Hace cinco años que dejó la primera línea política tras ser prácticamente todo: ministra, presidenta de la Comunidad de Madrid y concejala en la capital. Acostumbrada a ser el centro de todos los focos por ejercer de verso libre dentro del PP, con posicionamientos siempre más a la derecha que los de cada una de las direcciones estatales –a las que no dudó en enfrentarse–, en 2017 se vio forzada a dimitir ante los continuos escándalos de corrupción que salpicaron directamente a sus colaboradores más estrechos durante su paso por la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Reconvertida en tertuliana televisiva en Cuatro o La Sexta, su salida de la política no ha impedido que su opinión sea considerada, difundida y multiplicada por los medios de la órbita de la derecha más extrema.
Aguirre se ha erigido ahora en la punta de lanza del ala derecha del PP, y también del entorno de Vox –partido con el que siempre ha defendido pactar– contra la futura amnistía a los dirigentes del procés, arropada en sus actos precisamente por alguno de esos agitadores ultras, como Javier Negre. Además de sus intervenciones en televisión, el fin de semana la expresidenta no solo acudió a las concentraciones que tuvieron lugar frente a la sede nacional del PSOE en la calle de Ferraz de Madrid y en las que se gritaron vivas a Franco. Aguirre, según se ha visto en distintas grabaciones, alentó a los presentes a que ocuparan la calzada y se puso a la cabeza de la manifestación, mientras los asistentes llamaban “asesino” a Pedro Sánchez.
“Yo cortaría la calle”, se le escucha decir en uno de los vídeos grabado el sábado, a última hora de la tarde, frente a la sede socialista, justo antes de que se acercara a una de las aceras e invitara a los presentes a bajar a la calzada. Cuando la concentración, de unas 200 personas, concluyó, Aguirre coreó junto con el resto de manifestantes: “Volvemos el lunes, volvemos el lunes”.
Su denuncia es “que el representante del 1% de los votantes, que es Puigdemont, está mandando al resto de los españoles”. Así lo contó desde Ferraz en declaraciones a La Sexta. La expresidenta madrileña justificó la protesta ante la sede socialista porque “Pedro Sánchez dijo que la amnistía de ninguna manera dos días antes de las elecciones”. “Y ahora resulta que la amnistía, a cualquier precio”, añadía, sin conocer el texto en el que trabajan los negociadores de PSOE, ERC y Junts.
Aguirre, “segura” de que Ayuso apoya las protestas en Ferraz
El PP de Madrid, que es heredero del aguirrismo, también azuzó las protestas en Ferraz. Lo hizo el secretario general del partido en la región, Alfonso Serrano. Pero también la ahora máxima responsable, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuya carrera política no se entendería sin el apoyo de Aguirre. La expresidenta la eligió como responsable de sus redes sociales, y la hoy presidenta llegó a crear un perfil de Twitter –ahora X– a Pecas, el perro de Aguirre.
“Isabel no ha acudido, pero estoy segura que apoya este tipo de actos”, aseguraba la exmandataria este lunes, en una entrevista en The Objective, al ser preguntada por la posible presencia de Ayuso en alguna protesta similar que pueda convocarse en el futuro. Durante la conversación, Aguirre justifica su actuación, cortando la calle: “Ya no pasaba ningún coche y nos habían tenido hasta ese momento limitados a las aceras. Pero debían de haber cortado arriba y ya no pasaba nadie, por eso pensé que en vez de estar separados [los dos grupos de manifestantes] por la calzada por la que no pasaba nadie, y además estaban empezando a ponerse ellos [los policías] cortándolo ahí, pues que lo mejor era juntarnos con los de enfrente, así que por eso pasamos por un paso de peatones”.
Si hay nuevas convocatorias a través de las redes, Aguirre asistirá: “¡Pienso acudir a todas y hago un llamamiento desde aquí a la del 18 de noviembre, que va a ser en la Plaza de Cibeles, a que vaya toda España para demostrar al señor Sánchez que no es lo mismo la mayoría parlamentaria que la mayoría social y que no puede engañar a todos sus votantes diciendo hasta dos días antes de las elecciones que de ninguna manera haría la amnistía y ahora hacer todas las cesiones que está haciendo!”
Que la Policía desplegara el fin de semana un dispositivo de seguridad en Ferraz para impedir ataques a la sede del PSOE no ha sido visto con buenos ojos por la expresidenta madrileña: “Va Marlaska, a quien yo admiraba en su momento, y nos manda ayer [por el sábado] 28 furgonetas de Policía y en un momento hasta sacaron hasta los cascos. Había muchos más policías que en la valla de Melilla”.
Los vínculos con Vox y Abascal
Autoerigida en adalid de la lucha contra la amnistía, Aguirre no solo anima a la protesta del 18 de noviembre en la que coincidirán dirigentes de PP y Vox. La expresidenta fue una de las impulsoras de la movilización que tuvo lugar el pasado 29 de octubre en la plaza de Colón de Madrid. La concentración, a la que asistieron 100.000 personas, había sido convocada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES), el primer 'think tank' que impulsó Santiago Abascal en 2006, que estuvo presidido por él hasta 2014 y que ahora trata de resucitar Vox para tratar de agitar su ideario más extremo.
En la presentación de la protesta, Aguirre se sentó en primera fila junto al filósofo Fernando Savater. Y después posó en la foto de familia con el también escritor y los exdirigentes de Ciudadanos –ahora también cercanos a la extrema derecha– Juan Carlos Girauta y Marcos de Quinto.
La expresidenta mantiene un estrecho vínculo con la derecha más ultra, también la mediática. Suele ser entrevistada habitualmente por Federico Jiménez Losantos en su programa de EsRadio, la emisora a la que la Comunidad de Madrid regó con subvenciones de dinero público cuando la presidía Aguirre. También tiene una relación estrecha con el propio Santiago Abascal sobre todo desde que en 2010, cuando el hoy líder de Vox seguía en el PP, le nombró director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid, un cargo que ocupó hasta diciembre de 2012.
Después fue designado por Aguirre como director gerente de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social, también bajo el paraguas de la Comunidad de Madrid. Se trata de una organización pública que se creó ex profeso para Abascal, que ahora critica los “chiringuitos” como el que él mismo dirigió. La fundación no tenía actividad y solo contaba con un empleado, pero Abascal se embolsaba un sueldo de 83.000 euros brutos anuales. Vox es, para Aguirre, “un partido perfectamente constitucional” y en numerosas ocasiones ha defendido que el PP se acerque a la formación de Abascal, avalando todos los acuerdos autonómicos entre los dos partidos y animando a un pacto general en todo el Estado.
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