Beirut, 1 sep (EFE).- En el centenario de la proclamación del estado del Gran Líbano, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha acaparado este martes todos los focos durante su visita al país y presionó que para que se forme el nuevo Gobierno en los próximos días y se implementen reformas en las próximas semanas para evitar “consecuencias”.
“Todas las fuerzas políticas se han comprometido a formar un Gobierno en los próximos 15 días”, afirmó el jefe de Estado francés en una rueda de prensa en la residencia oficial gala en Beirut, en la que añadió que la media para la formación de un gabinete en el país está “entre 5 y 11 meses”.
Macron dio el discurso en la residencia oficial francesa en la capital, la misma donde el general galo Henri Gouraud proclamó el 1 de septiembre de 1920 la creación del Gran Líbano bajo el mandato francés y que duró hasta la independencia del Líbano, en 1943.
NO A UN CHEQUE EN BLANCO
El líder galo advirtió que no es “un cheque en blanco lo que se da, sino una cita, de seis a ocho semanas, para tomar en cuenta los 15 días de formación de un gobierno y las cuatro semanas de un gobierno activo”.
Tras reunirse esta mañana con representantes de Naciones Unidas y la sociedad civil, propuso organizar una conferencia de donantes internacional en la segunda quincena de octubre en París, a la que invitará a los responsables libaneses, la segunda cita de este tipo después de la organizada el pasado 9 de agosto en apoyo a la reconstrucción del país.
Pero, en caso de que no se cumplan con las promesas de las reformas, entre ellas la de electricidad y del sector bancario, Macron avisó que habrá “consecuencias”.
“Si no se ha hecho nada, tendré que decirle a la comunidad internacional que no podemos ayudar al Líbano”, agregó el presidente, y precisó que no están “activando mecanismos de sanciones porque las autoridades no respetan sus demandas políticas”, pero si, por otro lado, se revelan actividades ilegales, incluida la corrupción, sí se puede activar una política de sanciones.
Igualmente, aclaró que “el papel de Francia es, por tanto, buscar el apoyo internacional”, y se mostró “comprometido si todas las responsabilidades y decisiones a las que las fuerzas políticas y responsables se han comprometido conmigo están ahí”.
Esta es la segunda vez en menos de un mes que Macron visita el Líbano tras la explosión del pasado 4 de agosto de 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenados seis años que dejó al menos 190 muertos, más de 6.500 heridos y a 300.000 personas sin hogar.
Anunció, además, que volverá al Líbano el próximo diciembre.
UNA HOJA DE RUTA
Horas antes de la llegada ayer de Macron a Beirut, el Parlamento libanés designó a Mustafá Adib como primer ministro del país, tres semanas después de que el anterior gabinete de Hasan Diab dimitiera en bloque tras la explosión.
El jefe de Estado francés aseveró que se ha trazado una hoja de ruta en la que se deberá trabajar sobre la gestión de las consecuencias de la explosión, el apoyo a la población y la reconstrucción del puerto, las reformas de la electricidad, el control de capitales, la lucha contra la corrupción y el contrabando, entre otros.
Aseveró que, de todos esos puntos, “los partidos políticos han hecho acta” durante esta tarde de reuniones en los que se comprometen a cumplirlos, incluso “algunos más que otros”, sin dar más detalles.
Macron confirmó que mañana, miércoles, viajará a Irak para lanzar en conjunto con Naciones Unidas una iniciativa sobre la soberanía junto a los principales responsables iraquíes en un país que ha “sufrido mucho” y donde también revisará los casos de los yihadistas del grupo Estado Islámico franceses encarcelados en el país.