París, 4 dic (EFE).- Fin de semana político en Francia. A unos cinco meses de las elecciones presidenciales, la derecha eligió este sábado su candidata mientras que el tertuliano Éric Zemmour, el más extremista de los aspirantes al Elíseo, reúne mañana por primera vez a sus apoyos en un evento donde espera unas 19.000 personas.
Tras meses rumiando una candidatura y criticado por sus adversarios, que se quejaban de que se sirviera como altavoz de medios como Le Figaro y CNews, donde colaboraba hasta hace un par de meses, Zemmour confirmó este martes que concurrirá en las elecciones presidenciales del mes de abril.
De momento, deberá competir a la derecha con Valérie Pécresse, elegida este sábado por los militantes de Los Republicanos, y en la extrema derecha con Marine Le Pen, ambas preocupadas por una fuga de votos hacia Zemmour.
A la izquierda se enfrenta con Jean-Luc Mélenchon, que ha convocado un mitin en París a la misma hora, y Yannick Jadot, líder de los ecologistas. El actual presidente, Emmanuel Macron, no ha confirmado aún su candidatura aunque el tono electoralista cada vez está más presente en sus intervenciones.
Pero Zemmour está siendo el verdadero dolor de cabeza para todos en esta precampaña. Sus subidas de tono y sus discurso identitario y contra la inmigración copan las coberturas mediáticas desde hace meses.
Si en septiembre los sondeos apenas le daban un 5 % de las estimaciones de voto, desde noviembre, con entre un 19 % y 20 %, su nombre entra en las quinielas para la segunda vuelta de las elecciones, a poco de quitarle el puesto a Le Pen y enfrentarse a Emmanuel Macron.
UN MITIN BAJO TENSIÓN
“Imposible no es francés”, es el lema de campaña que el extremista reveló este viernes junto a su cartel presidencial, donde aparece vestido con traje de chaqueta azul, corbata a juego y camisa blanca.
En un primer momento, el lanzamiento de su partido, cuya adhesión será de pago, y el encuentro con los ciudadanos que lo apoyan, debía tener lugar en la sala de conciertos Zénith, en París. Pero esta semana aseguró que las 6.000 plazas que ésta ofrece no son suficientes.
La nueva convocatoria es en el Parque de Exposiciones de Villepinte, cerca del principal aeropuerto del país, donde se esperan unas 19.000 personas según el director de eventos de Zemmour, Olivier Ubéda.
En redes, muchos opositores a las ideas del extertuliano y escritor de obras alarmistas sobre el estado del país han llamado a inscribirse en el evento para saturar el evento con participantes que no van a asistir.
Al mismo tiempo, una manifestación contra el candidato se desarrollará en París, en la zona norte de la ciudad. La convocatoria llegó a pasar al mismo punto de encuentro en Villepinte, pero finalmente se mantiene en la capital.
La prefectura de Policía espera que entre 3.000 y 5.000 manifestantes participen, entre ellos unos 150 alborotadores de movimientos radicales.
Pero además, las fuerzas del orden también han reforzado los controles en transporte público y otras zonas de la capital para evitar posibles altercados.
Por su parte, la Embajada estadounidense ha desaconsejado este sábado a sus ciudadanos que se acerquen a las manifestaciones antifascistas convocadas en paralelo al mitin de Zemmour, condenado en dos ocasiones por incitación al odio religioso e incitación al odio racial. Tiene además varias causas abiertas.
El ya candidato se dirige a quienes se sienten menospreciados por las élites, los periodistas, los universitarios, los sindicalistas, las autoridades religiosas y los biempensantes; promete “salvar a Francia” del “islamo-izquierdismo” y acusa a las élites políticas de haber sometido al país.
Desde este viernes cuenta con un nuevo aliado, el exdiputado conservador Jean-Frédéric Poisson, que en 2017 participó en las primarias de la derecha tradicional, y que este año ha renunciado a su candidatura individual al Elíseo para sumarse a las filas de Zemmour a favor de una unión de las derechas.
Este domingo será la ocasión de ver qué otros rostros públicos dan también la cara por él.
María D. Valderrama