mandamases de Ferraz– “están monitorizados por quienes pretenden ajustar cuentas con Sánchez y con Cerdán por haberles defenestrado de la dirección federal”. No hace falta poner nombre porque todo el mundo sabe de quién hablan.
El caso es que siendo hijo del sanchismo, Tudanca se ha revuelto contra la dirección federal, que trata de evitar la bulla antes de la consagración de Pedro Sánchez el próximo noviembre. Y no es el único. De momento, hay mar de fondo en Cantabria, en Madrid, en Aragón, en Andalucía, en Extremadura… Habrá primarias, sí, después del cónclave federal en varios territorios donde los líderes regionales se enfrentan desde hace tiempo a una notable oposición interna y donde Ferraz cree que ha llegado el momento de hacer apuestas más sólidas.
País Vasco, Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha son los únicos territorios donde no se atisban movimientos para disputar el liderato a los actuales secretarios generales. Además de Catalunya, donde el PSC celebró su congreso hace unas semanas. En los feudos donde los líderes orgánicos presiden sus respectivas comunidades autónomas los Estatutos dicen que en ese caso, no habrá lugar a primarias. Cualquier información sobre aviesas intenciones del federal para impulsar a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, al liderato de los castellano-manchegos carece de solidez y de veracidad. Y lo mismo todo lo que circula sobre presuntas operaciones para mover la silla al asturiano Adrián Barbón. “A los presidentes autonómicos no se les toca”, afirman desde la dirección.
Esto ya no va de la continuidad o no de Sánchez, sino de la supervivencia de aquellos que –aún procediendo de las filas del sanchismo– ven peligrar sus candidaturas a las próximas autonómicas y locales como ha sido el caso de Tudanca, quien con su convocatoria precipitada de primarias pretendía, según sus críticos, cortar el paso a una alternativa.
Ni Redondo ni Izquierdo son opciones contra Tudanca
En Ferraz, saben que el actual secretario general de Castilla y León cuenta con un amplio respaldo en todas las provincias y no entienden el pulso de Tudanca porque, más allá de comentarios infundados de sobremesa, no hay ninguna opción de peso para sustituirlo en la que esté pensado la dirección federal. Ni Ana Redondo, ministra de Igualdad, ni Javier Izquierdo, secretario de Acción Electoral y Formación de la dirección federal, son nombres que Ferraz haya barajado nunca para poner al frente de la federación castellanoleonesa.
La única opción que hoy por hoy podría revitalizar el proyecto socialista en aquel territorio sería, según fuentes de la región, el actual alcalde de Soria, Carlos Martínez, quien en las últimas municipales sumó su cuarta mayoría absoluta, pero esta es una hipótesis que ni siquiera el regidor se ha planteado hasta el momento.
Zuloaga vs. Casares en Cantabria
La batalla por la supervivencia, además de en Castilla y León, se ha abierto ya en varias federaciones con motivo de la elección de delegados para el Congreso Federal, como ha sido el caso de Cantabria, donde el pulso entre el secretario general, Pablo Zuloaga, y el diputado nacional, Pedro Casares, requirió de un pronunciamiento público de Ferraz. No porque en la dirección federal sean ajenos a las intenciones de su secretario de Economía y Transformación Digital de competir por la secretaría general, sino porque entienden que no era este el momento de posicionarse, ni de presentarse como candidato oficialista, ni de abrir grietas en los territorios antes de la cita de Sevilla.
Casares ha tejido una red de apoyos en algunas de las principales agrupaciones cántabras que le dan opciones de éxito en la futura competición, pero Ferraz se vio obligada hace un par de semanas a emitir una nota pública en la que decía que se encontraba perfectamente representada por Zuloaga como delegado en el congreso federal. Salía así al paso a varias informaciones publicadas en Cantabria sobre su supuesto apoyo a la candidatura de la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, y el propio Pedro Casares de cara al cónclave sevillano. Saben, eso sí, que en cuanto pase el congreso federal, la batalla en Cantabria se recrudecerá y barruntan que Casares no se hubiera tirado a la piscina sin comprobar antes que había agua sobre la que nadar.
