Blesa: un estilo de vida de lujo sufragado con su tarjeta black

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa vivió sus años al frente de la entidad pública disfrutando de grandes lujos. Los correos electrónicos del exbanquero a los que ha tenido acceso eldiario.es muestran el glamuroso y caro tren de vida del que gozó junto a sus amigos, fundamentalmente empresarios vinculados a los negocios inmobiliarios, en esos años. Ahora se conoce que, además, este estilo de vida era sufragado en gran parte con las visas en negro con las que la caja daba sobresueldos a parte de sus directivos.

Los extractos de la tarjeta black de la que dispuso en Caja Madrid y con la que gastó 436.700 euros, según el informe que maneja la Fiscalía Anticorrupción, demuestran que Blesa cargó a la entidad pública parte de esos lujosos caprichos. Aún no se conocen todos los movimientos de su tarjeta, contenidos en un CD que Bankia le ha entregado al juez Andreu, pero cargó al menos 10.000 euros en vinos, 9.000 euros en un viaje a Sudáfrica en agosto de 2008 y 2.000 euros en relojerías, según ha publicado El País. En ese ejercicio 2008, Blesa llegó a gastar 55.700 euros con su tarjeta en negro.

El espíritu de enólogo amateur de Blesa le llevaba a gastar desorbitadas cantidades en caldos de prestigio. Por un lado, tenía una carta de vinos valorados en miles de euros que tenía reservados para su disfrute en su despacho de Caja Madrid. Pero, además, los correos del exbanquero, a los que eldiario.es tuvo acceso gracias a una fuente anónima derivada del Partido X, ponen de relieve desembolsos, aparentemente a título personal pero ahora se conoce que sufragados con el plástico en negro.

Una de las compras que permiten sospechar es la realizada en 2009 en Lavinia -una prestigiosa vinoteca de Madrid- por un importe de 720 euros. Blesa pagó esa cantidad con tarjeta, según figura en la factura que la compañía envió a su corre. De acuerdo con El País, el expresidente de la caja gastó un total de 10.000 euros en vino. Blesa era un buen cliente de esa empresa. En diciembre de 2004 recibió un correo de uno de los directivos en la que le hacía una “propuesta de pedido”, que incluía tres botellas de Pauillac y otras tres de Chateu la Fleur Cailleau.

Precisamente en 2009, en pleno estadillo de la crisis financiera y año en el que se emiten las preferentes para captar financiación extra para la Caja, Blesa llegó al pico de su gasto con tarjeta, superando el límite de 50.000 euros que tenía impuesto. Así, poco antes de abandonar su mandato al frente de Caja Madrid (en enero de 2010), el exinspector de Hacienda se gastó 65.000 euros con la tarjeta black. Aún más mérito tiene el trepidante gasto al que se sometió en su último mes al frente de la entidad, cuando dilapidó 19.000 euros con la visa.

Es además de ese año 2009 cuando data el correo en el que se dan cuenta de las tarjetas black, tal y como publicó eldiario.es en diciembre del año pasado y que ha dado pie a la investigación interna iniciada por Bankia y que ha acabado en la Justicia. El 1 de septiembre de ese año, el secretario saliente del consejo de administración le explica al entrante el sistema por el que funcionan estos plásticos así como las remuneraciones de otros consejeros.

Su gusto exquisito era conocido entre sus amistades. En 2002 recibió una recomendación para fichar a un proveedor de caviar que ofrecía un tipo -Sevruga- por 1.021 euros el kilo, aunque le recomendaba el Beluga Royal por 4.200 euros por kilo que le dejarían en 1.440 de manera excepcional. “Merece la pena, pero que no se lo digamos a nadie”, advertía el amigo de Blesa en un correo en el que también indicaba que el proveedor podría llevarle el caviar a casa. “Cómprate un cuarto de cada una y pruebas”, aconsejaba. Por el momento, no hay documentación que confirme que este gasto se cargó a cuenta de Caja Madrid con su tarjeta en negro pero cuando el CD con los gastos detallados salga a la luz revelará datos como estos.

Namibia, Tanzania, Turquía...

Además del viaje a Sudáfrica valorado en 9.000 euros que cargó a la tarjeta black, Blesa disfrutó de exóticas cacerías y cruceros por el mundo en sus años al frente de Caja Madrid que ahora habrá que comprobar si se pagaron o no a cargo del mismo plástico. Solo en el verano de 2009, momento en que la crisis económica ya había hecho mella en España, el entonces presidente de la caja pública que poco después quebraría disfrutó de varios viajes exclusivos.

El exbanquero y once amigos se gastaron al menos 18.000 euros en un crucero de seis días por Turquía, de los que Blesa abonó 5.000 como reserva. El contrato del pack vacacional incluía los “impuestos de puertos, personal, diesel y transporte desde el aeropuerto”, pero no las comidas ni bebidas para la estancia, según explicó a Blesa su pareja.

