Fue alcalde de Albacete desde 1999 hasta 2008, los años de mayor expansión urbanística en los municipios españoles. Cuenta que “lo que pasa en Gamonal”, en Burgos, “es propio de muchos gobiernos municipales con concejales que se creen reyezuelos de la nada”.
Manuel Pérez Castell tiene hoy 64 años y está jubilado, tras pasar sus últimos años de vida profesional ejerciendo de profesor de Filosofía, la carrera que estudió, en un instituto de enseñanza secundaria de la ciudad. “Que antes de nada quede claro que hay otra forma de hacer las cosas, una política municipal honesta y participativa”, nos insiste antes de aceptar hacer declaraciones públicas.
Pérez Castell conoce bien a Antonio Miguel Méndez Pozo, “el jefe de Burgos”, el constructor que está detrás del proyecto del parking de Gamonal que el ayuntamiento ha tenido que cancelar definitivamente tras una semana de protestas y apoyos a los vecinos desde diferentes puntos del país. “Méndez Pozo llegó a Albacete sobre 2002 para comprar el periódico la Tribuna de Albacete”, recuerda Pérez Castell. Para entonces ya era propietario del Diario de Burgos (entre otros), periódico que se ha empleado a fondo para defender el parking de Gamonal, diseñado por él, contra “la violencia” de sus vecinos. En esos primeros meses, el constructor se empleó a fondo en su desembarco en Albacete.
Hacia el final de la segunda legislatura de Castell, cuando llegaba la precampaña electoral para las municipales de 2007, Miguel Méndez Pozo instó al alcalde a que le ayudase con uno de sus negocios con el ladrillo. “Me dijo que le tenía que recalificar una serie de terrenos que había comprado para hacerlos urbanizables”, afirma hoy Pérez Castell. “Le dije que no”.
En aquel encuentro, una comida, había testigos. Una de esas personas, a la que ha tenido acceso eldiario.es, añade más información sobre lo que allí pasó y explica que Méndez Pozo sacó mapas de la ciudad sobre la mesa y empezó a señalar las parcelas de terreno sobre las que quería poder construir. “No olvidaré nunca su actitud al sacar aquellos planos sobre el mantel y señalar lo que quería”, dice esta fuente de primera mano. Durante la charla, Méndez Pozo recordó - como si hicera falta - que era propietario de La Tribuna de Albacete e “insinuó al alcalde que no le convenía tener en contra al periódico durante la campaña”, la de las municipales de 2007. “No fue un chantaje directo, pero lo dejó caer” y, según esta fuente, “no se tomó bien la negativa”. Fueron unos postres tensos.
Sin querer entrar en estos detalles, el exalcalde explica a eldiario.es que le dijo que no a Méndez Pozo “porque mi norma era no reformar planes municipales de urbanismo en activo”, es decir, no recalificar terrenos sobre la marcha a través de planes de actuación parciales que precisamente en Castilla-La Mancha tenían capacidad para cambiar el uso de casi cualquier tipo de suelo de forma completemente arbitraria. “Era una tendencia en nuestra comunidad el cambiar el uso de terrenos sobre todo rústicos usando esta opción”, explica, “pero yo nunca estuve de acuerdo”.
“Las credenciales de Méndez Pozo son las que son…”, recueda Castell. El constructor que ha ideado el bulevar de Gamonal fue condenado a siete años de prisión por delitos de corrupción urbanística en 1992, aunque solo cumplió siete meses de prisión antes de salir en tercer grado. “Cualquier proyecto, cualquier unión de empresas donde estuviera Méndez Pozo hay que temerla, hay que tratarle con cautela”, responde el exalcalde Pérez Castell.
En los últimos días se ha reabierto el debate de si la reinserción en la sociedad de un condenado por delitos urbanísticos incluye que pueda a volver a ser adjudicatario de obra pública. El exalcalde de Albacete tiene una opinión: “ser constructor de obra pública no es un derecho, hay que ganárselo”, dice. “Y un señor que ha tenido que pasar cárcel por corrupción en obra pública debería ser inhabilitado al menos en los ayuntamientos donde ha sucedido la fechoría”.
Castell presume del sistema de presupuestos participativos que durante sus años de mandato se ensayaba en la ciudad. “Con un consejo ciudadano, como el que nosotros teníamos, con representantes de hasta 14 sectores diferentes, que hagan seguimiento de los gastos y los ingresos del ayuntamiento cada semana, algo como lo de Gamonal habría sido imposible”, dice. “Hay otras maneras de gobernar una ciudad y no se hunde el mundo si se llevan a cabo”, insiste.
En el momento en que Méndez Pozo le pidió al alcalde de Albacete que le recalificara unos terrenos, el gobierno autonómico estaba en manos de José María Barreda y el constructor había comprado ya la Tribuna de Cuenca, la Tribuna de Ciudad Real y la Tribuna de Toledo, junto a la de Albacete, dirigida entonces por Dimas Cuevas, luego senador del PP. “Evidentemente más que mío, era más amigo de otros dentro de mi propio partido, y de otros”, dice Castell.
Manuel Pérez Castell accedió al poder en Albacete tras ganar unas primarias en el PSOE, cuya dirección le obligó a retirarse en cuanto perdió la mayoría absoluta a pesar de haber renovado gobierno y obtenido la alcaldía de nuevo, en coalición con Izquierda Unida en 2007. El entonces presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, le sustituyó al frente del ayuntamiento y le colocó en las listas para ir como diputado al Congreso durante una legislatura; luego, el olvido.