Los defensores de los derechos humanos exigieron hoy un reconocimiento público de su labor y mayores mecanismos de protección para evitar los ataques y las intimidaciones que han proliferado en su contra en los últimos 20 años.
Confían en que legitimar su trabajo sirva para contrarrestar las campañas de desprestigio que contribuyen a que se les estigmatice y se les trate de agitadores e incluso de terroristas, explicó a EFE la representante de Amnistía Internacional (AI) Katia Roux.
Su llamamiento tuvo lugar en la clausura en París de la Cumbre Mundial de Defensores de los Derechos Humanos, que hizo balance de los avances y retos pendientes desde la aprobación en 1998 por parte de la Asamblea General de la ONU de la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos.
El plan de acción, dirigido tanto a Estados como a empresas, instituciones financieras y ONG, se acabará de perfilar en las próximas semanas y se presentará a mediados de diciembre en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
Aunque no es vinculante, establece una hoja de ruta para los diferentes actores implicados.
“No son soluciones milagro, pero hay que reaccionar”, añadió Roux.
Desde la aprobación de la declaración en 1998, unos 3.500 activistas han sido asesinados. De ellos, 312 solo en 2017, 31 más que en 2016 y el doble que en 2015, según Front Line Defenders, una de las ocho ONG organizadoras de la cumbre, que recoge el testigo de la celebrada también en la capital francesa hace 20 años.
“El grado de peligro que corren los activistas en todo el mundo ha alcanzado un punto crítico. A diario se amenaza, tortura, encarcela y mata a gente corriente por sus luchas, sus creencias o simplemente por ser quienes son”, dijo en el comunicado final el secretario general de AI, Kumi Naidoo.
Las ONG denunciaron que en pleno auge de líderes “abiertamente xenófobos y racistas” y de reducción de las libertades es importante reforzar la solidaridad internacional y denunciar públicamente esos hechos para acabar con su impunidad, aunque eso implique expresarse contra países aliados.
La cumbre parisina pidió campañas de sensibilización, medidas efectivas de protección y prevención, programas de educación en derechos humanos y ese reconocimiento al trabajo efectuado hasta la fecha en favor de la justicia o la igualdad.