El bloque que derrocó al Gobierno de Mariano Rajoy el pasado 1 de julio en la primera moción de censura que triunfa en democracia volverá a votar junto este viernes en el Congreso de los Diputados para avalar el techo de gasto que propone el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Se trata de un debate simbólico porque el PP dispone de mayoría para tumbar ese cuadro macroeconómico en el Senado, pero servirá para que el Gobierno tome aire tras recuperar el apoyo de los partidos independentistas e incluso de Unidos Podemos que evitó respaldarlo en la anterior votación celebrada el pasado 27 de julio, pocas semanas después de que Sánchez llegase a La Moncloa. Entonces el Gobierno socialista solo recibió el voto a favor de PNV y Nueva Canaria: 88 votos de 350. Unidos Podemos, ERC, PDeCAT y Compromís decidieron abstenerse entonces.
Este jueves todos esos partidos cambiarán previsiblemente el voto y darán algo de oxígeno al Gobierno, precisamente en el día en que Sánchez se reúne en Catalunya con el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
La mayoría se fraguó este miércoles con mucho suspense. El primero en anunciar su cambio de voto fue el PDeCAT. Fuentes oficiales de este grupo parlamentario calificaban a primera hora de la mañana como “muy probable” que el sentido de su voto sería esta vez favorable a la propuesta del Gobierno.
El apoyo se considera en las filas del PDeCAT como un gesto hacia el Gobierno socialista en vísperas de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presente los Presupuestos Generales.
ERC no aclaró que haría en el hemiciclo hasta última hora del miércoles. Desde la formación republicana aseguraron durante toda la jornada que decidiría el voto en el último momento.
“Mala semana han elegido para apoyarles”, deslizaban fuentes del grupo parlamentario de los republicanos en el Congreso, que recuerdan el inicio del juicio del referéndum de 1 de octubre de 2017 y los “ánimos caldeados” que detectan en la sociedad catalana ante la reunión del Consejo de Ministros en Barcelona.
El apoyo de ambas formaciones permitirá al Gobierno superar la primera de las votaciones a su senda de déficit aunque no aprobarla porque Unidos Podemos había adelantado que votaría a favor siempre que se lograse reconstituir la mayoría de la moción de censura que desalojó a Rajoy. La aprobación del techo de déficit que se vota este jueves en el Congreso es un paso imprescindible para que los presupuestos del Gobierno sigan su curso y permitan vislumbrar un horizonte a medio plazo para el ejecutivo de Sánchez.
No obstante, la previsible votación de la senda de déficit no implica que el Gobierno socialista tenga vía libre para aprobar las cuentas del próximo año. Para los presupuestos tiene garantizado el respaldo de Unidos Podemos, autor de algunas de las propuestas estrella como la subida del salario mínimo a 900 euros, pero no de los partidos independentistas que siempre han condicionado la aprobación de las cuentas a que el Ejecutivo hiciese gestos con los políticos presos.
El giro de los independentistas se produce después de unas semanas de rifirrafes en las que el presidente Sánchez trató de marcar distancias con el independentismo con un mensaje más duro tras el batacazo del PSOE en Andalucía, que algunos dirigentes socialistas atribuyen a la falta de firmeza con los partidos independentistas.
Entre esos dirigentes críticos están barones del partido como los presidentes autonómicos Javier Lambán, de Aragón, y Emiliano García Page, de Castilla y La Mancha, que llegaron a posicionarse a favor de la ilegalización de los partidos independentistas.