La compañía les ofrecía, además, un menú de 30 euros por persona al día y la posibilidad de comprar las bebidas que les indicaran. La lista de la compra de los viajeros incluía doce botellas de Gin Bombay Saphire, 85 latas de cerveza, 180 latas de tónica, 90 botellas de agua mineral de un litro, 100 latas de Coca Cola, 150 de Light y 48 de Fanta de limón. El presupuesto ascendía a 1.818 euros, una cantidad que a la pareja de Blesa le parecía “carísima”, por lo que optaron por parar antes de embarcar y hacer la compra en un supermercado.

El exclusivo yate, compuesto por seis camarotes con cama doble, con sus respectivos aseos, dos salones y una cocina, les llevó a partir del 25 de julio de 2009 por las paradisíacas islas turcas. Pero las vacaciones del entonces presidente de la entidad financiera no acabaron ahí. Unos días más tarde disfrutó de un itinerario por la Costa Azul, que incluyó tres días en Mónaco, estancias en Italia y Francia. Una vez en España, Blesa se marchó unos días a Sotogrande, de donde regresó en avión desde Gibraltar. La gestión de ese viaje la hizo la secretaria del grupo inmobiliario Monteverde.

Una de las aficiones del exbanquero es la caza. Sus correos electrónicos recogen gran cantidad de fotografías junto a cadáveres de animales y comentarios sobre los que “iba a cazar”. “Ya te mandaré algunas fotos para que veas los destrozos causados”, le decía Blesa a un amigo tras un viaje a África. “Con más de 60 años, ya no tiene más oficio que, sola y achacosa, vagar lenta y parsimoniosamente en busca de su muerte”, expresaba en un mensaje que ilustraba una fotografía de un elefante.

Uno de sus destinos fue Namibia, en el puente de noviembre de 2007 (en ese año tiró de tarjeta por valor de 54.900 euros). Dos años más tarde, Blesa envió un correo al organizador del viaje en el que mostraba su enfado por no haber recibido “los trofeos” después de haber abonado el importe de “los trabajos de preparación para su exportación y posterior taxidermia” así como las “tasas de abate”. “No queremos pensar que hemos sido víctimas de un engaño y estafa por parte de su organización, pero sólo sus explicaciones a pesar del tiempo transcurrido y la recepción de los trofeos nos podrán hacer pensar otra cosa; supongo que si en algo valora su buen nombre y el prestigio futuro en España de su empresa de caza no tardará en facilitarnos unas y otros”, amenazó en entonces presidente de Caja Madrid.

En verano de ese mismo año se fue a ese país y a Zanzíbar con su hija en verano. Allí disfrutaron de un safari y de varias cacerías. “Los edificios que veis en medio de la nada son el hotel, con Spa y todo”, les comentó en un mail a dos amigas. Un año antes su destino fue Tanzania, según comentó con sus conocidos.

Blesa rechazó una oferta de una estancia en Zambia por 36.000 euros diarios para cazar leones y leopardos prevista en 2008 para el verano de 2009 junto a dos amigos. La cifra le parece excesiva a Blesa pero solo porque pensaba que eran dólares y no euros. “Yo había hecho los cálculos en dólares y no euros, igual que tú. Resulta caro; o se baja del burro o nos cambiamos de burro. En tiempos de crisis no creo que estén hasta arriba, verás el 2009”, respondió Blesa. Los correos electrónicos a los que ha accedido eldiario.es no permiten deducir si finalmente obtuvieron una contraoferta.

En Cuba disfrutó de otra de sus aficiones: la fotografía. Entre ellos están las instantáneas que el presidente de Caja Madrid envió a sus allegados tras su viaje en marzo de 2008. Según los correos, el siguiente destino de Miguel Blesa sería Miami, ciudad que alberga la sede del City National Bank of Florida, cuya compra llevó al expresidente a los tribunales y al juez Elpidio José Silva a dictar su ingreso en prisión. Un proceso que ha terminado con la condena a 17 años de inhabilitación del juez.

“Charlas con el limpiabotas”

No todos los planes del entonces presidente de Caja Madrid consistían en actividades lujosas y exclusivas en lugares recónditos, sino que los fines de semana que se quedaba en la capital aprovechaba para leer, pasear a su perro y estar en el jardín. Pero sin duda en esos días lo que Blesa destacaba eran las “charlas con su limpiabotas”, un trabajador de 82 años. “Debía haber ido de compras al barrio Salamanca, pero me ha dado gran pereza; mejor la charla de los sábados con mi amigo el limpiabotas y un café de por medio, él se alegra y yo también”, explicaba el exbanquero en un email a una amiga. “El día 14 cumple 82 años y le voy a regalar unas entradas para San Isidro”, presumía.

No era la única vez que el presidente de una de las cajas de ahorros más importantes se encontraba con el pueblo llano: también lo hacía viendo la serie de Telecinco Aída. Le gustaba “aprender otro lenguaje” gracias a lo “brutos y soeces” que son sus protagonistas. “Cuando cuento que soy un entusiasta de semejantes personajes, la gente me mira mal y creen que les tomo el pelo; me parece un contrapunto perfecto a mi vida, mi lenguaje y mis costumbres”, expresó en un correo en 2008.