El presidente del PP, Pablo Casado, ha lanzado a Ciudadanos una suerte de ultimátum basándose en las últimas encuestas que auguran una mayoría de izquierdas en el Senado en las generales del 28 de abril.
Si antes del próximo lunes 25, día en el que concluye el plazo para presentar las candidaturas al Congreso y al Senado, el partido de Albert Rivera –con el que mantiene una pugna por el electorado de derechas, al igual que con Vox– no cede a la presión y no acepta su propuesta de integrarse en las listas de los populares para la Cámara Alta, “los socialistas, comunistas e independentistas” podrán controlar el único organismo capaz de activar –siempre a propuesta del Gobierno– el artículo 155 en Catalunya.
El PP ya propuso a Ciudadanos presentarse de forma conjunta al Senado hace dos semanas. Dirigentes populares han explicado a eldiario.es que llegó a haber una conversación entre el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, y el número dos de Rivera, José Manuel Villegas, y que este último fue tajante en su rechazo ante el planteamiento del partido de Casado.
La obsesión del líder del PP ante las elecciones generales es poder mantener a su partido como la principal fuerza del Senado –donde obtuvo mayoría absoluta en los comicios de 2016– para tener las manos libres para intervenir Catalunya si logra llegar a la Moncloa.
El presidente de los populares lleva meses insistiendo en que la aplicación del 155 sería la primera medida que adoptaría si consiguiera gobernar tras el 28A, aunque para ello sería imprescindible que la apoyara la Cámara Alta. A juicio de los populares, ese respaldo no estaría asegurado con una mayoría del PSOE en el Senado como la que auguran prácticamente todas las encuestas ante la fragmentación de la derecha en tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox).
Esta división tiene importantes consecuencias por el sistema electoral que se aplica en la Cámara Alta y que beneficia al partido más votado en cada provincia. El Senado está formado por 266 senadores. Hay 58 que designan las comunidades autónomas y 208 que se eligen por sufragio. De estos últimos la mayoría se escogen en circunscripciones provinciales a cada una de las cuales les corresponden cuatro senadores –excepto en el caso de las islas, en las que las mayores eligen a tres y las menores, uno–.
El sistema de elección del Senado
En un sistema que a diferencia del de las listas del Congreso es de candidaturas individuales –aunque los candidatos aparecen agrupados por partidos– cada elector puede dar hasta tres votos en las circunscripciones provinciales, dos votos en las islas mayores, Ceuta y Melilla y un voto en las islas restantes. La fórmula tiene así el efecto de que la fuerza política con más votos de cada circunscripción se lleve normalmente la mayoría de sus escaños.
Con la división de la derecha y ante un posible crecimiento del voto útil de izquierdas para el PSOE que auguran las encuestas, los socialistas podrían convertirse en primera fuerza en la mayoría de las circunscripciones, logrando así la mayoría de senadores.
Para evitar ese escenario, Casado trata de unir a los votos que pueda recibir el PP los que obtendría Ciudadanos. El plazo para presentar coaliciones electorales concluyó la pasada semana, por lo que la opción para sumar fuerzas pasa por que el PP incorpore en sus listas a miembros del partido de Rivera antes del lunes 25, día en el que finaliza el plazo para presentar esas listas según la normativa electoral.
La mayoría absoluta le permitiría al PP utilizar de nuevo el rodillo parlamentario convirtiendo la Cámara Alta –al igual que en esta última Legislatura– en un instrumento de control en el caso de que los populares no logren el apoyo suficiente para recuperar la Moncloa.
Evitar “dividir el voto”
Con ese objetivo, prácticamente desde el mismo día en el que Pedro Sánchez anunció el adelanto electoral, Casado y su equipo se lanzaron a reclamar a Ciudadanos que evitara “dividir el voto” conservador presentando listas conjuntas para el Senado o, directamente, renunciando a sus candidaturas en favor de los senadores del PP.
Pese al 'no' rotundo del partido de Albert Rivera –con el que sí han logrado un acuerdo para concurrir junto a UPN en Navarra–, Casado volvía a insistir este miércoles durante un acto en Barcelona ofreciendo a Ciudadanos “una alianza de senadores por España y la Constitución” para que “los socialistas, los comunistas e independentistas tengan un contrapeso en el Senado”.
Consciente del daño que le hace al PP la división de la derecha, Casado decidía en los últimos días cambiar de estrategia pasando de su pretensión inicial de “no polemizar” con sus posibles socios postelectorales, con los que ya logró un acuerdo de Gobierno en Andalucía, al cuerpo a cuerpo con Ciudadanos y Vox.
Este jueves el líder de los populares aseguraba que aunque tiene “muchas discrepancias con todos los partidos”, los de Rivera y Abascal –a quienes en los últimos días ha llegado a pedir que no se presenten a las elecciones– deben, a su juicio, “reflexionar” sobre si no sería mejor “concentrar el voto, aunar esfuerzos, unir a todos los electores del dentro derecha” en torno al PP “para conseguir que Sánchez deje el Gobierno”.
“Yo lo que voy a intentar es tener una mayoría suficiente. Salgo a ganar. No a empatar”, insistía en declaraciones a la prensa en Bruselas. Quiere “una mayoría absoluta”, pero, si no es posible, Casado se abre ya a “un pacto de investidura. Y, si no es posible, habrá que hacer un pacto de legislatura o de Gobierno”.