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Exilio cubano cree que con Trump se acaban las concesiones al régimen castrista

EFE

Miami (EE.UU.) —

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Cuatro organizaciones de exilio cubano en Miami (Florida) coincidieron en que la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos “frenará” las “concesiones permanentes” al Gobierno de Cuba y traerá mayor “presión” en la defensa de las libertades.

Si bien entienden que Trump “no cancelará” muchas de las políticas ya implementadas por el presidente Barack Obama en relación con la isla, se mostraron de acuerdo en que se producirá un crucial viraje con un “mayor compromiso en la defensa de los derechos humanos”.

Trump “no criticó” que Obama restableciera los lazos con Cuba, sino que “no lograra la menor reciprocidad ni que la causa de los derechos humanos en la isla estuviese en primer plano en la agenda de negociación”, precisó a Efe el cubano Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.

Por ello, aventuró Sánchez, es muy probable que el presidente electo “no revierta todo lo que ha hecho Obama” pero sí acabe con la “concesión permanente de Estados Unidos sin ninguna reciprocidad” por parte del régimen cubano.

En un reciente reunión en Miami con cubanos anticastristas muy beligerantes, el ahora presidente electo alabó a las Damas de Blanco y aseguró que él, de ser elegido presidente, no cerraría los ojos ante la violación de los derechos humanos como, dijo, había hecho su rival demócrata.

Trump visitó la sede de la Brigada 2506, en el barrio de la Pequeña Habana, donde afirmó que Obama no había realizado un buen acuerdo con Cuba y que Clinton era más de lo mismo, “o incluso peor”.

Para Antonio Díez Sánchez, secretario general del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), la inesperada victoria de Trump supondrá un “freno al acercamiento” a la isla caribeña en tanto en cuanto el régimen cubano “no de pasos hacia la libertad y hacia reformas políticas”.

Sánchez aprovechó para elevar una petición a la nueva Administración estadounidense: que “sea solidaria con el pueblo de Cuba en sus demandas de libertad”, algo con lo que “no cumplió Obama”, aseveró.

Plantados, otro grupo del exilio que expresó sin ambages en 2014 su rechazo a las “concesiones” hechas por Obama al Gobierno cubano, está convencido de que Trump “cumplirá con lo que ha dicho en la campaña de no aceptar una política hacia Cuba” que consista en “entregarlo todo sin recibir nada”.

“Trump exigirá menos violación de los derechos humanos y presionará más al régimen de los hermanos Castro para que el pueblo cubano pueda vivir con más libertad”, resaltó Ángel Desfana, director de Plantados, uno de los grupos que integran la Asamblea de la Resistencia Cubana.

Este nuevo enfoque del Gobierno estadounidense es, en opinión de Desfana, muy factible a tenor de que los republicanos se han apoderado también del Congreso y del Senado, lo que puede cristalizar además en un “aumento de la ayuda a los disidentes en la isla”.

En sintonía con el sentir de los activistas cubanos anteriores, Desfana puntualizó que la elección de Trump puede ser positiva para la causa de las libertades en Cuba por la “mayor presión” que ejercerá el republicano en la “exigencia a la dictadura de respeto a los derechos humanos y la ruta hacia la libertad”.

“De lo que estaba seguro es de que con Hillary Clinton no había remedio, íbamos a tener más de lo de Obama”, es decir, una “apertura hacia la dictadura cubana sin recibir nada a cambio”.

En esa misma línea, Pedro Rodríguez, directivo de la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba, abogó por el “fin de las concesiones sin solidaridad con el pueblo” cubano y sin que La Habana “muestre la menor reciprocidad” respecto de Estados Unidos.

Al igual que los demás activistas, Rodríguez dudó que el magnate inmobiliario vaya a “anular” las políticas implementadas por Obama y afirmó que la victoria de Trump en las elecciones del martes “puede ser positiva para las libertades en Cuba”, aunque, a la postre, dijo, es el Gobierno cubano el que “controla la represión”.

Cuba y Estados Unidos anunciaron a fines de 2014 un acuerdo para normalizar sus relaciones después de medio siglo de enemistad, que en julio de 2015 dio como resultado la reapertura de las respectivas embajadas en Washington y La Habana.

Desde entonces empresas estadounidenses de diversos sectores han ido concretando negocios y abriéndose mercado en Cuba, aunque el embargo económico se mantiene.