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INVESTIGACIÓN

Cómo fabrican las cloacas del Estado una cuenta falsa en un paraíso fiscal (la de Trias, pero podría ser de cualquiera)

TriasApertura

José Precedo

26 de enero de 2024 22:34 h

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Lo primero fue señalar los objetivos a atacar: generalmente eran políticos de partidos que molestaban al Partido Popular. Figuran en las llamadas “notas informativas”, documentos parapoliciales que distintas unidades del cuerpo elaboraban al margen de la ley y sin ningún control judicial y que se enviaban a la cúpula de Interior, donde las recibían el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el ministro, Jorge Fernández Díaz, a quienes la Justicia pide 15 años de cárcel por otro caso de corrupción policial y política, la trama Kitchen, para el borrado de pruebas de la financiación irregular del PP.

Y en la confección de la lista negra participaron dudosos confidentes de la Policía, como la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, a quien el Gobierno de Rajoy puso un sueldo con cargo a los fondos reservados, policías corruptos que decían tener infiltrados en el independentismo, hasta la propia líder del PP catalán en la época, Alicia Sánchez Camacho, que llegó a proponer entre los nombres a investigar al presidente del Barça, Sandro Rosell, que pasó en prisión preventiva dos años antes de ser absuelto de todas sus causas.

El nombre del exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, figuró como objetivo en varios de esos pseudoatestados policiales a partir de 2012, tras la Diada masiva que encendió todas las alarmas en el Ministerio del Interior. Son varias las unidades de Policía que señalan la necesidad de investigar a Trias. Pero la pista fundamental, a raíz de los documentos recabados por la investigación conjunta de La Vanguardia y elDiario.es, la da un dudoso empresario, Javier De la Rosa, condenado por la corrupción de Kio, quien se ofreció a darle datos sobre Trias y Artur Mas al comisario José Manuel Villarejo a cambio de 150.000 euros. El dinero se lo pidió primero a Interior pero lo acabó pagando el Partido Popular a través de su 'número dos', María Dolores de Cospedal, según varios apuntes en la agenda del comisario.

Durante una extensa conversación en Marbella con el número dos de Interior, Francisco Martínez, grabada como casi todas por Villarejo, este contó que JR, como llamaba a De la Rosa, obtenía la información de un abogado que trabajaba para Trias.

Esa larga charla se produjo en agosto. Solo dos meses más tarde, el 27 de octubre, el diario El Mundo abrió el periódico con el siguiente titular: Investigan una cuenta de 12,9 millones del alcalde de Barcelona en Andorra.

El alcalde de Barcelona salió a negarlo tajantemente y anunció una querella contra el periódico. Según las fuentes consultadas, en el Ministerio del Interior, que no solo estaba al tanto de que iba a saltar esa información, sino que altos cargos presionaron a algunos medios para que la amplificasen, saltaron todas las alarmas. Como ya había sucedido con el informe borrador, publicado en el mismo periódico, la información volvía a ser falsa.

La información averiada la hizo llegar Jean-Michel Pillon, un supuesto informante de la policía francesa, a Enrique García Castaño, jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo y otro de los mandos implicados en la mafia policial. Pillon, jefe por entonces de la Aduana de Toulousse, recibió 25.000 euros de los fondos reservados a cambio de ofrecer el supuesto número de cuenta de Trias. Todo era falso.

El escándalo motivó que esa trama de mandos policiales acabase haciendo llegar un informe al ministro Fernández Díaz sobre lo ocurrido. No tiene sello ni firma, lleva fecha de 29 de octubre de 2014 y puede consultarse íntegro al final de esta información. La nota se titula “TEMA TRIAS” y ventila lo sucedido en folio y medio escaso. En ella la policía vuelve a recabar datos confidenciales del alcalde de Barcelona a través del Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (SEPBLAC).

