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Felipe VI evita hablar del rey emérito y pide que las instituciones sean “ejemplo de integridad moral”

Irene Castro

24 de diciembre de 2021 21:12 h

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Un año más, y a pesar de los escándalos que han rodeado a Juan Carlos I, Felipe VI ha evitado hacer una referencia concreta a la situación que atraviesa el rey emérito en su tradicional discurso de Nochebuena. El jefe del Estado ha vuelto a hacer una reflexión genérica sobre la necesidad de que los representantes de las instituciones cumplan las leyes y sean “ejemplo de integridad pública y moral”. Esas palabras llegan después de que la Fiscalía suiza haya archivado la investigación sobre la fortuna de su padre al no lograr un “vínculo suficiente” entre la donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí y las obras del AVE a La Meca, pero tras haber acreditado que, durante años, el anterior monarca retiró grandes cantidades de dinero de la cuenta donde ocultó ese dinero, que una fundación bajo sospecha le pagó viajes de placer o que recibía altas cantidades de dinero en maletines de mandatarios internacionales cuando estaba en el trono.

En España la Fiscalía está a punto también de cerrar sin denuncia la triple investigación que mantiene sobre las finanzas del rey emérito pese a haber quedado claro que defraudó a Hacienda y tras dar por buenas sus regularizaciones fiscales cuando Juan Carlos I ya sabía que estaba bajo la lupa de la Agencia Tributaria y el ministerio público.

“Debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos, en sus inquietudes, en sus preocupaciones, estar permanentemente a su servicio y atender sus problemas. Debemos estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde; asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas, respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral”, dijo, ajeno a todas las polémicas, el actual monarca en su alocución navideña.

Esa es toda referencia que, entre líneas, puede inferirse sobre la situación del rey emérito, cuyo rastro ha desaparecido casi por completo de la Casa Real desde que en 2019 abandonara la actividad pública, primero, y se quedara sin asignación presupuestaria un año después al trascender el escándalo sobre su fortuna opaca. La figura de Juan Carlos de Borbón, que periódicamente envía mensajes a través de emisarios sobre su deseo de volver a España desde Emiratos Árabes Unidos, incomoda al Gobierno. Pedro Sánchez, que hace de cortafuegos para intentar que el emérito no perjudique a la imagen de Felipe VI, insiste en que el exjefe del Estado debe dar explicaciones a los españoles y defiende los esfuerzos de “transparencia y ejemplaridad” de su hijo, a pesar de que el silencio es la regla general en los asuntos de Zarzuela.

En un momento de máxima crispación política, Felipe VI ha hecho un alegato en favor del “entendimiento y la colaboración” como “actitudes necesarias que dignifican a las instituciones” y las “fortalecen porque generan la confianza de los ciudadanos”. En ese sentido, ha defendido los pactos. “Las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro”, ha expresado.

Los “grandes acuerdos” son, para el monarca, junto a la “generosidad”, el “sentido de la historia”, la “responsabilidad” y la “visión de futuro”, los que han permitido el “cambio profundo” de España en “estas más de cuatro décadas de democracia y libertad”. Felipe VI ha aprovechado para reclamar “respeto, reconocimiento y lealtad” a la Constitución, que “ha sido y es la viga maestra que ha favorecido” el “progreso” y la “convivencia”. Para el jefe del Estado, el “espíritu” de la Carta Magna llama a los españoles a “la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión”. “Nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad”, ha remachado.

Felipe VI ha recordado la alusión al “esfuerzo colectivo” al que apeló en 2020 para vencer a la pandemia y, aunque ha reconocido que la situación es diferente a la del año pasado gracias a las vacunas, ha pedido “prudencia” y “responsabilidad” ante el coronavirus para no dar “pasos atrás” en un momento en el que los contagios están completamente disparados por la variante ómicron.

El rey, que ha tenido palabras de especial agradecimiento para los sanitarios y de aliento para los ciudadanos de La Palma afectados por el volcán, ha reconocido la mejora de los datos económicos en el último año. Tras admitir que “muchos ciudadanos continúan padeciendo las consecuencias económicas, sociales y también emocionales derivadas de la pandemia”, se ha vanagloriado de que la “economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de puestos de trabajo que se habían visto suspendidos temporalmente” así como a un ritmo de creación de empleo “realmente positivo”. No obstante, ha lamentado el aumento de “personas en situación de vulnerabilidad” y ha aludido a la “preocupación” por la “subida de los precios, el coste de la energía o por las dificultades para encontrar empleo estable, especialmente para los jóvenes”.

Momento crucial para el progreso de España

El jefe del Estado ha pedido a los ciudadanos “reaccionar” ante los “retos” que España tiene por delante, como las nuevas tecnologías o los avances científicos que a veces ponen “a prueba” algunos “valores”, “convicciones” o “principios de organización social”. “Debemos entender y asumir las nuevas transformaciones que, de manera tan acelerada, estamos viviendo, tomar la iniciativa e intentar ir por delante de los acontecimientos, y debemos igualmente adaptarnos rápidamente a los cambios teniendo siempre claros nuestros grandes objetivos y prioridades como país. Porque también es un tiempo de nuevos proyectos, de nuevas ideas y oportunidades, de iniciativas llenas de ambición por mejorar y progresar”, ha subrayado Felipe VI.

“En lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando junto a las naciones más avanzadas o que perdamos el paso en nuestro camino”, ha advertido el rey, que también ha apostado por que el futuro de España “va muy de la mano de la UE”. “Ahora la Unión se abre a la oportunidad de invertir fondos europeos en la modernización de nuestro país y de nuestras empresas, en una economía cada vez más digital, verde y más inclusiva. Es una oportunidad que no podemos desaprovechar”, ha agregado.

“El momento es difícil, desde luego, pero detenernos hoy es quedarnos atrás, es retroceder. Hay que seguir adelante porque la historia nos enseña que los españoles hemos sabido cómo reaccionar y sobreponernos ante las adversidades. Ahora se abre ante nosotros un futuro que nos exige, a todos, responsabilidad, voluntad de colaborar y entendernos; y necesita que confiemos más en nuestras propias fuerzas como nación”, ha sentenciado el jefe del Estado.