El diputado de Vox que tachó de “vomitivo” el apoyo de Bildu a los Presupuestos pidió flexibilizar la política penitenciaria con ETA en activo

elDiario.es

20 de noviembre de 2020 13:17 h

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El diputado de Vox que criticó el respaldo de EH Bildu a los Presupuestos del Gobierno por ser una “alianza vomitiva”, Ignacio Gil Lázaro, fue uno de los firmantes en 1998 de una moción unánime de las fuerzas del Congreso para instar al Gobierno de José María Aznar a desarrollar “una nueva orientación consensuada, dinámica y flexible” de la política penitenciaria “de la forma que mejor propicie el fin de la violencia”, según ha publicado InfoLibre este viernes.

Durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles, el también secretario cuarto de la Mesa recriminó al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que priorizase pactos con ERC y EH Bildu, el primero con líderes en la cárcel y el segundo que “sigue sin condenar el terrorismo etarra” y tiene como objetivo “cargarse el régimen del 78”. “Millones de españoles no vamos a consentir que se carguen nuestra democracia con alianzas vomitivas y miserables que son un insulto a las víctimas y a la dignidad nacional. No permitiremos que sustituyan la democracia por una república comunistoide, plurinacional, confederal y bananera”, dijo Gil Lázaro.

Según recuerda InfoLibre, Gil Lázaro fue uno de los negociadores de aquella moción de 1998 para pedir cambios en la política penitenciaria, con ETA en tregua pero en activo, como portavoz de Interior del Partido Popular. El texto fue leído en el Parlamento en noviembre de ese año por el Grupo Parlamentario Federal de Izquierda Unida en representación de todas las fuerzas políticas (PP, PSOE, Izquierda Unida, Convergència i Unió, EAJ-PNV, Coalición Canaria, Bloque Nacionalista Galego, Eusko Alkartasuna y Nueva Izquierda-Iniciativa per Catalunya).

“El Congreso de los Diputados insta al Gobierno, primero, a que mediante el más amplio diálogo con todas las fuerzas políticas desarrolle una nueva orientación consensuada, dinámica y flexible de la política penitenciaria de la forma que mejor propicie el fin de la violencia”, reza el documento. La moción también apelaba “a que la solidaridad con las víctimas de la violencia terrorista y sus familias se plasme en acciones concretas y efectivas, en el marco de la máxima colaboración entre instituciones”.

Finalmente, el texto se refería “a que el diálogo, el consenso y el respeto a los principios democráticos y a las legítimas opciones políticas de los ciudadanos rija todo el proceso que debe conducir al fin de la violencia terrorista y evite actitudes de enfrentamiento entre posiciones ideológicas distintas”.

En 1999, Gil Lázaro también defendió en el Congreso las iniciativas de “hondo calado” del Gobierno de Aznar: “Por la paz el presidente Aznar ha impulsado un conjunto muy importante de iniciativas de las que ha informado a los españoles con transparencia; iniciativas de tan hondo calado como la autorización de contactos exploratorios con ETA, la apertura de vías de retorno para quienes no tengan causas pendientes, el traslado a la Península de los presos que estaban fuera de la misma, la reciente decisión de acercamiento a centros penitenciarios del País Vasco o de su entorno de un número muy importante de presos etarras y la clara expresión de voluntad de reiniciar los contactos que la banda unilateralmente decidió suspender este verano”. ETA rompió esa tregua en enero del año 2000.