Gallardo no tiene quien le apoye en Madrid
Extremadura es otro territorio donde se da por seguro que habrá primarias, pese a que el actual secretario general, Miguel Ángel Gallardo, fue elegido el pasado marzo sucesor de Guillermo Fernández Vara en un congreso extraordinario en el que se impuso por la mínima. Siete meses después y tras sus contundentes críticas al acuerdo entre el PSC y ERC para la financiación singular de Catalunya, es de los secretarios generales menos valorados en la calle Ferraz, donde le consideran “un émulo de Page” por su forma de irrumpir en el debate nacional y por airear sus diferencias con el proyecto de Pedro Sánchez.
El líder de los socialistas extremeños se enfrenta a un proceso congresual en el que sabe que la dirección federal se empleará a fondo, algo que no hizo en el que salió elegido sucesor de Vara, donde se mantuvo, como Fernández Vara, absolutamente neutral en el proceso. Se da por hecho que Lara Garlito, ex vicesecretaria general del PSOE de Extremadura, y vicepresidenta primera de la Asamblea de Extremadura volverá a medirse por segunda vez con Gallardo en unas primarias y no se descarta que haya incluso un tercer candidato.
Espadas consigue el aval de Sánchez para seguir
Andalucía, la federación más numerosa del PSOE, es otro de los territorios donde el bullir de cuadros y militantes es constante en buena medida por las críticas que desde Madrid se vertieron en el pasado sobre el papel de Juan Espadas al frente de la oposición a Juan Manuel Moreno Bonilla. Hace seis meses, en Ferraz barruntaban la posibilidad de un relevo con el que encarar las elecciones andaluzas de 2026, un escenario que hoy, sin embargo, no se vislumbra con nitidez después de que el propio Sánchez haya descartado enviar a su vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a fajarse en la arena regional y haya dado el OK a la continuidad de Espadas.
Que la dirección federal haya descartado impulsar un cambio desde Madrid no significa que el actual secretario general de los socialistas andaluces no vaya a tener que pelear por revalidar su liderato. No se descarta que entre los restos del susanismo haya quien aspire a dar la batalla por recuperar el control de la federación que Susana Díaz hizo trizas tras su paso por San Vicente y su vano intento de liderar el PSOE nacional. De aquellos polvos, los lodos sobre los que chapotea hoy aún el socialismo andaluz.
Besteiro, sin rival en Galicia
En Galicia, el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, ya ha manifestado su intención de presentarse al próximo congreso regional que se celebrará en el primer trimestre de 2025. De hecho, ya cuando se celebró el cónclave extraordinario de hace cuatro meses anunció que tenía vocación de permanencia. En Madrid, la dirección federal entiende que la federación gallega asume, en términos generales, que no hay candidatura alternativa a la de Besteiro, cuyo liderato fue fruto de una negociación “larga y complicada” entre diferentes sensibilidades, pero que al final concitó un amplio consenso.
Pese a todo, nadie descarta, ni siquiera Besteiro, que haya quien esté dispuesto a medirse en unas primarias. Cuestión distinta es que consiga los apoyos. De momento, la delegación que acudirá al Congreso Federal de Sevilla estará encabezada por el propio Besteiro y los secretarios provinciales del partido en A Coruña, Pontevedra y Ourense.
Morant o el liderato de la componenda
Algo parecido ocurre en Valencia, donde el liderazgo de la ministra Diana Morant fue fruto de una componenda entre diferentes facciones impulsada desde Madrid el pasado marzo. Fue proclamada, eso sí, de forma provisional, tras haber quedado su candidatura como la única después de la retirada de los otros dos aspirantes, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa. La secretaria general del PSPV-PSOE es la séptima persona que dirige la federación valenciana –la segunda de España en número de militantes– y la primera mujer en asumir la dirección del partido y, aunque en el socialismo valenciano siempre ha habido una nula disposición a aceptar las imposiciones de Madrid, Morant se ha convertido en la excepción. No se atisba movimiento alguno para disputarle la secretaría general.
