Uno de los comisionistas reconoce que cobró un millón por los contratos con el Ayuntamiento pero dice que es “legal”
Luis Medina, uno de los empresarios contra los que se ha querellado Anticorrupción por cobrar comisiones millonarias de varios contratos de compra de material sanitario del Ayuntamiento de Madrid, ha admitido en una entrevista en El Confidencial que percibió un millón de euros por poner en contacto a su amigo entonces, Alberto Luceño Cerón, con una alto cargo del consistorio madrileño. Luceño se llevó también cinco millones de euros, del total de los once millones facturados a las arcas públicas.
Medina ha argumentado que “es una comisión normal de intermediación”, que supone “el 8% del contrato” y que “no es ilegal”: “Pero comprendo que haya gente que no lo entienda. Y no puedo responder por lo que hiciera la otra persona, Luceño”, ha justificado. Según el relato que hace Anticorrupción, los dos inflaron presuntamente el precio de mascarillas, guantes y test de anticuerpos en hasta un 426%. Para ello falsificaron contratos y se apresuraron después a gastar en artículos de lujo el dinero con el fin de distraer su origen fraudulento.
En la entrevista, Medina ha negado que utilizara su amistad con un familiar del alcalde para hacerse con ese negocio millonario. Según ha dicho, “conocía a una persona que sabía cómo traer a España mascarillas y otro material”. A esa persona, que ha preferido mantener en el anonimato, le comentó que era “una pena” no ayudar a algún organismo público y, según explica, “se dio la casualidad” de que le comentó que “conocía a un hermano del alcalde de Madrid”. Preguntado sobre si se trataba de Carlos Martínez-Almeida —un primo de Almeida, no un hermano, a quien señala la Fiscalía— el hijo de Naty Abascal y el fallecido duque de Feria ha dicho que no lo conoce y que “no llegó a hablar con él”. “A mí me dijeron que conocía a un hermano, pero a lo mejor era un primo”, ha respondido.
Según el relato de Medina, la tercera persona, que insiste no tuvo nada que ver con eso, habló con el familiar de Almeida que conocía para preguntarle el procedimiento para traer ese material sanitario para el Consistorio y entonces le pasó el teléfono de la responsable de Compras del mismo. Esto se contradice con la versión del Ayuntamiento, que dice que le proporcionaron el mismo mail que se daba a todos quienes querían participar en la venta de material sanitario. “Me pasaron el teléfono de Elena Collado, pero igual que si te llega un contacto por WhatsApp. Solo eso. La llamé y hablé con ella”, ha insistido Medina.
Medina ha explicado que le dijo a Collado que la llamaría Luceño y que no hizo “nada más”, que es “lo mismo” que hicieron con otras instituciones a las que llamaron para ofrecerles material sanitario.
“Es todo normal”
El hijo de Naty Abascal y del fallecido duque de Feria ha argumentado que él “no hizo nada más” que esa llamada y que el familiar del alcalde no cobró nada por la adjudicación: “La Fiscalía también lo sabe porque se lo expliqué en cuanto me lo preguntaron. Les dije que podían quedarse mi ordenador, que les daba las claves, y que lo miraran de arriba abajo, que no iban a encontrar nada de eso. Es que no hay nada. Es todo normal”. También ha negado que los guantes fueran de mala calidad ni haber falsificado ningún documento.
La querella de la Fiscalía Anticorrupción explica cómo obtuvieron el botín. Luceño cobró en total 5,1 millones de dólares en comisiones: tres millones salieron de un contrato para comprar mascarillas FFP2 y los otros dos de la compra de test de antígenos. Además, ocultó parte de estas comisiones a su socio. Por su parte, el hijo del fallecido duque de Feria cobró un millón de dólares del contrato de mascarillas. El saqueo no fue mayor porque el Ayuntamiento exigió la devolución del dinero que pagaron por 2,5 millones de guantes y tuvieron que renunciar a las comisiones.
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