España se sitúa a la cola, junto con Italia, de los países de la OCDE en comprensión lectora y en matemáticas, y el nivel de rendimiento de sus ciudadanos adultos se sitúa de media en uno equivalente a no entender el gráfico del recibo de la luz o a no comprender textos densos como “El Quijote”.
Estas son las principales conclusiones del Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los adultos (PIAAC, por su siglas en inglés), que se ha realizado por primera vez y evalúa el rendimiento lector y matemático de los adultos, y en él han participado 157.000 personas de 23 países y de entre 16 a 65 años, entre ellas 6.055 españoles (un 14 por ciento inmigrantes).
Mientras Japón y Finlandia ocupan las primeras posiciones con 296 y 288 puntos, respectivamente, en comprensión lectora, así como en matemáticas (288 y 282), los adultos españoles obtienen 252 puntos en la primera de las habilidades (penúltima posición) y 246 en la segunda (última).
Cifras que sitúan a España en unas “posiciones rezagadas”, según ha dicho en la presentación la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, que ha detallado que España se encuentra a 21 y 19 puntos del promedio de la OCDE y de la UE en comprensión lectora y a 23 y 22 en matemáticas.
El informe, conocido como el PISA para adultos, divide seis niveles de rendimiento -siendo inferior a 1 el peor y 5 el mejor- y sitúa a los españoles en el nivel 2 de lectura y matemáticas, equivalente a que les cuesta extraer conclusiones de una lectura y sólo pueden realizar cálculos matemáticos sencillos.
Hay una proporción alta de adultos en los niveles más bajos de la escala (27 % en comprensión lectora y 31 % en matemáticas) y una proporción baja en los más altos (5 % y 4 %), cifras solo similares a las de Italia.
En cuanto al nivel educativo, revela que los adultos que obtienen los mejores resultados son los más preparados y refleja que en países como Japón, Suecia, Países Bajos o Eslovaquia, los titulados en Bachillerato y FP de grado medio consiguen mejores resultados que los universitarios españoles.
Respecto al entorno laboral, expone que la tasa de paro para los españoles con competencias matemáticas en los niveles menos 1 y 1 es de más de tres veces (28,0 %) que la de los que tienen competencias en los niveles 4 y 5 (8,4 %) y que el salario de los primeros es inferior a la mitad del de los segundos (68 % frente a 155 %).
Asimismo, el informe apunta que la población empleada obtiene medias superiores a los desempleados, si bien subraya que en España los que tienen trabajo logran una puntuación media inferior a la de los desempleados de más de la mitad de los países de la OCDE.
Los hombres, en general, y en España también, logran resultados ligeramente superiores a las mujeres y la diferencia resulta más amplia en matemáticas que en comprensión lectora; en el caso de los más jóvenes, esas diferencias son poco apreciables en ambas competencias.
El PIAAC pone de manifiesto que los adultos de más edad tienen, en general, peores resultados que los más jóvenes, y señala que en España el grupo de edad de 16 a 34 años obtiene 37 puntos más que los de 55 a 65, mientras que en la OCDE esta diferencia es de 27 puntos, lo que significa que España ha recuperado 10 puntos con respecto a los otros países con el paso de los años.
Sobre este aspecto Gomendio ha recalcado el “avance muy significativo” que supone respecto a la generación anterior de quienes estudiaron en los setenta, gracias a la escolarización de una parte mayor de la población, mientras que es “menor, pero significativo”, el avance debido a la educación postobligatoria en los ochenta.
“Pero a partir de los noventa se produce un estancamiento que coincide con la entrada en vigor de la LOGSE”, ha añadido Gomendio.
El informe también refleja que según el país de origen, la puntuación media obtenida por los nativos es significativamente superior a la obtenida por los inmigrantes en la mayoría de los países de la OCDE, aunque en España las diferencias son menores porque “la mayor parte de los inmigrantes hablan nuestra lengua”.
Gomendio ha recordado, además, que hay una correlación entre los resultados de PISA 2000 y PIAAC ya que los países que quedaron retrasados entonces con los alumnos de 15 años también han ocupado los últimos puestos en esa misma población que ahora tiene 27-28 años.