La CUP reaccionó ayer al acuerdo entre el presidente de la Generalitat y ERC con una dura crítica a los republicanos por haber cedido lo que consideran un “chantaje” de Artur Mas. “El pacto le da el tiempo que necesita para refundar el partido”, aseguro el diputado Quim Arrufat sobre el presidente, “esto es pensar en uno mismo y no en el país”. Así pues, la CUP acusó a ERC de hacerle el juego a Convergència, puesto que también les ayudarán a aprobar los presupuestos de 2015.
Arrufat consideró que el acuerdo, por el que se adelantarán las elecciones autonómicas el 27 de septiembre, “cierra en falso un episodio vergonzoso de debate público donde se ha visto claramente que la principal preocupación era la distribución de votos” entre CiU y ERC, y avanzó que la CUP seguirá trabajando, al margen de ese pacto, para ampliar la mayoría independentista.
En su primera reacción, la CUP dejó claro que no se siente parte de este pacto. “Se anunció la reedición de un pacto de gobierno que nosotros consideramos agotado y que no ha servido para construir las estructuras de Estado que prometieron”, valoró Arrufat, para luego añadir que se trata de un salto atrás, hacia el escenario de 2012.
“El pacto no nos interpela”, concluyó Arrufat, algo que ha repetido esta mañana en Catalunya Radio, aunque lo ha matizado. Pese a su descontento con la evolución del proceso soberanista en este punto, no ha cerrado la puerta a negociar con los diferentes actores una hoja de ruta “para convertir las elecciones en plebiscitarias”. “Es lo que quiere todo independentista, y todo aquel que entiende que el derecho a decidir está excluido del Estado español”, ha constatado, por lo que ha abierto la puerta a consensuar nuevos planeamientos de consenso con las fuerzas independentistas.