Pretendía ser un “diálogo de guante blanco”, “entre compañeros” y así se había anunciado por las distintas candidaturas pero el debate entre Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se ha convertido en una guerra total televisada entre las distintas sensibilidades de un partido. El ataque más directo lo protagonizó la candidata andaluza cuando reprochó al exsecretario general que había perdido todos los apoyos. Este fue el momento:
Antes de eso, Sánchez había reprochado a la presidenta andaluza que sea la candidata preferida por los votantes del Partido Popular. Lo ha hecho esgrimiendo gráficos en sus manos. En un momento dado, para responder a las críticas a sus cambios de posición en el PSOE, el exsecretario general del PSOE pidió a Díaz que presente por fin su programa. Irónicamente, deseó que pudiera conocerlo la militancia antes del recuento del domingo.
En medio de ambos, Patxi López, el que menos opciones tiene según las encuestas y los avales presentados, trataba de ejercer de árbitro y de pacificador entre sus dos rivales. Pero cuando Sánchez hizo una oferta a los partidarios del exlehendakari, López respondió acusándole de no tener ideas y de copiar las suyas.
El intercambio dialéctico ha estado plagado de interrupciones y reproches, lejos de otros formatos más acartonados.
La idea más repetida por Díaz es que ella no puede ser la candidata preferida por el PP porque ella es la que le gana las elecciones en Andalucía. Díaz no solo reprochó los resultados a Sánchez, también mencionó la derrota de López en Euskadi tras ser lehendakari cuando este defendió que el PSOE “no necesita un secretario general a tiempo parcial” sino uno que se le dedique “25 horas”.
Con todo, el cruce de reproches ha sido más enconado entre Díaz y Sánchez. Consciente de la polarización de la militancia, el exlehendakari se ha ofrecido como el líder que necesita el partido el día después de las primarias para intentar reconstruir la unidad.