El hombre que negoció un Gobierno con Podemos y Ciudadanos tendrá que gestionar ahora la abstención del PSOE, en caso de que Rajoy decida ir a la investidura. Antonio Hernando, el portavoz del “no es no”, tiene todas las cartas para quedarse al frente del grupo parlamentario socialista. Es lo que pretende la gestora que dirige el partido, empeñada en “coser” el destrozo socialista. Hernando es uno de los hilos que buscan para la tarea.
El portavoz parlamentario no ha decidido aún qué hacer con su futuro. Fuentes de su entorno aseguran que “está a disposición de lo que decida la gestora”. “Lo tiene que decidir él. Antonio es un tipo contra el que nadie tiene nada”, aseguran a eldiario.es fuentes cercanas a la dirección socialista.
La dificultad de Hernando es más de discurso que interna. Si Rajoy decide presentarse de nuevo a la investidura, el PSOE está condenado a la abstención para evitar terceras elecciones. En ese punto, Hernando tendrá un problema llamado hemeroteca.
La continuidad de Hernando vendría aparejada a cambios en el segundo nivel de la dirección del grupo parlamentario. Fuentes del grupo parlamentario socialista aseguran: “No tengo ninguna duda. Habrá cambios en la dirección. Nos van a laminar”.
Óscar López e Iratxe García
La seguridad que traslada la gestora sobre la continuidad de Hernando no es tanta cuando los nombres que se plantean son los de los otros dos portavoces parlamentarios. El puesto de Óscar López en el Senado no está asegurado y tampoco el del Iratxe García en el Parlamento Europeo. “No sé nada”, se ha limitado a decir López en conversación con eldiario.es.
Los críticos a Pedro Sánchez interpretan que el papel jugado por López en la guerra fratricida ha sido muy activo, por lo que su continuidad está en discusión.
La portavoz socialista en Europa, Iratxe García, tiene también su puesto en el aire: “He puesto mi cargo a disposición de la gestora”, ha confirmado a eldiario.es. Próxima a Pedro Sánchez, García fue una de las integrantes de la Ejecutiva que no ofreció su dimisión para tumbar al secretario general.