Feijóo limita a los ayuntamientos su idea de que gobierne la lista más votada

Aitor Riveiro

23 de enero de 2023 13:25 h

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha presentado este lunes con el boato de una declaración institucional, y de paso sin preguntas, una propuesta de regeneración que recoge, entre otras medidas, una propuesta para cambiar la ley y que gobierne la lista más votada en las elecciones. Pero solo en las municipales. El planteamiento no afectaría a elecciones autonómicas, forales ni generales. Como dijo el propio dirigente la semana pasada, cuando ya anticipó la idea, esta sería de aplicación como y cuando le “interese” a él.

Feijóo ha hecho el anuncio en un escenario elegido con intención: el Oratorio de San Felipe Neri, en Cádiz, donde en 1812 se firmó la primera constitución española, la conocida como la Pepa. En un breve discurso leído, el dirigente gallego ha hecho un panegírico de los “liberales” que en los albores del siglo XIX redactaron una constitución muy avanzada para los estándares de la época. Y ha intentado hacer ver que, hoy, esos liberales estarían en el PP.

El líder del PP ha dicho que este lunes da un “paso al frente en un momento crucial de la democracia española” , que vive “turbulencias” pese a que una “gran mayoría se identifica con los valores constitucionales y desea que se mantengan en pie”. “Estamos al lado de la mayoría moderada de la nación”, ha sostenido, vestido de negro y ante un retablo barroco que aloja una de las obras más relevantes de Murillo, La Inmaculada Concepción.

Feijóo ha anunciado un total de 60 medidas concretas, que el PP todavía no ha hecho públicas, en cinco grandes ejes y que, entre otras, incluyen recuperar los delitos de sedición, malversación y el de referéndum ilegal; limitar el uso del real decreto ley, regular el debate sobre el estado de la nación y abrir una inconcreta “oficina de calidad democrática y legislativa”; que la alcaldía recaiga “en la candidatura de más respaldo popular directo”, sin definir con más concreción, que exista “comunicación institucional y frecuente con el líder de la oposición”, así como “prohibir que se usen recursos públicos para actos de partido”; en cuanto al Poder Judicial, el gallego plantea “limitar las puertas giratorias” y aumentar las “exigencias de independencia en el CGPJ y el Tribunal Constitucional”, así como imponer un “mandato de cinco años para el Fiscal General” para “desvincularlo del Gobierno”. Por último, quiere introducir criterios de “idoneidad para dirigir los organismos reguladores” y cambios legales para dotar de “credibilidad e independencia de las instituciones”, que ha concretado en “CIS, INE, CNI y RTVE”.

La lista más votada... solo en ayuntamientos

La mayoría de las propuestas planteadas por Feijóo no son nuevas y han sido desplegadas por el PP en los últimos meses. Pero sí hay una cierta novedad, al menos desde que el gallego llegó al liderazgo de la derecha española: recuperar la idea de la lista más votada.

Tal y como recoge el documento, el PP propone “una reforma del artículo 180 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General (LOREG) para garantizar que sea proclamado alcalde o alcaldesa quien haya recibido el mayor número de votos”. Y continúa: “Esta reforma garantizará que el Gobierno local no tenga que someter al pleno asuntos de naturaleza gestora, lo que deberá complementarse de un estatuto de la oposición para que no se menoscabe la labor de control al Ejecutivo local”.

El PP no explica cuáles son esos “asuntos de naturaleza gestora” que quiere hurtar a los plenos municipales.

Feijóo, sin embargo, ya había dejado claro la semana pasada que esta idea no se aplicaría de forma generalizada, sino limitada única y exclusivamente a las elecciones municipales, lo que deja fuera autonómicas, insulares, forales y generales. En esos casos, según la propuesta del PP, podría gobernar quien sumara más. Por ejemplo, él con Vox.

O Ayuso, a quien ya le pasó en 2019. Tanto la presidenta de Madrid como el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, quedaron segundos en los comicios de hace cuatro años y lograron el poder tras pactar con Ciudadanos y la ultraderecha. Las autonómicas de aquel año las ganó el PSOE, y las municipales, Más Madrid. Ayuso volvió a acordar su investidura con Vox en 2021, aunque entonces sí se impuso.

Quizá por eso la presidenta de Madrid ha ninguneado esta mañana la propuesta de su jefe de filas. La presidenta de Madrid ha asegurado en una entrevista en Antena 3 que ella “no ve mal” que gobierne quien obtenga más respaldo del Pleno (sea municipal, regional o nacional), que no necesariamente es quien gana las elecciones. De hecho, Ayuso ha hablado de “bloques”, un significante del que huye Feijóo.

Uno y otra, en cualquier caso, han considerado que la viabilidad del proyecto es ninguna y han coincidido en que no se podrá aplicar. Feijóo ha señalado “al sanchismo” porque, ha anticipado, solo recibirán “menosprecio, descalificación y falsedad” por parte del Gobierno. Ayuso lo ha ampliado a “la izquierda”.

El PSOE rechaza... y hurga en la herida

La reacción del PSOE no se ha hecho esperar. En Ferraz creen que la propuesta del líder del PP es una maniobra de distracción para desviar el foco de sus pactos con la ultraderecha y no le otorga ninguna credibilidad ni recorrido político. “No se la cree ni él, y ni en su propio partido la apoyan”, ha dicho este lunes en rueda de prensa la portavoz de la Ejecutiva socialista, Pilar Alegría, en referencia a las palabras de Isabel Díaz Ayuso desmarcándose de la medida, informa José Enrique Monrosi.

“Antes de que Feijóo presentara la propuesta en Cádiz ya había salido la otra portavoz del PP, Isabel Díaz Ayuso, a echar abajo la propuesta”, ha resaltado Alegría, quien ha hecho alusión a la trayectoria de Feijóo como líder del PP gallego para recordar que ya tomó decisiones en sentido contrario al que ahora exige.

“Feijóo es de Orense, y en Orense ordenó darle la alcaldía a la tercera lista a pesar de que el líder del PSdG le pidió por carta que gobernara la lista más votada”, ha subrayado, antes de apuntar que “lo menos que se puede pedir a un partido político cuando lanza una propuesta es que sea coherente”.