Además de la numeración de la cuenta falsa ya publicada del banco UBS en Ginebra, se solicita información sobre dos productos bancarios del Banco Santander y el resto de cuentas de Trias en el Santander y Bankinter, y tambien “datos del hermano de Xavier, Juan María Trias y Vidal de Llobatera, el cual figuraría como titular de varias cuentas, igualmente en el Banco Suizo UBS con activos valorados aproximadamente en 20.000.000€, así como dos cuentas en Andorra”.

La “nota informativa” que recibió Fernández Díaz apuntaba: “Se está elaborando un pequeño informe con los datos a los que tenemos acceso y una patrimonial (intentando ver si existe desfase entre lo que declara y lo que tiene) con el objetivo de fundamentar el informe”.

Inciso importante: pese a las actuaciones que están llevando a cabo esas unidades policiales, Trias no estaba inmerso en ninguna investigación oficial, ni en el juzgado ni en la policía. El documento remitido al ministro continúa: “Una vez que el SEPBLAC reciba la información de la FIU Suiza, podremos motivar que tiene la cuenta, si está a nombre de una sociedad o cualquier otro dato relevante para la eficacia de la Comisión Rogatoria”.

En esa frase la Policía está admitiendo por escrito al ministro dos días después de la publicación de El Mundo que no tiene probada la existencia de la cuenta. Pese a ello, se compromete a que en cuanto lo consiga, “lo más pronto posible será remitido a la Fiscalía Anticorrupción con el fin de profundizar en la investigación y mediante Comisión Rogatoria, solicitar los datos asociados a la apertura de la cuenta (titular, beneficios, etc), los ingresos, transferencias, reintegros etc y toda la información que pueda ser relevante”.

Concluye la nota: “Se adjunta declaración patrimonial como alcalde de Barcelona de fecha 2-2-2013 y 16-11-2012”. Estos últimos datos sí eran públicos porque formaban parte de la declaración de bienes que como alcalde había hecho Trias de acuerdo con la ley de Transparencia.

Ninguna de esas gestiones realizadas a posteriori dieron sus frutos, la supuesta cuenta en Suiza de Trias nunca vio la luz, pero a la historia todavía le quedaban algunos capítulos. El 7 de diciembre el ministro Jorge Fernández Díaz vuelve a recibir otro informe apócrifo de la Policía para intentar dar apariencia de legalidad a la investigación secreta sobre el alcalde de Barcelona.

Ese documento, que tampoco tiene sello de ninguna unidad policial ni firma de ningún agente, se encabeza con el siguiente título: INFORME XTVL. Las iniciales del nombre y los apellidos del alcalde. Los siguientes párrafos son extractos del informe para justificar la investigación a Trias, que Villarejo había pactado con la cúpula de Interior unas semanas antes.

“En fechas recientes, concretamente el pasado día 8 de octubre del año en curso, se recibe información procedente de una fuente de las que colaboran habitualmente con el Cuerpo Nacional de Policía en casos similares (que ya en el pasado ha ofrecido informaciones positivas en este tipo de investigaciones contra la corrupción), quien nos participa la existencia de, al menos, una cuenta en Suiza sin declarar, con dinero procedente de actividades ilícitas a nombre de Xavier Trias i Vidal de Llobatera”. Recibida esta información se le da el mismo tratamiento que al resto de informaciones que se obtienen de este tipo y es remitida a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) para que al amparo de las disposiciones legales del Ordenamiento Jurídico Español, verifique todos los extremos de la información.

“Como quiera que la UDEF, al tiempo de recibir esta información, tiene en marcha unas investigaciones sobre unas obras de ampliación del Puerto de Barcelona, donde sale el nombre de esta persona como sujeto a investigar, por la posible procedencia ilícita de activos de un fondo del Banco de Chipre que aporta capital para esta operación relacionado con dinero proveniente, presuntamente de la mafia Rusa a través de este fondo, se participan todos estos hechos a la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad organizada”, recoge el documento.

