Andrés Betancor ha presentado su renuncia como miembro de la Junta Electoral Central. Este organismo, encargado de controlar los procesos electorales, ha estado inmerso en los últimos meses en una tensión inédita como consecuencia de las candidaturas protagonizadas por políticos en prisión preventiva investigados en la causa del 1-O.
Este catedrático de Derecho Administrativo es uno de los dos vocales de la Junta Electoral contra los que se querelló Carles Puigdemont como respuesta al intento de este organismo de impedir las candidaturas europeas del expresident catalán y del exconseller Antoni Comín. En aquella querella, el expresident catalán acusaba a Betancor de estar “contaminado” políticamente por su cercanía a Ciudadanos, el mismo reproche que Puigdemont le hacía a Carlos Vidal, vocal propuesto por el Partido Popular.
La polémica decisión de impedir al expresident catalán presentarse a las elecciones europeas acabó en manos de los tribunales, donde Puigdemont consiguió imponer sus pretensiones, obligando a la JEC a deshacer su primer acuerdo sobre el asunto.
Betancor formaba parte del grupo de vocales que cubren el cupo de catedráticos que adquieren el cargo a propuesta de los partidos políticos. Su nombre fue propuesto por Ciudadanos y la dimisión se produce a pocos meses de que la JEC tenga que acometer su renovación total, como consecuencia del final del proceso electoral. La dimisión se hizo efectiva el pasado 28 de junio, un día después de haberla presentado ante el presidente del organismo.
La JEC está compuesta por quince personas seleccionadas por el Tribunal Supremo y por el Congreso: son ocho magistrados del Supremo elegidos por sorteo, cinco catedráticos propuestos por los grupos y nombrados por el Congreso de los Diputados, y otros dos miembros natos que no tienen voto (el letrado mayor del Parlamento y el director de la Oficina del Censo Electoral). Actualmente (tras el cese de Betancor) son nueve hombres y cinco mujeres.