No hay muchos casos de un paso tan corto por la primera línea de la política estatal. Marta Lois asumió en verano la portavocía de Sumar en el Congreso de los Diputados y apenas seis meses después vuelve a dar clases en la Universidad de Santiago de Compostela. En el camino asistió a la entrada de su formación en el Gobierno, a la fractura del grupo que lideraba por la salida de Podemos y a una difícil campaña como candidata para intentar, sin éxito, que la coalición entrase en el parlamento gallego.
Lois dio el salto hace apenas unos meses gracias a la confianza y a la amistad de muchos años con Yolanda Díaz. Se conocieron en Galicia, en la época en la que ambas eran estudiantes, y desde entonces no se han separado. Por eso la vicepresidenta segunda del Gobierno confió en ella para que liderase uno de los grupos de trabajo del Proceso de escucha, el embrión de Sumar como proyecto político. Después, para que fuese en el primer puesto de la lista por A Coruña para las generales y, finalmente, para asumir la portavocía en el Congreso.
La dirigente no era nada conocida a nivel estatal pero tenía bagaje en la izquierda gallega. Entró en política para ir en las listas de Compostela Aberta, en las elecciones de 2015 que convirtieron en alcalde a Martiño Noriega. Era el tiempo de las mareas, las confluencias, el auge de Podemos y de las candidaturas de la izquierda transformadora nacidas al calor de ese momento político. Lois fue primero concejal en ese gobierno y luego portavoz del grupo municipal en la ciudad, ya en la oposición.
Antiguos compañeros de partido e incluso dirigentes de otras formaciones políticas recordaban hace unos meses, en un perfil para elDiario.es, su actitud dialogante y su capacidad para generar consensos. Son atributos más que necesarios para liderar una coalición en el Congreso que acababa de nacer pero que ya en esos primeros días se prometía difícil de gestionar. Se trata de un grupo parlamentario de ocho formaciones diferentes, con las tensiones entre Podemos, Yolanda Díaz y buena parte del resto de partidos todavía muy vivas.
Las dificultades empezaron muy pronto. La legislatura echaba a andar pero la formación del Gobierno se haría esperar todavía unos meses. Y la configuración del grupo parlamentario se complicaba.
A principios de septiembre, Sumar repartió las portavocías adjuntas entre los diferentes partidos de la coalición: entregó una a Catalunya en Comú, otra a Compromís y una rotatoria entre Chunta Aragonesista y Més. Esa decisión enfadó a Podemos y también a Izquierda Unida, las dos únicas formaciones de ámbito estatal. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, llegó a hablar en una entrevista de un “error de recién llegada”, en referencia a Lois.
En un clima de abierta tensión interna, la dirigente tuvo que compaginar en aquellas semanas los esfuerzos para coordinar el grupo y, al mismo tiempo para ejercer sus funciones como portavoz. A finales de septiembre llegaba la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Un debate que el líder del Partido Popular aprovechó para dirigir duros ataques contra Sumar y en el que el PSOE optó por Oscar Puente para la réplica al candidato, un perfil mucho más duro que eclipsó la intervención de Lois.
Las cuitas internas no cedieron. Al contrario, fueron a más a medida que avanzaban las negociaciones para el Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. Podemos quedó fuera finalmente del reparto de ministerios y pocas semanas después abandonaría el grupo parlamentario para pasar al Mixto, un movimiento con el que algunas personas del espacio político habían especulado pero que nadie esperaba que se produjese tan pronto.
Sumar —y el bloque del Gobierno– perdía cinco escaños y afrontaba su primera crisis interna en apenas meses de vida.
“Nos mostramos sorprendidos y lamentamos la decisión de abandonar el grupo parlamentario. La portavoz y la dirección política de Sumar nos hemos enterado por los medios de comunicación, no se nos ha facilitado explicación previa. Lamentamos la ruptura de Podemos con nuestro grupo, supone un incumplimiento del acuerdo de coalición electoral de Podemos con Sumar, y la ruptura de un acuerdo que era para toda la legislatura. Es una gran deslealtad con los más de tres millones de ciudadanos que nos han votado el 23 de julio”, decía Lois tras conocer la decisión del partido de Belarra.
Uno de los momentos más difíciles de su etapa al frente del grupo, según la propia Lois, pero que al fin y al cabo liberó de tensiones el funcionamiento interno del grupo parlamentario.
Aunque los problemas con Podemos no terminarían ahí. Otro de los momentos más complicados de su paso por la portavocía, reconocen fuentes de su entorno, fue la negociación del decreto por el subsidio de desempleo que el Ministerio de Yolanda Díaz llevó al Pleno del Congreso para su convalidación a principios de enero. Trabajo y Podemos llevaron la negociación al límite y el decreto cayó ante la negativa de Sumar de retirar una parte del paquete que los de Belarra consideraban un “recorte”.
Los votos de Podemos fueron finalmente al ‘no’ y provocaron la primera derrota parlamentaria del nuevo Gobierno de coalición.
Para entonces, Lois ya compaginaba sus funciones como portavoz con sus nuevas tareas para preparar la candidatura a las elecciones gallegas. Unas semanas antes, a finales de diciembre, Yolanda Díaz había tomado finalmente la decisión. Sería su portavoz en el Congreso la cabeza de lista para unas elecciones clave para Sumar: las primeras para la formación después del 23J y en casa de su líder.
Sumar había tentado previamente a Noriega para encabezar esa lista. Sin éxito. Los rumores publicados llegaron también a apuntar como candidata a la arquitecta Teresa Táboas, conselleira nacionalista de Vivenda durante el Gobierno bipartito de PSdeG y BNG (2005-2009). Ella misma lo desmintió y se sumó después al consejo asesor de la candidata del Bloque, Ana Pontón.
Díaz tuvo que insistir a Lois para que aceptara el encargo. Aunque Sumar contaba con la proyección nacional del proyecto político y con el conocimiento que aportaba Lois como portavoz en el Congreso, la coalición no partía con las mejores expectativas. La mayoría de encuestas la situaban fuera del parlamento gallego, como terminó sucediendo.
“Me toca construir Sumar Galicia de forma solidaria, mancomunada. Cuento con vosotros y vosotras. Vamos a seguir apostando por la esperanza, la política útil”, dijo Lois en su despedida ante los diputados del grupo parlamentario. Días antes se había comprometido a dejar el escaño para comenzar la campaña electoral, con el riesgo de quedar sin espacio institucional en caso de no entrar en el parlamento.
“Un reto grande y un gran aprendizaje”, define Lois su paso por la política estatal, ahora ya de vuelta en la universidad en Santiago. La exportavoz, no obstante, seguirá vinculada a Sumar, sostienen fuentes de su entorno. Tanto en la implantación del proyecto en Galicia como a nivel estatal, aunque todavía no están decididas sus funciones concretas. Lois, de hecho, forma parte de la dirección estatal que pilota Sumar hasta la asamblea fundacional del 23 de marzo.