Pedro Sánchez no pretende intervenir en la Comunidad de Madrid. El Gobierno descarta, al menos por ahora, tomar las riendas de la situación ante la alarmante evolución de la COVID-19 en la región, que no solo es la que más casos de contagio aglutina sino la que lleva varias semanas acumulando mayor incidencia de la pandemia por cada 100.000 habitantes. El descontrol epidemiológico en la comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso inquieta al Ejecutivo desde hace semanas, que le ha instado tanto en público como en privado a aplicar medidas encaminadas a frenar la expansión del virus, pero por ahora se mantiene a la espera de que se lleven a cabo. La interlocución entre el Ministerio de Sanidad y el área de salud del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso es fluida y constante, pero en el Ejecutivo reconocen cada vez más inquietud ante la descoordinación en el gabinete madrileño a la hora de toma decisiones en la Puerta del Sol, evidenciada este miércoles con el anuncio de los confinamientos selectivos del viceconsejero Antonio Zapatero que luego fue desmentido desde el entorno de la presidenta madrileña. Las medidas aún están en el aire y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, permanece en contacto con la consejería de Sanidad madrileña.
En Moncloa de momento han decidido dejar en manos de las autonomías la gestión de la pandemia tras semanas de ataques por todos los flancos durante los momentos más duros del confinamiento. Una vez se levantó el estado de alarma, Sánchez apeló a la cogobernanza por la que las comunidades asumen sus competencias bajo la coordinación y supervisión de los ministerios de las áreas correspondientes. Así se han gestionado los rebrotes o la vuelta al colegio, por ejemplo. Sanidad ha intervenido ante cuestiones puntuales como la preocupación en Castilla-La Mancha y Castilla y León ante la posible expansión del virus desde la Comunidad de Madrid. Pero por ahora la directriz sigue siendo dejar la gestión en manos de las autonomías y que estas asumen sus competencias. Tras semanas de críticas por parte de Ayuso a Sánchez por la asunción del mando único, fuentes del Ejecutivo creen ahora que algunos gobiernos miran a Moncloa para que les descargue de “su responsabilidad”.
Fuentes gubernamentales reconocen que no hay un “plan propio” para afrontar la situación y que la adopción de medidas para atajar la expansión del virus corresponde a las autoridades madrileñas. “En principio, no se puede hacer gran cosa”, responde un alto cargo sobre la posibilidad de que el Gobierno tome alguna medida para controlar la situación. De hecho, al volver del parón estival Sánchez ofreció a las comunidades decretar el estado de alarma a la carta siempre y cuando los ejecutivos autonómicos se lo reclamaran. Algunos le tomaron la palabra, aunque reconocieron que no había llegado el momento. También en el Gobierno central sostienen que la situación está lejos de la vivida en marzo, cuando se decretó el confinamiento.
El Gobierno da por hecho que Ayuso tomará “medidas adicionales”
“No les escondo que la situación en Madrid nos preocupa”, ha afirmado este miércoles el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ha reclamado al Gobierno de Ayuso “medidas adicionales”. En el Gobierno asisten con cierta perplejidad a la descoordinación dentro del gabinete de Ayuso a la hora de implementar las recomendaciones que asume el área de salud. El ejemplo más claro se ha producido este mismo miércoles cuando el viceconsejero ha anunciado medidas drásticas para limitar la movilidad en la región, como confinamientos en determinadas áreas más afectadas por el virus, que tan solo le había comunicado a la presidenta unos minutos antes por WhatsApp. Desde la Puerta del Sol han desmentido al responsable sanitario y las medidas han quedado en el aire.
Illa se ha mostrado convencido de que en el Ejecutivo regional “están trabajando” en esas iniciativas más exigentes, aunque ha asegurado que les corresponde a ellos comunicar cuáles. También ha asegurado que el “contacto es permanente” con la consejería. Desde el departamento de Illa explican que la interlocución con el consejero es prácticamente diaria, al igual que entre los equipos técnicos de ambas administraciones. “Sanidad está encima y hablando las medidas con la Comunidad de Madrid –señalan fuentes del Ejecutivo–. Con discreción y lealtad, les echamos una mano con todos los medios que tenemos”.
Algunas fuentes señalan como ejemplo de esta colaboración las gestiones que se hicieron desde el Ministerio para convencer a la presidenta de Madrid de que no autorizara una corrida de toros con más de 4.000 personas de público que Ayuso se resistía a cancelar. Finalmente, la Comunidad suspendió el encuentro alegando “prudencia”, aunque 24 horas antes una de sus consejerías había concedido los permisos mientras la de Sanidad lo desaconsejaba. Un desencuentro de criterios más en el seno Gobierno madrileño en su gestión de la salud pública.
“Tienen que mejorar”
El mismo día que Sánchez invitó a las comunidades a solicitar el estado de alarma comunicó que tendrían a su disposición 2.000 rastreadores militares –varios gobiernos autonómicos, entre ellos el de Ayuso que es el que tiene un sistema de detección más precario, se acogieron a la iniciativa–, también les reclamó que firmaran los protocolos para poner en marcha la aplicación Radar COVID-19. Aunque desde el Gobierno evitan entrar en la confrontación con los ejecutivos autonómicos, el propio Sánchez dejó clara su preocupación hace ya dos semanas en una entrevista y avisó a Ayuso: “Las capacidades estratégicas tienen que mejorar”. En privado, las fuentes consultadas admiten inquietud por la actuación de Ayuso. “La sanidad pública en Madrid está muy débil”, reconoce una de ellas.
Desde los partidos que sustenta al Gobierno central sí que se permiten más licencias a la hora de criticar a Ayuso. “Quienes se ensañan de verdad con usted y su gestión son los datos”, le recriminó el portavoz del PSOE, Ángel Gabilondo, después repasar los datos de contagios en barrios y municipios de Madrid –nueve de las diez grandes ciudades españolas con más casos de las últimas dos semanas son madrileñas–. “Su Gobierno lo que tenía que hacer era contratar personal adicional para la Salud Pública y reforzar los Centros de Salud. Y usted no lo ha hecho”, zanjó Gabilondo, que aseguró que el Ejecutivo de Ayuso es “fallido e inconsistente”.
“Es el Estado quien está salvando a los madrileños. Menos mal, porque sin él mal nos iría”, les espetó el diputado de Unidas Podemos Jacinto Morano durante el debate del estado de la región, en el que también recordó a Ayuso la emigración de médicos a otras regiones: “Dice que Sánchez no la recibe; no lo sé, pero le suelta 3.400 millones el Gobierno central”, zanjó sobre el fondo no reembolsable que el Ejecutivo puso en manos de las comunidades para hacer frente a los gastos extra de la pandemia. En esa misma línea, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, criticó a la presidenta madrileña por su intención de bajar impuestos mientras sostiene que no tiene dinero para la sanidad o la educación.
La denuncia por parte de la oposición a la gestión de Ayuso ha llegado al punto de que la izquierda ha asumido que no queda otra opción más que plantear una moción de censura contra Ayuso. Los socialistas dejan claro que el problema es la presidencia en manos del PP pero no ponen pegas a Ciudadanos, al que emplazan a dar un paso y romper la coalición, que en los últimos meses ha evidenciado la falta total de sintonía.