Alegría no irá a unas primarias en Aragón para perder
Aragón, con Javier Lambán aún al frente de la secretaría general, es uno de los territorios donde la guerra interna es total tanto por la pretensión de Madrid de que sea Pilar Alegría quien suceda en el liderazgo a uno de los barones más críticos con Pedro Sánchez, como por la división que su nombre genera en las diferentes provincias. De hecho, en Ferraz son conscientes de que tendría difícil ganar un congreso frente a cualquier otro rival. “La clave de bóveda –arguyen desde Madrid– es que las huestes de Lambán entienden que si el objetivo es ganar las próximas elecciones en esa comunidad, Alegría es una apuesta segura”. Lo que cada vez parece más seguro es que la ministra de Educación no irá a un proceso orgánico para perderlo y que la mejor oposición sería tejer una candidatura de consenso porque también entre los incondicionales de Lambán hay quien cree que el objetivo debe ser recuperar el gobierno para el PSOE y tampoco tienen un candidato claro para dar la batalla frente a Alegría. Ni siquiera con el secretario general de los socialistas en la provincia de Zaragoza, Javier Sánchez Quero, uno de los nombres que se barajan para suceder a Lambán en el congreso regional. El también actual presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza tiene el control orgánico del partido tanto en la provincia como en la propia capital, con lo que su decisión –tanto si decide presentarse él como si da el visto bueno a otra candidatura– es la clave más importante por conocer el futuro de los socialistas aragoneses.
Lobato y el hervidero madrileño
En Madrid, los críticos con Juan Lobato, hace tiempo que han empezado a tomar posiciones desde el municipio de Fuenlabrada, donde su alcalde, Javier Ayala, tiene aspiraciones declaradas. Una alternativa que en Ferraz siempre han visto con buenos ojos, pese a que el regidor ya perdió unas primarias frente al actual secretario general, donde sumó apenas el 38% de los apoyos. Habrá primarias, eso sí, con independencia de que las impulse o no Ferraz porque Ayala parece dispuesto a la revancha con Lobato, que ha ido sumando apoyos para revalidar el mandato en agrupaciones que antes le eran hostiles durante los últimos años. Desde la dirección federal recelan “no de su gestión, sino de su discurso: no muy de izquierdas y poco beligerante con Ayuso”.
La federación es un hervidero de rumores. De hecho, la irrupción de la concejal Emma López como portavoz ocasional de la dirección federal, después de haber sido designada miembro del comité organizador del Congreso Federal, ha disparado también los chismes sobre su posible candidatura a unas primarias en Madrid. Una opción que no contempla Ferraz, más allá “de que se le empiece a poner cara de portavoz” y que en las agrupaciones del siempre convulso socialismo madrileño nadie toma en serio.
Ni Ayala ni López lo tendrían fácil frente a Lobato, que si algo ha sabido hacer en estos años es cuidar a las agrupaciones que le dieron la espalda hace cuatro años como Alcorcón, Valdemoro, Villalba o Vallecas para sumar apoyos entre quienes no operan estrictamente en las dinámicas orgánicas. Lobato, que mantuvo su última conversación con Sánchez el pasado septiembre, escuchó del presidente del Gobierno que Ferraz “no se meterá en los territorios”. En la conversación entre ambos, el secretario general de los socialistas madrileños se quejó de la falta de comunicación con la secretaría de Organización que dirige Santos Cerdán y de que su equipo “no alimente a Madrid de contenidos políticos” ni mantenga “una interlocución directa” con la federación madrileña. Una crítica que se escucha, por otra parte, en muchos territorios sobre uno de los más estrechos colaboradores de Sánchez.
No obstante, más que en las primarias para la secretaría general del PSOE de Madrid, en La Moncloa tienen la vista puesta en la candidatura para la presidencia de la Comunidad de Madrid para las próximas autonómicas y será ahí donde se empleen a fondo. Algo que, por otra parte, Lobato entiende y además asegura que no pondrá resistencia siempre que le presenten “una figura incontestable”. En eso andan ya.
Hasta aquí las federaciones donde el zumbido es ya ensordecedor porque en Murcia no habrá cambios, ni tampoco en Baleares ni en Canarias, donde la cohesión interna en torno a José Velez, Francina Armengol y Ángel Víctor Torres es total. En La Rioja, donde Concha Andreu ya adelantó que no aspiraba a la reelección, el alcalde de Arnedo, Javier García, ya ha presentado su precandidatura sin que nadie más se haya movido en el mismo sentido. Y en el País Vasco, Eneko Andueza es incuestionable.
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