La fiscal Concepción Sabadell está preguntando a Pablo Crespo por algunas de las facturas de las empresas de Gürtel. El número dos de la trama contesta con “no lo sé” a la mayoría de sus preguntas y dice que las anotaciones a mano que hay en muchas de ellas no son suyas: “No es mi letra”.
Crespo argumenta en sus respuestas que él no se ocupaba de la operativa diaria de las empresas. “Yo no bajaba a la emisión de facturas, no bajaba a eso”, ha asegurado.
El presidente del tribunal, Ángel Hurtado, ha suspendido la declaración de Crespo, que se retomará mañana a partir de las 10.00 horas. Hurtado ha dicho que espera que mañana dé tiempo a concluir el testimonio del número 2 de la trama.
Pablo Crespo ha negado, a preguntas de la fiscal, que las empresas de la red Gürtel emitiesen facturas falsas a cargo de administraciones públicas. Ha asegurado que todos los trabajos por los que cobraron están certificados por los ayuntamientos que les contrataron. “No creo que ninguna administración pública trague con pagar 120.000 euros por un trabajo que no se ha hecho”, ha añadido.
La fiscal está enseñando a Pablo Crespo diversas facturas de las empresas de la trama Gürtel, algunas de las cuales recogen regalos a cargos públicos, entre los que se encuentra el exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega. Concepción Sabadell le ha preguntado por la firma de esos documentos: “Esa rúbrica es parecida a la mía, podría ser, pero no se lo puedo asegurar”, ha contestado Crespo.
En su declaración también ha negado tener ninguna relación con Ortega, a pesar de que su nombre, apodo o siglas aparecen en numerosos documentos de las empresas que dirigía Crespo. “No tenía ni la más mínima relación con Guillermo Ortega...a le mejor lo vi en la inauguración de un acto, pero jamás he tenido trato con él”, ha asegurado.
La fiscal Concepción Sabadell está preguntando a Pablo Crespo por algunas de las facturas de las empresas de Gürtel. El número dos de la trama contesta con “no lo sé” a la mayoría de sus preguntas y dice que las anotaciones a mano que hay en muchas de ellas no son suyas: “No es mi letra”.
Crespo argumenta en sus respuestas que él no se ocupaba de la operativa diaria de las empresas. “Yo no bajaba a la emisión de facturas, no bajaba a eso”, ha asegurado.
La fiscal Concepción Sabadell pregunta al número dos de Gürtel, Pablo Crespo, por un pen drive a su nombre que incluía parte de la contabilidad de la trama. Responde Crespo por qué esa memoria informática se trasladó a un “piso franco” que según los atestados policiales utilizó la red para poner a buen recaudo los documentos comprometedores:“No recuerdo [que sea suyo, como le ha preguntado la fiscal]. Ni siquiera sé si tienes cosas mías o compartidas. Pudiera ser [que estuviera encriptado]. Programas de encriptación hay en el mercado. Es posible [que lo haya encriptado] porque hay mucha documentación personal. Hay cuestiones de uso particular y de trabajo, son cosas atrasadas. Lo podía tener en mi domicilio también, a lo mejor tengo otro en mi domicilio”.
La fiscal pregunta por qué hay en el pen drive una carpeta que se llama “Pufos Boadilla”. Crespo dice no tener “ni idea” sobre a qué se refiere. ¿Usted le dio instrucciones a Izquierdo que hiciese un archivo con los pagos a Sepúlveda, Willy, Galeote, Peñas [algunos de los cargos públicos que cobraron mordidas según la declaración de Correa]?, pregunta la fiscal. Crespo señala que no.
La trama Gürtel presentó tres facturas distintas a la Comunidad de Madrid para un acto de entrega de la medalla a las artes en el año 2006, según consta en el sumario. La fiscal pregunta por ello a Pablo Crespo: ¿Por qué se realizan tres facturas distintas para este acto?. “Son tres conceptos distintos. Desde el punto de vista de la administración, está todo correcto. Y desde el punto de vista de las empresas, son tres facturas por tres conceptos distintos”. La fiscal le pregunta por qué Diseño Asimétrico, una firma especializada en diseñar stands, cargó el precio del catering de ese acto. Crespo defiende que al principio esa empresa se especializó en diseño pero luego se fue encargando de eventos.