Varios incisos: el envío de toda esa documentación a la Fiscalía Anticorrupción se produce después y no antes de la publicación de la supuesta cuenta en El Mundo y como respuesta a la demanda anunciada por el entonces alcalde de Barcelona. Y la supuesta información remitida por un confidente se produce después de que el jefe de la UCAO y colaborador habitual de Villarejo, Enrique García Castaño, remitiese un correo electrónico, publicado esta semana por La Vanguardia, al jefe de Aduanas de Toulousse, Jean-Michel Pillon. En ese mail fechado el 19 de agosto de 2014, unos días después de la charla entre Villarejo y el número dos de Interior Francisco Martínez en Marbella, García Castaño escribe a su colega francés: “Amigo ya estoy trabajando, seguimos con el problema catalán y necesito saber de nuestros amigos si tiene cuenta en Suiza: Xavier Trias Vidal de Llobatera con documento nacional de identidad [...] y de su hermano Juan María Trias Vidal de Llobatera”.

En el documento remitido a la cúpula de Interior dos meses después de la publicación no solo se insiste en la existencia de esa cuenta falsa a nombre de Trias, sino que para responder a “las discrepancias sobre la información recibida” se concierta una cita para la aclaración de algunos extremos. Y, ahí, asegura el pseudoinforme policial, es cuando el confidente manifiesta “que la información es absolutamente fidedigna y que Xavier Trias tiene cuentas en Suiza, pero que debido a los contactos que tiene en el País Helvético con Josef Ackerman, banquero suizo nacido el 7 de febrero de 1948 en Walenstaddt en el cantón de San Galo en Suiza, [sí, la información sobre su fecha de nacimiento figura así en el documento policial], es una de las pocas personas [Trias] que gozan del privilegio de poder cambiar de numeración cada cinco días, lo que hace prácticamente imposible que sea investigado”.

Aunque parezca difícil de creer, es un párrafo textual del informe que recibe Fernández Díaz en su despacho. En los siguientes, el mando policial autor del informe se dedica a intentar justificar la investigación prospectiva sobre Trias y cita incluso artículos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y varios decretos sobre la estructura de Interior. El razonamiento subraya que según la ley la Policía Judicial tiene por objeto, y será obligación de todos los que la componen averiguar los delitos públicos que se cometieren en su territorio o demarcación; practicar, según sus atribuciones las diligencias necesarias para comprobarlos y descubrir a los delincuentes...“.

Problema: en el caso de Trias nadie estaba actuando como policía judicial, porque el caso no estaba judicializado. Pese a ello, el ministro recibe un pantallazo con la información de la supuesta cuenta de Trias con el sello de la Dirección Adjunta Operativa, que presidía otro mando involucrado en la trama, Eugenio Pino, hombre para todo del ministro Fernández Díaz que hacía de receptor de los dosieres a través de distintas unidades policiales.

La numeración de la cuenta coincide con la que aportó al día siguiente del desmentido de Trias el diario El Mundo.

También en portada el periódico tituló: “UBS nº 7651162-3445.954 Este es el número de la cuenta suiza de Xavier Trias en la que estaban los 12.986.730,80 euros que fueron transferidos a Andorra en febrero de 2013”.

Los dígitos correspondían con el documento de Interior, incluso con lo que había mandado al margen de cualquier procedimiento el policía francés a García Castaño, pero no pertenecían a ninguna cuenta de Trias. Lo certificó en una acción inaudita el propio banco UBS al interesado.

Trias llevó el caso a los tribunales pero los periodistas que publicaron la información salieron indemnes. El juez concluyó que las informaciones de El Mundo “se enmarcan dentro de la difusión de la investigación patrimonial en el extranjero que sobre el Sr. Trias estaba llevando a cabo la Policía Nacional”. En otras palabras, el hecho de que la información falsa hubiera salido de la mafia policial es lo que la blinda en los tribunales. La justicia presupone que las investigaciones policiales se hacen cumpliendo la ley y atendiendo al interés público. También en el caso de la brigada política.

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