Luis Bárcenas, el hombre que manejó las finanzas del Partido Popular durante casi dos décadas entre 1990 y 2009 —primero como gerente y después como tesorero— se ha enfrentado este lunes a la primera parte de su interrogatorio en la vista oral de la caja B de los conservadores, donde se juzga el pago de la reforma de la sede de Génova con dinero procedente de la contabilidad paralela. Durante alrededor de tres horas respondía a las preguntas del fiscal Antonio Romeral y está previsto que en próximas sesiones conteste a las cuestiones de la Abogacía del Estado y de su defensa. Ya ha adelantado que no responderá a las acusaciones populares, que piden para él hasta 25 años de cárcel en esta causa. El extesorero ya cumple una condena de 29 años por la primera época de Gürtel.
Bárcenas confirmó la veracidad de los papeles que publicó El País en 2013 como una “fotocopia” de los cuadernos manuscritos en los que él y el fallecido Álvaro Lapuerta, que fue tesorero del PP entre 1993 y 2008, reflejaron decenas de entradas y salidas de dinero durante dos décadas. De hecho, desveló una supuesta maniobra del PP para desacreditar esos documentos cuando salieron a la luz en febrero de 2013. Aseguró que el abogado Javier Iglesias —al que se refirió como el “interlocutor” del partido respecto a él— le ofreció 500.000 euros a cambio de fabricar otros papeles para crear confusión y poder denunciar una maniobra para perjudicar al partido.
Ante el tribunal, el extesorero explicó que esa contabilidad paralela se creó para “satisfacer compromisos de forma no oficial”. Entre ellos, los sobresueldos opacos que, aseguró, cobraron miembros del Gobierno de José María Aznar y altos cargos del partido en diferentes épocas. Afirmó que él mismo preparaba los sobres que luego Lapuerta entregaba en mano a sus destinatarios en los diferentes “ministerios” en los que trabajaban.
Entre los dirigentes que se habrían beneficiado del dinero negro de los empresarios citó al expresidente Mariano Rajoy —con quien no se enfrentará cara a cara tras haber rechazado el tribunal el careo propuesto por su defensa—, la ex secretaria general María Dolores de Cospedal o los exministros Federico Trillo, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja y Francisco Álvarez Cascos, al que señaló como quien dio la “instrucción” de instaurar ese sistema de retribuciones después que el PP ganara las generales de 1996. También aludió a Rodrigo Rato y Ángel Acebes como dirigentes que “figuran” en esa contabilidad aunque él “personalmente” nunca les dio nada. No obstante, precisó que “normalmente” era Lapuerta el que “entregaba las cantidades”.
La razón de ser de estos pagos, aseveró, era mantener las retribuciones que estos dirigentes ya venían recibiendo como “gastos de representación” por su dedicación al partido mientras eran parlamentarios y que tuvieron que dejar de recibir por la vía legal cuando entraron en el Gobierno tras la victoria de José María Aznar por la ley de incompatibilidades. “La propuesta que recibe el tesorero [Álvaro Lapuerta] es que a partir de ese momento no reciban menos dinero neto del que venían recibiendo. Había que complementar con fondos de la contabilidad extracontable”, afirmó.
Ese sistema de pagos en B se habría mantenido de forma regular hasta 2008, si bien relató la existencia de otros dos pagos en 2010 de 25.000 euros a Rajoy y Cospedal, una afirmación que ya había hecho en 2013 ante el instructor del caso. Ante el tribunal, Bárcenas aseguró que tras recibir 50.000 euros del gerente del partido en Galicia en marzo de 2010 para satisfacer una deuda del PP de Pontevedra, repartió ese dinero en dos y se lo entregó a ambos. “Como desde el último apunte de 2008 la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el presidente, Mariano Rajoy, no habían recibido nada porque habíamos dejado la caja a cero, les doy un sobre a cada uno con la mitad y ellos sabrán lo que tienen que hacer. Y eso es lo que hago”, señaló.
Bárcenas también tuvo la oportunidad de ampliar su declaración contra Esperanza Aguirre en el caso Púnica. El discurrir del interrogatorio del fiscal le permitió poner como ejemplo el pago de 60.000 euros de Luis Gálvez, dueño de la constructora Ploder –una de las adjudicatarias del contrato de construcción y explotación del hospital Infanta Leonor–, para una campaña autonómica de Aguirre. Afirmó que ese pago no está recogido en la contabilidad paralela porque el empresario acudió con el dinero, especificó que era para la campaña de Aguirre, y Lapuerta y él bajaron de inmediato a entregárselo a la entonces presidenta del PP.
En contradicción con Aguirre, Bárcenas afirmó que Aguirre conocía a Gálvez y que estuvo en la boda de su hija porque el novio, Sigfrido Herráiz, había sido muchos años compañero de la expresidenta del PP madrileño durante su etapa en el Ayuntamiento de Madrid. “Allí estaría el suegro”, ha dicho Bárcenas en referencia a la boda. El pasado 24 de febrero, Aguirre anunció una querella contra Bárcenas por sus acusaciones. “Es una rotunda mentira”, dijo Aguirre entonces tras trascender la declaración del antiguo tesorero del PP ante el juez de la Púnica.