No hay posibilidad de un pacto de última hora. El escándalo que ha obligado a la dimisión del ministro José Manuel Soria ha acabado por impedir cualquier posibilidad de entendimiento entre PP y Ciudadanos. El diálogo que han pedido los de Rivera se convierte ahora en imposible: El PSOE no tiene ninguna excusa para participar en él y Ciudadanos ya no puede permitirse una foto con Rajoy.
Las elecciones se plantean como un escenario imparable. El próximo martes esa distancia quedará evidenciada cuando Podemos y PSOE impulsen la petición de comparecencia para que Rajoy explique qué ha pasado con Soria y sus empresas en paraísos fiscales.
En la formación naranja no se dan por satisfechos con la dimisión de Soria, ni en permitir que se convierta en un balón a seguir por parte de Rajoy. Albert Rivera y Pedro Sánchez quieren que sea el presidente del Gobierno quien asuma la responsabilidad ante el Parlamento y explique las razones que le llevaron a deshacerse de su alfil en el Gobierno.
El caso Soria dificulta además que Rajoy y Sánchez lleven a buen puerto la posibilidad de reunirse antes de que expire el plazo para convocar nuevas elecciones. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, evitó confirmar este viernes la intención del presidente en funciones de buscar a Sánchez para sondear la posibilidad de entendimientos.
El escándalo protagonizado por el ministro de Industria supone un nuevo episodio en la toma de poder moral que los nuevos vicesecretarios le han impuesto a Rajoy en Génova. Las primeras pistas de la caída del ministro se dibujaron cuando dirigentes como Pablo Casado o Andrea Levy se negaron a seguir saliendo ante las cámaras a defender al ministro.
Los jóvenes dirigentes del PP ya se plantaron durante el escándalo generado por la Operación Taula y sus efectos sobre Rita Barberá. En aquella ocasión, Rajoy impuso su criterio. Ahora muchos se preguntan en Génova, ¿por cuánto tiempo?