El número dos de Gürtel niega haber reconocido que sus empresas “sobrevalorasen los proyectos” que presentaban a las distintas administraciones. Ha sido el momento en el que Pablo Crespo ha vuelto a cargar contra el juez Garzón y ha dirigido también sus quejas contra la Policía y la Fiscalía. Ha asegurado que su primera declaración se produjo “en unas condiciones de amenaza y presión” por parte del policía instructor de las diligencias, el agente 81.067. “Blandía con mucha energía la Lecrim (Ley de Enjuiciamiento Criminal) que decía que él también conocía”, ha relatado Crespo.
La fiscal Sabadell le ha preguntado entonces si en algún momento ha denunciado formalmente esta situación. Crespo ha redirigido la pregunta contra la fiscal al responder que la única denuncia que puso fue por las escuchas ilegales ordenadas por el juez Baltasar Garzón –por las que el juez fue condenado- y ha añadido que éstas se produjeron “con la aquiescencia de la Fiscalía donde usted trabaja”.
Sabadell ha insistido en preguntar por qué no le contó las supuestas amenazas del policía a Garzón o meses después al juez Antonio Pedreira. Crespo ha dicho que se trató de una “ratificación en cadena” y ha optado por insistir en que declaró tras tres días “en unos calabozos peores que una mazmorra de la Edad Media. Después, pasó otro día en los calabozos de la Audiencia Nacional porque el juez no pudo tomarle declaración ese día, ni el fin de semana siguiente, ”por razones personales de todos conocidas“. Se ha referido Crespo a la cacería en la que participó Garzón con mandos policiales del caso Gürtel y el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, quien tuvo que dimitir por esa causa.
Crespo ha insistido en que la declaración ante Pedreira se produjo tras 70 días de escuchas ilegales de las conversaciones con su abogado, del que ambos desconocían que estuviera imputado, como así ocurría. El acusado ha insistido en que esas escuchas condicionaron el interrogatorio, como alegó su abogado, Miguel Durán, durante las cuestiones previas, con la intención de que fueran anuladas. El Tribunal desestimó tal pretensión.
Crespo defiende que la multiplicación de sociedades de la red Gürtel obedece a decisiones de mercado estratégicas para llegar a más clientes, para poder trabajar con empresas del mismo sector pero rivales e incluso con administraciones gobernadas por distintos partidos.
“La orden de constituir sociedades la tomó el señor Correa y con mi opinión favorable”. Crespo asegura que constituían empresas para contratar con empresas del mismo sector que eran rivales entre sí y para administraciones que gobernaba el PP y el PSOE. Pone un ejemplo hipotético: “Si contratamos con Endesa, no podría contratar con Ibedrola”. Asegura que estas sociedades servían también si se querían contratar a la vez con administraciones del PP y del PSOE. Crespo asegura que entonces era difícil trabajar para el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad, dadas las relaciones que tenían entonces Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre. Crespo admite que pese a la multiplicación de sociedades, “al final se acabó mezclando todo”.
La fiscal pregunta a Pablo Crespo por los apuntes del cuaderno que le intervino la Policía. En una de esas páginas, Crespo dibujó la estructura societaria en forma de “árbol” de las compañías de Francisco Correa, que la Fiscalía cree que se usaba para ocultar a Hacienda los ingresos de las empresas.
El número 2 de Gürtel dice que ese dibujo es fruto de una reunión con Ramón Blanco, el asesor de Correa, en el que descarga la responsabilidad del diseño de la madeja societaria. “Es un mapa para que yo me pudiera enterar de cómo estaba estructurado el asunto, esto seguramente me lo dijo el señor Blanco….sin duda, corresponde a una conversación con Blanco, y seguramente con Correa, porque estaba reestructurando las sociedades”.
Crespo niega cualquier vinculación con las sociedades patrimoniales que sirvieron a Correa para esconder sus fondos. El número dos de Gürtel asegura que no manejaba estas sociedades, aunque admite algunas gestiones puntuales. Lo afirma así, a preguntas de la fiscal: “Pude haber dado instrucciones [sobre la sociedad patrimonial]. Hubo que ir a ver una finca a Ibiza y el señor Correa no estaba y el señor Blanco no podía y fui a tratar yo con la propietaria. Igual que cuando había que hacer obras”.